Orlando Franco
De poco o nada sirve el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” si estamos envueltos por un peligrosamente dominante grupo de “Viejos Regresándonos al Pasado”
Amlo y su endeble equipo, digo endeble no solo por su falta de capacidad sino por su evidente temor al mesías, pretende escapar de la realidad, de la modernidad, de la globalización, el que él no las entienda, no significa en modo alguno que éstas no existan.
(Fotografía Vanguardia de Veracruz)
Es obvio que amlo se quedó atrapado en los mitos del pasado, el problema serio es que éstos no tienen ya ninguna relación con el presente, por ejemplo, mientras que el mundo globalizado se aleja de las energías contaminantes el mesías nos lleva de regreso a ellas.
Amlo pretende volver al presidencialismo en donde el gobierno concentraba todo el poder en una sola persona, recuerdo que en mi niñez me llamaba la atención que después de la lectura del Informe Presidencial se hacían largas filas, con horas de duración, lo expreso literalmente, para felicitar al Presidente en turno, después me enteré que a ese raro ejercicio de evidente subordinación se le llamaba el “besamanos” y que la fecha del Informe era conocida como “el día del Presidente”, toda esta dantesca narración tenía como origen la concentración del poder, algunos dirían que éste en ocasiones era unipersonal, estoy convencido de que para allá vamos, que estamos en el centro de una enfermiza regresión.
Los Gobiernos con división de poderes, los que son llamados a cuentas, los que escuchan, no los que fijen escuchar, los que escuchan, son los que dan mejores resultados, la democracia es mucho más que elecciones limpias y transparentes es cuando el poder reside en el pueblo. Si las decisiones son unilaterales y aquí unipersonales entonces por supuesto que no vivimos en una democracia, de poco sirvió lo avanzado.
(Fotografía Reforma)
Aquella trasnochada máxima de que a la pobreza la combate el Gobierno hoy día es una aberración, la pobreza se ataca con la generación de la riqueza y por cierto no es el Gobierno quien la genera, éste la administra, pero la creación se encuentra en la inversión privada y más aun en la extranjera, para crecer económicamente es indispensable traer dinero de fuera, igual a lo que hace su familia y la mía.
El mesías dice que la soberanía se sustenta en la autosuficiencia, una clara expresión de su muy corta visión, la globalización no es un tema mediático ni de moda, es una realidad a la que todos los países se han sumado y les ha ido mejor a quienes la entendieron bien y pronto, un caso paradigmático es China, el otro hora país pobre hoy día tiene un PIB del 11% y la razón es sencilla, los chinos están metidos en todo y en cualquier parte del mundo, si no lo ha hecho por favor dese una vueltecita por la Plaza de la Computación, todos los locales son chinos, por cierto no son locales, se trata de modestas fachadas de empresas internacionales con inversiones millonarias, todos tienen bodegas ocultas con robustos inventarios. ¿Es malo lo que hacen los chinos?, claro que no, México está llegando tarde a la globalización y con amlo el retraso será mayor.
(Fotografía El Diario de Coahuila)
Otra falacia derivada de una muy limitada visión es pensar que la energía debe estar en manos del Gobierno, lo que requerimos como país es abundante energía limpia y a precios competitivos. Sin energía barata y limpia estamos condenados a ir para abajo, simplemente porque vamos en contrasentido con el resto del mundo. También en este rubro hemos sido víctimas de infames regresiones, esperemos que los legisladores priistas sostengan su auto llamado “bloque monolítico” y frenen la inverosímil contrarreforma eléctrica, la semana pasada expresé, ojalá y hayan aprendido la dolorosa lección y recuperen algo de lo mucho que han perdido.
Existe abundante material por tanto para finalizar haré mención de la más clara expresión de una visión miope: “abrazos no balazos”, la inseguridad crece cada día porque la delincuencia organizada se sabe total y absolutamente impune, estamos en el país en el que !Aquí no pasa nada!, la verdad es que si pasa y mucho.