Laura Castillo García
Es un hecho incuestionable que fue todo un éxito el evento en que el Movimiento Antorchista se adhirió públicamente al candidato priista a la gubernatura del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, el pasado 6 de mayo en el municipio de Texcoco, Estado de México.
Y fue un éxito no solo por la afluencia de miles y miles de texcocanos que con aplausos, risas y consignas hicieron suyo el discurso del líder del Movimiento Nacional, Aquiles Córdova Morán, sino precisamente por el contundente discurso que este ultimo pronunció en el que dejó claro que no le extendió un cheque en blanco al priista, sino que fue claro en el sentido de que, de llegar al poder Alfredo del Mazo y de no cumplir los compromisos realizados, los antorchistas sabrán exigir el cumplimiento de la palabra empeñada dado que las demandas que le presentaron “son necesidades absolutas de los mexiquenses en el terreno de obra y acciones públicas” y, de ninguna manera, para beneficio de dirigentes antorchistas de cualquier tipo. Sí, los antorchistas le exigirán al PRI, pero también a cualquiera que en dado caso llegue a dirigir el Gobierno del Estado de México.
Tan contundente fue la sentencia de Córdova Morán relativa a que los votos del antorchismo mexiquense son decisivos para hacer ganar al candidato priista, que inmediatamente el partido Morena se puso a temblar e instrumentó medidas desesperadas para ensuciar la imagen de la organización social más honesta y la más exitosa en el terreno de saber luchar con gallardía para resolver demandas y problemas inmediatos de la gente para que acceda a un mejor nivel de vida.
Dos días después de la adhesión de Antorcha al candidato priista a la gubernatura del Estado de México, Morena desempolvó un caso que pensó le ayudaría a mermar la fuerza electoral de Antorcha, lo cual no sucedió, pero que en realidad revela de cuerpo entero la auténtica calidad moral del partido morenista: el pasado 18 de abril, habitantes de la colonia La Joya del Ejido Santa María Chimalhuacán, detuvieron a Gustavo Hernández Flores por haberle robado un teléfono celular al señor Jerardo (así, con “J”) Ramírez Alcántar; la policía municipal lo agarró en flagrancia toda vez que al momento de su detención llevaba consigo el teléfono sustraído a Ramírez Alcántar.
No obstante tratarse de un delincuente, Morena lo reivindicó como su activista y, para que todo mundo le creyera, pagó su fianza, por lo que a las pocas horas el raterillo recobró su libertad. Como el suceso no levantó el polvo mediático que Morena esperaba y la gente no se puso en contra de los antorchistas del Ejido, morena echó a andar otra de sus estrategias: ordenó que dos días después el delincuente presentara una denuncia en la Agencia del Ministerio Público de Nezahualcóyotl en contra de ¿quién? De quien resultara responsable de acusaciones de golpes y tortura, según dijo, pero no aportó ninguna prueba de su dicho.
Ahora, a casi un mes del suceso que no ha tenido las repercusiones mediáticas esperadas por morena, ni entre los chimalhuacanos porque conocen al ratero que ahora es activista de Morena, éste vuelve a la carga pero sospechosamente luego de la sentencia de que con sus votos Antorcha decidirá quién será el gobernador del Estado de México.
Las acusaciones de amenazas y tortura por parte de militantes antorchistas en contra de Gustavo Hernández Flores no han prosperado, su historia es bastante insustancial como para que los medios la tomen como cierta y, en caso de que se aprueben pruebas suficientes tendrá que determinar la autoridad judicial que así fue, cuestión que estoy segura no sucederá porque los hechos no son como los narra el delincuente aunque así lo hayan publicado dos o tres medios, los cuales evidentemente utilizan a Gustavo Hernández en contra de Antorcha pero con viles fines electorales.
Reitero: el Movimiento Antorchista en el Estado de México le brindará sus miles de votos al candidato priista a la gubernatura, Alfredo del Mazo Maza, por considerar que es el candidato mejor preparado para llevar las riendas de la administración mexiquense, además de que a él no se le ha vinculado con ningún acto de corrupción como sí ha recibido Delfina Gómez, candidata de Morena a la gubernatura mexiquense, quien reiteradamente ha sido acusada de haberles quitado el 10 por ciento de su salario a 150 trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco, cuestión que ella aceptó en una entrevista que le realizó Carmen Aristegui; también ha mostrado su amor por el dinero al haberse autorizado, en el periodo en que fue alcaldesa, varias cantidades de dinero por diversos conceptos.
Morena, pues, no es la alternativa de organización política para los mexicanos, bueno para los mexicanos rateros y corruptos sí, ya sabemos que morena ha protegido a varios de esa calaña. Por cierto, a propósito de corruptos y raterillos como al que me he referido en líneas anteriores, reza un dicho popular “Dios los hace y ellos se juntan”.
Laura Castillo García Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México