ORLANDO FRANCO
Hace un par de días escuché a Mario Delgado, el impuesto y gris “dirigente” del partido en el poder, quien a través de un spot radiofónico decía: “con Morena habrá más dinero para los pobres”, que triste aseveración, la explícita invitación para que continúen creyendo en el inexistente proyecto de la inexistente cuarta transformación, se sustenta en que !seguiremos regalando dinero!, ¿por qué no habla de más fuentes de empleo, o de más seguridad social o del urgente enfrentamiento al crimen organizado?
NOOO lo que dice es que “habrá más dinero para los pobres”. Si bien es triste lo expresado por este seudo líder lo más triste es que la gente le aplaude a él y a su jefe el presidente. ¿Sabrá López Obrador que el Producto Interno Bruto de México no crecerá regalado dinero a los pobres?, bueno ¿y sabrá lo que es el PIB?, o seguirá pensando que deben cambiar los indicadores económicos para ser substituidos por otros como felicidad.
Y continuando con la evidente ignorancia, aparece como la principal política pública de López Obrador el “ahí se va”, tres profundas palabras que tal vez más que política pública sea la “filosofía” del presidente. El “ahí se va” aparece en todos lados, aparece siempre, así encara México sus grandes desafíos, no hay estrategias, no hay tácticas, evidentemente no hay planeación; el hilo conductor, el común denominador, es más, el aforismo de este gobierno es, el “ahí se va”
No encuentro un ejemplo más claro que lo sucedido con la Pandemia, López Obrador pensó que si la ignoraba iba a desaparecer, por cierto lo mismo sucede con el crimen organizado el que va a esfumarse con abrazos. México, con más de medio millón de fallecimientos, ahora es el INEGI quien le dice a López Obrador; “pues yo tengo otros datos”, con más de 141 000 huérfanos, esta cifra la más alta del mundo, con más de 10 millones de nuevos pobres, con más de 50 000 empresas quebradas y con la peor caída económica en los últimos 100 años, enfrenta esta triste y lacerante realidad con el omnipresente “ahí se va”
A pesar de las verdades a medias los niveles de vacunación siguen siendo bajos, de hecho solo el 25% de la población ha recibido el esquema completo de vacunación. Están perdidas 20 millones de vacunas, sí 20 millones de vacunas. Seguimos permitiendo el libre paso de extranjeros, no se pide una prueba PCR y mucho menos un comprobante de vacunación. No todo el personal médico está vacunado. No existe un sistema para rastrear contagios, vamos, ni siquiera es obligatorio el uso del indispensable cubrebocas, es decir: “ahí se va”.
(Fotografía El Financiero)
Y qué con el regreso a clases llueva, truene o relampaguee, al no tener una estrategia inteligente los padres se quedan ante una injusta disyuntiva; escoger entre que sus hijos e hijas continúen atrasándose o poner en riesgo no solo la salud del estudiante sino especialmente la de quienes viven con él o ella, con frecuencia adultos mayores. De nueva cuenta nos encontramos con la máxima lopezobradorista “ahi se va”. En este rubro es poco lo que se puede esperar de la Mtra. Delfina, brillante Directora de escuela texcocana, pero es todo, no hay más.
“Ahí se va”, el presidente sigue pensado que la pandemia tiene menos importancia de la real, la mejor prueba de ello es que sigue sin usar el cubrebocas.
Abunda la evidencia del “síndrome post COVID”, síntomas que apenas empezamos a entender, con el “ahí se va” será un pesado lastre para los endebles esquemas de salud pública. Adicionalmente a lo anterior mientras el grueso de la población nacional no esté vacunada la llegada de variantes aún más agresivas, contagiosas y resistentes es una posibilidad latente que supera por mucho al “ahí se va”.
(Fotografía Forbes México)
De verdad contener la pandemia es algo muy serio, no es un tema de conservadores contra liberales, ni de derecha contra izquierda, no es un tema neoliberal, la auténtica contención de la pandemia debe ser la prioridad del presidente y de su gobierno unipersonal, no hay espacio para improvisaciones, ni para el “ahí se va”.