Orlando Franco
El pontificado del Mesías mexicano es una permanente evasión de responsabilidades. Es verdaderamente ofensiva la forma en la que rehúye a sus obligaciones como presidente. El eterno y victimizado candidato que durante años y años buscó ser el rey de México, el hombre que tenía todas las soluciones y todas las respuestas, por fin alcanzó su entrañable objetivo estrictamente personal y ahora pues resulta que ignora todas las responsabilidades y deberes básicos inherentes a su cargo.
(Fotografía Proceso)
Para López Obrador su responsabilidad como Presidente de la República se restringe a su “mañanera”, desde ahí es; predicador, inquisidor, retórico filósofo, presentador de variedades y hasta promotor de profundos ballenatos, por ejemplo: “Los Caminos de la Vida”, reflexiva canción más bien hecha para bailar. La desgastada “mañanera” es un bodrio de tonterías y agresión, es su “reality show”
Amlo se encuentra en un mundo de fantasía en donde reinan 2 polares visiones, por un lado el permanente regreso al pasado y por el otro viajes a universos esplendorosos.
López Obrador está viviendo su acariciado sueño pero nos está afectando a todos, sus constantes y enfermizas fugas de la realidad provocan que su sueño sea nuestra pesadilla.
Así como el Mesías tiene otros datos, así tiene otra realidad que nadie más conoce, algunos ingenuos creen que existe pero no la conocen, el presidente califica su imaginación como la realidad del país. Lo anterior me hace pensar que los “otros datos” que él tiene nunca son revelados simple y llanamente porque existen solo en su cabeza, son sus datos, de propiedad estrictamente personal. Junto con los otros datos invariablemente aparece en “la mañanera” el importantísimo reporte de su estado de ánimo, él asume que todos estamos muy interesados.
¿Quién se compromete a que no se repetirá la conquista de Tenochtitlan?, desde luego en un escenario de cartón piedra, digno de aquellos estudios cinematográficos Churubusco-Azteca, pues el presidente si lo hace y más preocupante que este hecho es, que hay mucha gente que le aplaude porque nunca volveremos a ser conquistados, mucho menos por los españoles incapaces de disculparse.
El Mesías personifica la más terrible irresponsabilidad, convoca a diarios eventos masivos, claro, si ya es un héroe, un prohombre, una fuente de conocimiento, un dios.
El presidente pide perdón por no habernos defendido de la conquista, pero no se hace responsable del terrible manejo de la pandemia, si por lo menos usara cubrebocas.
Para amlo es mucho más importante la esperanza que la responsabilidad, ¿será esto una cínica hipocresía?, claro que no, los hipócritas son los conservadores, él es auténtico, no resuelve nada, pero le encanta dividirnos, enfrentarnos y ofender impunemente desde el escenario y luces de su “mañanera show”. Es auténtico al agredir, es auténtico al mentir, es auténtico al incumplir.
Su autenticidad lo ubica en otro plano, en otra dimensión, fuera de los numeritos, sin necesidad de justificar caprichos, se encuentra más allá de cualquier pandemia. No hay necesidad de medir ni controlar nada, basta su inconmensurable palabra, por eso el Producto Interno Bruto debe ser sustituido por bienestar o felicidad., Chávez y él lo decretaron con profunda y analítica visión.
!Cuanta arrogancia!
Y en medio de ésta comedia de enredos, ¿qué pasa con el Covid y su tercera ola?, ¿qué pasa con el crimen organizado y con el desorganizado?, ¿qué pasa con la economía?
¿ Y QUIÉN SE HACE CARGO DE LOS PROBLEMAS?