Antorcha avanza en Texcoco
Por: Laura Castillo García
La cita era a las 10 de la mañana, pero no importaba; querían ser los primeros en ocupar sus lugares, era como si regresaran el tiempo: a las nueve de la mañana, cientos de estudiantes de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) fueron los primeros en llegar, como si con ello simbolizaran que fue allí -en Chapingo, en la década de los 70- donde se forjaron los primeros líderes estudiantiles que en 1976 irían a varias entidades de la República a iniciar el trabajo antorchista y, posteriormente -en 1983-, llegarían a la montaña de Texcoco, en particular, a Santa Catarina del Monte, donde el antorchismo mexiquense ganó su primer demanda para beneficio de los campesinos: una lechería.
Aparentemente era la señal para que todo mundo saliera de sus casas.
Enseguida llegaron los vecinos de la colonia Víctor Puebla; sí, esa que en el año 2004 libró una larga y dura batalla para que el alcalde perredista, Constanzo de la Vega Membrillo, se opusiera a la fundación de ese asentamiento humano. El perredista se opuso rabiosamente porque ya había pactado, con una inmobiliaria nacional, construir un gran fraccionamiento en donde venderían departamentos de por lo menos un millón de pesos. “Nuestra economía no daba para eso, por eso le agradecemos a Antorcha que nos haya conseguido lotes baratos; ahí vivimos desde hace 12 años, ahí hemos tenido a nuestros hijos y construimos la casa que será para ellos”.
Pisándoles los talones llegaron los habitantes de la Leyes de Reforma, la primera colonia fundada por el antorchismo; le siguieron los de la Humberto Vidal, quienes para fundar esa colonia vivieron prácticamente la misma historia que los de la Víctor Puebla.
Llamó la atención la llegada de un nutrido grupo de más de 400 personas: ondeaban verdes banderas de la esperanza, con el logo de Antorcha en el centro; iban orgullosos coreando consignas: “la violencia de Morena nos hace lo que el viento a Juárez”, dijo uno de ellos. Eran los de San Miguel Coatlinchan, a quienes Morena intentó infundirles miedo al acorralarlos en un céntrico salón de eventos.
Los de Santa Catarina del Monte llegaron precedidos de una banda de música que alegró aun más los corazones. Seguía el río humano: los de la Wenceslao Victoria, Elsa Córdova, San Miguel Tlaixpan, San Jerónimo Amanalco, Atenco, San Pablo Ixayoc, Tocuila, Santa María Tecuanulco, San Dieguito Xochimanca, y muchas comunidades más, hasta ocupar todas las sillas que eran más de 30 mil.
Ahí estaban los antorchistas pese al clima de linchamiento que previamente promovió el partido Morena encabezado por el presidente municipal de Texcoco, el morenista Higinio Martínez Miranda, y el presidente estatal de ese intolerante partido, Horacio Duarte Olivares.
Alrededor de las 11 de la mañana, cuando los anfitriones ya estaban acomodados y gozaban de un programa cultural en el que participaron un mariachi, la banda sinfónica infantil y juvenil de La Montaña -fundada por Antorcha- y un grupo de danza folclórica de la Escuela de Bellas Artes Humberto Vidal, inició el evento político con la participación del líder en Texcoco, Brasil Acosta Peña, quien analizó las carencias del municipio y brindó alternativas de solución; la gente se sintió representada con lo planteado, lo ovacionaron y miles de voces se unieron en la consigna ¡se ve, se siente, tenemos dirigente!
Un número artístico con cuadros de las diferentes regiones de Michoacán, una poesía de Nezahualcóyotl y música sinfónica dedicada al cerro del Tezcutzingo, coadyuvaron a la felicidad de los presentes, quienes sonrientes fueron testigos del talento de los jóvenes artistas.
Entusiastas, con las banderas al vuelo y gritos de “maestro Aquiles, tú eres nuestro líder”, los texcocanos recibieron con respetuosa atención e interés a su líder nacional, al ingeniero Aquiles Córdova Morán, quien les agradeció por “haber acudido puntualmente al llamado de su organización”.
Córdova Morán señaló que el discurso de Brasil Acosta: “estuvo exento de florituras y demagogia, como hacen casi todos los políticos que así suplen la falta de propuestas para mejorar el entorno que quieren gobernar, el cual no conocen pero quieren gobernarlo para aprovecharse del poder. En cambio, de boca del doctor Brasil escuchamos propuestas concretas para solucionar problemas concretos de los texcocanos”. No terminaba de hablar cuando lo interrumpieron los asistentes: ¡se ve, se siente, tenemos dirigente! gritaba la gente.
Reconoció la calidad artística de la banda sinfónica infantil y juvenil Ixtlixóchitl Acolhúa, fundada por Antorcha Texcoco: “nos recordó la música prehispánica, además de que fue hermosísima la pieza dedicada al cerro el Tezcutzingo, lugar en donde se encontraban los jardines de Nezahualcóyotl”.
Otra nota que rompió el silencio, fue cuando Córdova Morán subrayó que en esa banda sinfónica había muchas mujeres… los aplausos tronaron.
Siempre educador, Córdova Morán habló del neoliberalismo, ese modelo económico injusto y cruel que concentra la riqueza del mundo en 64 mega millonarios mientras tres mil 750 millones de seres humanos mueren de hambre y pobreza: “el neoliberalismo, enfatizó, está en crisis en el mundo entero, incluso en Estados Unidos, pues su economía no ha crecido desde hace muchos años, se ha estancado. En Estados Unidos, agregó, el uno por ciento de norteamericanos concentra tanta riqueza como el 99 por ciento de la población, pues toda la riqueza que producen los trabajadores gringos, no se distribuye, se la quedan los grandes millonarios como Trump”.
Atentas, las más de 30 mil almas ahí reunidas abrieron ojos y oídos cuando el líder antorchista aseguró que: “la contienda electoral entre Trump y Hillary Clinton, fue una verdadera guerra civil, porque los candidatos no representaron a los partidos políticos, ni al republicano ni al demócrata; representaron a los dos grandes grupos de poder, con grandes intereses económicos. Por eso, por primera vez vimos tanta violencia, tantas injurias y amenazas entre los candidatos”.
El gran crecimiento de Antorcha es lo que irrita a Morena y a otros, manifestó en referencia clara a la represión que el partido Morena ejerce en contra de su organización: “por eso los calumnian, persiguen y reprimen; y eso, aunque no lo sepan, los coloca como viles imitadores de los imperialistas y los descalifica como gente de izquierda”.
“Pero la amenaza no viene de los liliputienses (enanos) del partido Morena en Texcoco, las verdaderas amenazas son las deportaciones de trabajadores mexicanos, la cancelación de los tratados comerciales, la elevación de aranceles a nuestras exportaciones y el regreso a Estados Unidos de empresas radicadas en México, que es lo que quiere hacer Donald Trump. Eso es un verdadero peligro para un país que depende profundamente de la economía norteamericana.
“Por eso no hay que hacerle caso a mensajes idiotas, adormecedores, demagógicos y vacíos como los de Andrés Manuel López Obrador cuando dice que no hay de qué preocuparse, porque ‘somos un país independiente’; esa afirmación es una idiotez porque además evita prevenirnos del riesgo”. ¡Zaz! Flecha directa en el mero municipio bastión morenista… y los más de 30 mil asistentes volvieron a interrumpir: ¡maestro Aquiles, tú eres nuestro líder!
“Debemos enfrentar la situación en su real y peligrosa gravedad: diversificar nuestro comercio y buscar nuevos mercados con nuestros hermanos de América Latina, que ahora nos ven como verdaderos gatos del imperialismo norteamericano, pero hay que volver a estrechar la mano de los que son como nosotros”.
Levantó la voz y aseguró enfático que México requiere un gobierno con respaldo popular, dispuesto a enfrentar esos retos y tomar el destino de la patria en sus manos. “Llegó la hora de la grandeza de México; aquí está Antorcha para ponerse al frente de la lucha. Antorcha es la única organización verdaderamente de izquierda, que sí está con el pueblo y lucha por él”, remató. El público ovacionó estruendosamente y se levantó de sus asientos en muestra de identificación con su dirigente.
Alrededor de las 14:15 horas, los asistentes cantaron el Himno de Antorcha, el que hace 17 años compusiera un texcocano ilustre, el doctor Juan Manuel Celis Aguirre, en la que habla del triunfo del pueblo organizado.
Al término todos se despidieron con aplausos y, cual río humano, volvieron a sus hogares con la satisfacción de haber contribuido al éxito del 24 aniversario de Antorcha en Texcoco.
