Maricela Serrano Hernández
El pasado 21 julio, los habitantes del Oriente del Estado de México recibimos una noticia por demás esperanzadora para nuestras vidas, y sobre todo, para los más pobres de los municipios de Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, La Paz, Ixtapaluca, Chalco, Chicoloapan y Texcoco: la bondadosa real que tiene Chimalhuacán de crear fuentes de empleo, de tener instituciones educativas de nivel superior para la superación intelectual y académicas con grado y de disfrutar espacios dignos de desarrollo deportivo y recreativo, que son derechos humanos, a través de la asignación que hizo el gobierno federal de 200 hectáreas de terrenos de la zona de los Tlateles, contiguos al Lago Nabor Carrillo.
Lo tenemos que decir con claridad, gritando para que se escuche: ¡el pueblo pobre de México tiene derecho a organizarse!, ¡el pueblo pobre de Oriente del Estado de México tiene derecho a mejores condiciones de vida! El pueblo de Chimalhuacán ha tomado conciencia de sí mismo y de su papel protagónico en el cambio y la transformación de su vida personal y social. El pueblo organizado comprende que sí es posible tener mejores condiciones de vida, que esa es una meta alcanzable si de forma honesta y organizada se les impulsa por hacer realidad lo que decimos, y por tanto, a luchar para ver y tocar de forma concreta la obra propuesta.
Sí, invitamos a cualquier persona que quiera venir a conocer y tocar con sus manos los avances del pueblo en dos municipios gobernados por el Movimiento Antorchista, Chimalhuacán e Ixtapaluca. Menciono sólo algunos de los logros alcanzados:
Hemos construido centros de educación que van desde preescolar hasta centros de estudios de carácter universitario, incluyendo estudios de postgrado, cuyo acceso está abierto a toda la población. Tenemos espacios de recreación, parques infantiles y casas para adultos mayores; tenemos teatros muy dignos y de muy alta calidad que sin presunción alguna pueden competir con los mejores del país. Además de que hemos formado grupos culturales propios del Movimiento Antorchista de primer nivel, constantemente llevamos espectáculos de calidad a los habitantes de esos municipios, en todas sus formas posibles de arte y belleza y, entre otras acciones, hemos construido espacios de primer nivel para la práctica del deporte en sus diferentes vertientes y centros acuáticos para el disfrute y la práctica de la natación.
Sin duda alguna hemos avanzado pero falta mucho por hacer debido a la poca inversión pública de los gobiernos estatal y federal, pues los municipios del oriente mexiquense han sido marginados de las políticas públicas, por lo que tienen un profundo rezago histórico. Por eso, el Centro Estratégico de Reuperación Ambiental del Oriente (CERAO) de Chimalhuacán es una oportunidad para impulsar el desarrollo, el progreso de la comunidad de la Zona Oriente del Estado.
Un pueblo organizado es aquel que aprende que sus gobernantes están para servirle, que crean las condiciones necesarias de infraestructura y generación de empleos para su desarrollo integral, y no para servirse y explotar a su pueblo.
A esos gobernantes que se sirven de la gente, les llamamos corruptos (del latín corrumpere, que significa echado a perder); son aquellos que hacen pedazos a su pueblo, los que quiebran la vida familiar y lo condenan a la pobreza extrema y a la ignorancia, y son los que utilizan la administración municipal para seguir explotando a la gente. Al señor José Luis Luege Tamargo le preguntamos: ¿dónde está la corrupción del Movimento Antorchista? Demuéstrelo usted que tiene a su servicio “la inteligencia de un selecto grupo de senadores del PAN”.
Un pueblo organizado es un pueblo educado, y este pueblo ya no se chupa el dedo. Es un pueblo dispuesto a luchar para mejorar la vida de todos. Por eso, el pueblo de Chimalhuacá se ha puesto en marcha en busca de su desarrollo integral y no está sólo, junto a su gente se encuentra Ixtapaluca, La Paz, Chalco y tantos y tantos otros compañeros que lucharemos por hacer realidad la Universidad Politécnica, el Centro Deportivo y Recreativo y el CERAO en terrenos de los Tlateles, porque además de dar educación y desarrollo físico y recreativo, se generarán 40 mil empleos, lo que conlleva la transformación de la manera de vivir y convivir de la población, no sólo en lo económico sino en lo social y familiar, pues habrá mayor calidad en las relaciones humanas.
Al señor Luege Tamargo y a sus secuaces, les subrayo: esas 200 hectáreas no son regalo, no son robo, no son negocio, no son para Antorcha, son fruto de muchos años de gestión y, como nosotros le llamamos, de lucha social, porque nosotros sí, con hechos y no con slogans, buscamos crear fuentes de empleo que deberán ser bien remunerados, pues queremos fuentes de crecimiento y desarrollo para nuestra juventud, a través del desarrollo intelectual y físico, de centros de recreación para el bien y la integración de las familias de Chimalhuacán y municipios conurbados.
La gente de la Zona Oriente no se deja engañar señor Luege Tamargo, conoce su realidad de pobreza, y desde su situación concreta lucha por su desarrollo en coordinación con varias organizaciones progresistas, encabezadas por el Movimiento Antorchista. Sépalo: no vamos a dejar de luchar sólo porque a usted y a un grupo de senadores panistas se le ocurre difamar e inventar toda una serie de mentiras sin prueba alguna; los Tlateles son del pueblo de Chimalhuacán, y se utilizarán para el bien colectivo, por lo que no permitiremos que la tierra que es del pueblo les sea arrebatada.
Señor Luege Tamargo: usted y su partido sólo muestran una actitud clasista, su deshonestidad e interés es ganar fama bajo el slogan de ser “defensores de la nación”. Señores panistas: sus intereses son electorales y esos lo están colocando por encima de los pobres de la zona oriente y de la nación. Al pueblo se le ayuda a salir de la pobreza y la marginación, no se le veja más de lo que ya está. A los pobres debemos ayudarles dándoles verdaderas oportunidades para resolver sus grandes necesidades. No queremos políticos mentirosos y oportunistas. Queremos políticos que respeten, cuiden, protejan y ayuden a los más débiles y necesitados, y que impulsen acciones para que se distribuya de manera más equitativa la riqueza social. Requerimos de políticos sensibles que salgan de las filas del propio pueblo, porque lo que observamos de algunos de ustedes, los ricachones del PAN, es su desprecio por los que vivimos en las zonas marginadas y que saltan cuando ven que las 200 hectáreas de los Tlateles beneficiarán a la pobres porque no toleran el progreso del pueblo.
No se consiguen votos vejando al pueblo. Al menos no los votos de quienes ustedes desprecian y quieren arrebatarles sus conquistas de mejoras de su entorno social. Los pobres del oriente mexiquense tenemos claro que defenderemos lo que nos corresponde, defenderemos nuestro desarrollo, porque también somos orgullosamente mexicanos.
Maricela Serrano Hernández
Dirigente antorchista en el Estado de México y diputada federal