RHV, enviado especial
En medio de un intenso calor que fácilmente alcanza los 28 grados centígrados, se eleva el canto más sincero y sentido en la voz del pueblo, los escenarios son: el auditorio Clara Córdova Morán y el conocido popularmente como “Foro Sol”.
Ahí, en un paradisiaco lugar de la baja mixteca poblana, Tecomatlán, el domingo por la mañana inició la 20va Espartaqueada Cultural 2019 con la disciplina de música en sus diversas modalidades.
Los nervios atacaban a los participantes, personas humildes provenientes de diferentes estados de la República Mexicana que tienen el gusto por cantar y están deseosos de compartir su talento sin fines de lucro. El trinar de las voces inundó, con sus primeros acordes, las instalaciones y transportaron a los asistentes a un viaje mágico a través de la historia de la música.
El sentimiento en la interpretación nunca se escatimó a pesar de la larga lista de participantes: uno tras otro los cantantes de todas las edades se entregaban totalmente en el escenario. Los compositores de antaño, como Guty Cárdenas, María Grever, Chucho Monge, José Alfredo Jiménez, se hicieron presentes en las voces educadas de los participantes que, combinadas con la poesía de los grandes mexicanos de antaño, a cada momento provocaban los aplausos entusiastas del público.
Si, aunque parezca increíble, en ese lugar con clima desértico que hasta hace unas cuatro décadas era uno de los más pobres del país, hoy se celebra uno de los eventos culturales más importantes del país: la Espartaqueada Cultural 2019 organizada por el Movimiento Antorchista Nacional, quien también logró hacer del municipio de Tecomatlán, un ejemplo de desarrollo y progreso.
Los sentidos de obreros, campesinos, amas de casa, estudiantes, estaban atentos al canto de los participantes; el jurado más numeroso se encontraba en el público, quienes con el aplauso premiaban anticipadamente a los concursantes.
Muchos de los asistentes ni siquiera tuvieron la oportunidad de estudiar, mucho menos de recibir instrucción musical, pero a través de los 45 años de existencia del antorchismo han tenido acceso al arte y la cultura de manera gratuita.
Tanto cantantes como público, viven y visten de manera modesta, pero conocen y disfrutan del arte y la cultura como el más preparado. Es Tecomatlán, “la Atenas de la Mixteca”, el lugar donde el espíritu sensible del pueblo pobre sabe apreciar la música.