Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
Joseph Goebbles, el propagandista del genocida Adolfo Hitler, descubrió y puso en práctica aquello de que una mentira repetida cien veces se vuelve realidad, principio con el cual orquestó una campaña antisemita que derivó en genocidio judío y manipuló a los alemanes durante la Alemania nazi.
Aunque para algunos suene sorprendente, este principio de la propaganda nazi se ha convertido en el credo de la actual mercadotecnia política-electoral, la cual enseña a calumniar y descalificar a opositores políticos para ganarles la partida.
Al igual que prácticamente todos los precandidatos o candidatos de los partidos políticos que forman el sistema electoral mexicano, el principio de orquestación y repetición, copiado de la propaganda nazi, es utilizado por la candidata de Morena al gobierno del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, quien cada vez que puede repite información falsa y ataques en contra del antorchismo mexiquense con el objeto de manipular a la opinión pública acerca del trabajo honesto y eficiente de los antorchistas de Chimalhuacán, y del Estado de México en general, con el propósito de llevar agua al molino morenista.
Promoverse para ganar un puesto de elección popular no es ningún pecado, es más, es una condición indispensable para que la gente conozca al candidato y sus propuestas; pero hacerlo falseando información y calumniando a sus opositores para ganar simpatías no solo es deleznable, sino que revela la deshonestidad de quien así actúa para llegar a un puesto público con el fin de satisfacer intereses fundamentalmente personales pues, llegados al poder, por ningún lado se ve que defiendan y protejan los intereses de la mayoría, como pregonan en sus campañas.
Delfina Gómez actualmente realiza gira de medios como precandidata de su partido morena para llegar a ser candidata a la gubernatura del Estado de México. En las preguntas previamente acordadas con el entrevistador, y muchas veces sin que la hayan hecho ex profeso, la intolerante ex presidenta municipal de Texcoco asegura que la gente votará por ella porque ha ganado “en zonas complicadas, como en Chimalhuacán, complicada por el tema de Antorcha Campesina. Y la gente votó por mí y gané”.
Para quien no conozca cómo ganó Delfina Gómez la diputación federal del distrito 38, esa podría ser una buena explicación; pero no es así para quienes buscan y rebuscan datos para encontrar explicación de ciertos fenómenos.
Cierto que Delfina Gómez Álvarez ganó la elección de diputado federal en el distrito electoral federal 38, pero no fue por votos chimalhuacanos: 198 casillas están resididas en el municipio de Chimalhuacán, pero –lo siento maestra Delfina pero se ve que no sabe contar- ahí NO GANÓ NINGUNA CASILLA.
Ante la imposibilidad de exhibir los datos casilla por casilla, los presentó globalmente: en la elección 2015 en que Delfina accedió a la diputación federal, en las 198 casillas de Chimalhuacán, el PRI obtuvo 16,175 votos contra 8,055 de la candidata de morena; o sea, el priismo obtuvo dos votos contra a uno de Morena, quien perdió en todas ellas. Si la señora Delfina ahora es diputada federal es gracias a los votos que obtuvo en las casillas de Texcoco pero, malagradecida como es, nunca les agradece el haber votado por ella, prefiere mentir y decir que sus votos los obtuvo en Chimalhuacán, cuando no es cierto.
La señora también miente en torno a uno de los proyectos más nobles por el que desde hace muchos años lucha el antorchismo chimalhuacano en coordinación con el gobierno de Chimalhuacán, también antorchista. Me refiero al Centro Estratégico de Recuperación Ambiental del Oriente (CERAO) en el que tienen proyectado construir un parque tecnológico con 40 mil empleos, un complejo deportivo y el edificio de la Universidad Politécnica, mismo que lleva un buen porcentaje de avance.
No obstante que el proyecto beneficiará a la totalidad de la población chimalhuacana, en su primera intervención en la Cámara de Diputados (el 01 de octubre de 2015) la señora Delfina se mostró fuera de sí, prácticamente histérica, cuando exigió que el secretario de Hacienda le dijera al Presidente de la República que “echara para atrás” el proyecto que, aseguró, se construiría en “terrenos pertenecientes a Texcoco”, lo cual nuevamente es una redonda mentira, misma que no se cansa de repetir cada vez que quiere.
La extracción de clase de Joseph Goebbels, el más cercano de los colaboradores de Adolfo Hitler, también coincide con la de Delfina Gómez, quien dice ser de origen humilde pero, como vemos en los tiempos actuales, eso no garantiza personalidades revolucionarias, más bien en la mayoría de los casos forja personalidades reaccionarias porque, cuando llegan a tener lo que no tuvieron en la infancia, se vuelven conservadores defensores del estatus recién adquirido y, por tanto, gente que se vuelve en contra de su gente.
Así se ha comportado la señora Delfina en su paso por la política mexiquense: de ser directora de escuela saltó a la presidencia municipal de Texcoco, a donde la llevó el Movimiento Ciudadano pero que antes de llevada la mitad de la administración se cambió al partido morena, el cual se ha opuesto, también rabiosamente, a dotar de servicios básicos a colonias llenas de gente humilde, a la cual dicen representar pero a la que reprimen y marginan del desarrollo urbano, y a la que agreden y calumnian ante la opinión pública a fin de atraer hacia ellas la represión, igual que lo hizo Hitler con los judíos.
En fin, la personalidad reaccionaria de Delfina Gómez la ha llevado a perseguir a la gente del Movimiento Antorchista en el Estado de México para que no siga creciendo su influencia y por eso repite y repite mentiras con tal de lograr su objetivo de acceder a un puesto político superior y muy anhelado. (Foto Red-Accion)