BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.- Ahora disfruta la recompensa con el bronce olímpico en la categoría de 76 kilogramos. Porque a la pesista chiapaneca Aremi Fuentes no importó salir con vendajes negros que le llegaban casi hasta los muslos después de pasar por lesiones que la mantuvieron detenida durante meses. Incluso, le favorecieron en parte, tras el paro de competencias y la pandemia de Covid-19 para recuperarse.
Fue, literal, una presea de 245 kilogramos.
Y que sabe a gloria.
Es la tercera para México en estos juegos. Y que suma 72 en su historia de participaciones desde 1896, en Atenas, cuando comenzó la época moderna de estas justas. Su palmarés previo era de siete medallas en Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos, Campeonato Mundial y Juegos Olímpicos de la Juventud.
Y donde Neisi Patricia Dajomes se convirtió en la primera ecuatoriana de su género en dar el primer título a su país.
“Estuvo cardiaco el cierre, mi último intento lo fallé por un error técnico. Debo mejorar. Pero la medalla me la llevo por hacer un buen levantamiento y estoy feliz”, expresó emocionada la oriunda de Tonalá, Chiapas, de 28 años de edad.
Reconoció sentirse “muy feliz. Hay mucha gente a quien agradecer, a todo mi país. Este año tuve lesiones en la rodilla. Debí parar meses y así me fui. Por eso estoy muy contenta; son muchos sentimientos encontrados. Tengo muchas ganas de seguir adelante a pesar de que muchas personas no creyeron en mí”, comentó al concluir la competencia.
Henchida de emoción, añadió:
“Nunca perdí la esperanza y la fe de llegar al podio por muchas cosas que he pasado, lesiones. Pero estos dos meses estuve entrenando a full, poniéndole el corazón para alcanzar esa medalla. Estuvo cardiaco. Pero se dio el resultado y estoy muy feliz. Quiero llorar, lo haré cuando esté sola. Ahorita estoy siendo muy valiente”.
Aremi se presentó a la cita japonesa como la cuarta mejor del orbe en su división. Levantó en total 245 kilogramos, 108 en arranque y 137 en envión para unirse al historial de la disciplina en México luego de Soraya Jiménez, campeona olímpica en Sídney 2000 y los bronces de Damaris Aguirre y Luz Mercedes Acosta en Pekín 2008 y Londres 2012, respectivamente.
No sólo eso.
La chiapaneca, quien entrena en Mexicali, Baja California, sumó el tercer bronce a una delegación mexicana que está quedando a deber con el pronóstico de 10 medallas que varias veces reiteró Ana Guevara, directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, para hacer un excelente papel.
En Tokio, Fuentes Zavala pasó al registro del Olimpo con los bronces de los arqueros Alejandra Valencia y Luis Álvarez, por equipos mixto, y las clavadistas Alejandra Orozco y Gabriela Agúndez, en los sincronizados plataforma 10 metros.
Así, la chiapaneca cerró con su presea la presencia nacional en su deporte tras el noveno lugar de Ana Ferrer (55), el décimo de Jonathan Muñoz (67) y el undécimo para Jorge Cárdenas (73).
Ecuador se cubrió de oro con Neisi Patricia Dajomes, el primero de una mujer de su país en una cita olímpica. Logró un total de 263 kilogramos (118-145) imponiéndose a la estadunidense Katherine Nye, plata con 249 (111-138) en el Foro Internacional de la capital japonesa.
Dajomes se ciño el título olímpico, el segundo en estos Juegos para su país después del oro de Richard Carapaz en ciclismo en ruta.
Es la primera mujer en lograr una medalla olímpica para Ecuador y la cuarta general con las del marchista Jefferson Pérez, oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008.
Así ganó Aremi
Se siente la tensión en la última ronda de levantamiento de pesas femenil (categoría 76 kilos). Los reflectores del mundo, pero sobre todo los de México, están sobre la surcoreana Suhyeon Kim. Si logra levantar 140 kilos en su tercer intento subirá al tercer lugar de la competencia.
Y dejará fuera a Aremi.
Kim aún tiene lágrimas en el rostro. Porque en su segundo intento no pudo levantar la barra, un preludio para lo que se avecina: la coreana no puede completar su tercer levantamiento y cae de espaldas.
“¡Es medalla para México! ¡Lo lograste, Aremi!”, grita en ese momento en la narración televisiva nacional, Luz Acosta, quien también fue medallista en halterofilia en Londres 2012.
Al ver el resultado, detrás de la tarima, Aremi se lleva las manos al rostro.
Llora.
Y se abraza con su cuerpo técnico.
Sus lágrimas reflejan la fuerza del mar que le acompañó desde su nacimiento en Tonalá, Chiapas, un municipio situado a orillas del Océano Pacífico, en los últimos límites del paradisiaco sureste de México.
Ha colocado su nombre junto al de aquellas tres mujeres que le ha dado una medalla olímpica a su país en la halterofilia.
No obstante, Fuentes Zavala es apenas la segunda que sube al podio, ya que Aguirre y Acosta recibieron su medalla años después al revelarse los resultados de dopaje de las ganadoras.
Rompió barreras
Narró cómo desde su infancia nadó contra la corriente en un mar de prejuicios sociales.
“Mis padres dudaron al principio. Me dijeron que me iba a quedar pequeña (de estatura) y que iba a tener el cuerpo como un chico. La verdad que todo eso es mentira porque, primero, la estatura y la fisionomía es genética”, platicó con el diario El Economista.
Otra, explicó:
“No está peleado ser mujer con hacer un deporte rudo. Tu cuerpo se podrá desarrollar un poco más musculoso pero siempre y cuando una no pierda lo femenino, no tiene nada de malo. Sí, es un deporte de fuerza, pero mientras algo te apasione y te guste, todo está bien”.
Con el paso de los años, ha aprendido a lidiar con los estereotipos de que el levantamiento de pesas es un deporte sólo para hombres.
“Ahora me da risa”, aseguró con madurez, pues lleva ya 13 años en este deporte.
Abundó cómo forjó su espíritu de lucha:
“El solo hecho de practicar deporte te cambia la actitud. Te hace más fuerte, física y mentalmente. Practicando halterofilia, un deporte de mucha fuerza y que no es muy bien visto como sí lo es un niño que practica futbol, me ha hecho ser una chica más fuerte. Sobreponerme ante lesiones y desafiarme a mí misma”.
Y confesó su amor:
“Me gusta mucho y me he enamorado de esta disciplina. Porque cada día te tienes que estar puliendo en el entrenamiento”.
Aremi describe que entre 2020 y 2021 ha padecido lesiones de rodilla, desgarres y distensiones. Pero el aplazamiento de los Juegos le permitió recuperarse. La cuestión física ha sido otro de sus obstáculos, como haber nacido prematura y que los médicos le recomendaran a sus padres hacer deporte desde muy pequeña, según contó a la revista Proceso.
Sin embargo, una de sus más grandes decepciones fue cuando las autoridades deportivas de su estado natal, Chiapas, le dieron la espalda:
“Fue un golpe muy duro. Yo me había ido a Baja California, pero estaba representando a Chiapas, en ese entonces, se suponía que tenía el apoyo del instituto (del deporte de Chiapas) en cuanto a hospedaje y alimentación. Nunca llegó el apoyo y yo hablaba y lo único que me dijeron fue: ‘sabes qué, no te vamos a apoyar’”.
Entonces, tomó una decisión radical:
“Respondí que los de Baja California querían saber si estaba dispuesta a cambiarme de estado y los de Chiapas me dijeron: ‘cámbiate’. Me dolió mucho”.
Todo proceso y todo cambio, reconoció, “tiene su tiempo. Al principio no tenía estabilidad emocional por estar muy lejos de mi familia; me estabilicé en todos los aspectos y conozco muchas personas que son como mi segunda familia en Baja California, la gente allá me quiere mucho y me conoce. Estoy agradecida con ese estado, porque confiaron en mí y me aceptaron sin saber quién era”.
Desde 2013, Fuentes Zavala radica en Mexicali, Baja California, un estado de donde también provienen Alexa Moreno y Daniel Corral, a tres mil 517 kilómetros de su natal Tonalá.
En 2014 hizo su cambio oficial para representar a dicha entidad y solo viaja a Chiapas para vacacionar y ver a su familia, aunque allá dio sus primeros pasos en el deporte cuando empezó como velocista a principios de los años 2000, hasta que un entrenador cubano le recomendó entrar a la halterofilia para ser multimedallista.
No se equivocó.
“Uno de mis sueños es ser medallista olímpica, pero más adelante me gustaría dirigir alguna institución deportiva; en mis estudios, quiero terminar una maestría”, confesó, ya que por ahora se encuentra cursando la licenciatura en Nutrición, la cual tuvo que posponer en 2021 para dedicarse de lleno al proceso olímpico.
Su inspiración
Aremi continúa el legado que dejó la icónica Soraya Jiménez para México. Soraya fue la primera medallista de oro en unos Juegos Olímpicos en la historia de este país en Sídney 2000 y se volvió en referente para todas las generaciones futuras de levantamiento de pesas; 21 años después, la representante de Baja California ha vuelto a subir al podio en esta disciplina.
“He visto muchas veces los videos de Soraya y es inspiración total. Los he visto desde el punto de que ella no iba como favorita a esos Juegos, aprovechó la oportunidad y eso es lo que me admira de ella: el valor que tuvo, la decisión, cómo enfrentó las cosas y que fue ganadora de oro.
“Me inspira porque fue una mujer muy fuerte, mental y físicamente, yo entreno en su gimnasio, con sus fotos, entro, la veo y es inspiración. Siempre soy de la idea de que si ellas (Soraya, Damaris y Luz) pudieron, son mexicanas, tienen dos brazos y dos piernas, entonces sí se puede, todo se puede hacer realidad mientras tengas constancia, empeño y ganas”.
Aremi solo falló en dos de sus seis levantamientos en Tokio 2020. Empezó con 105 y terminó con 137, superando a rivales de Suecia, Bielorrusia, Uzbekistán, Ucrania y Corea, ya que solo quedó detrás de Elizabeth Nye (plata/Estados Unidos) y de Neisi Dajomes (oro/Ecuador).
“Le agradezco a ese entrenador que me vio las cualidades (el cubano Roberto Moreno, en Chiapas), a José Manuel Zayas (su entrenador en Baja California), que creyó y confió en mí, al Instituto del Deporte de Baja California por brindarme mi apoyo y a muchas personas más. A pesar de que varios no creyeron en mí, quiero seguir adelante haciendo mi propia historia”, recalcó.
¿Qué necesita el levantamiento de pesas para mejorar en México?
“Cualquier deportista necesita apoyo de nutriólogos, psicólogos y suplementos para soportar las cargas. Los apoyos son la parte fundamental y monitorearlos también técnicamente, hacer más fogueos, porque estar entrenando diario en un gimnasio no es lo mismo que foguearse cada cuatro meses, porque necesitas vivir esos nervios y adrenalina”.
La fiesta ha empezado en diversos rincones de México, especialmente en Mexicali y Tonalá, dos puntos separados por más de tres mil kilómetros pero que comparten la gloria olímpica de Aremi Fuentes Zavala, quien no escatima para enviar siempre un saludo a quienes la han apoyado hasta ser medallista olímpica.
Después de sus entrenamientos, su tratamiento odontológico y su apoyo psicológico, apenas tiene tiempo para descansar y de vez en cuando ver una película cómica. Porque, aclaró, no le gustan las de terror.
Pero a pesar de toda esa carga, se da el tiempo para sonreír y agradecer a quienes han sobrevivido tantos cambios a su lado.
Después de todo eso, en su soledad, como ella misma dijo, se sentará a ver su medalla.
Y llorará.
(Con información de los diarios El Economista y La Jornada)