· Messi, el jugador de los pies con un talento único
José Luis Aguirre Huerta*
Es espectacular observar a once jugadores en la escena del tapete verde, tratando de colocar mediante diferentes estrategias la esfera que conducirá al objetivo de gol.
Ese panorama florido y multicolor nos ha permitido observar personajes de la talla de Diego Armando Maradona, con manejos ajedrecísticos, el 22 de junio de 1986 pasó a la historia en México con el gol del siglo mismo que emuló el pequeño gigante Leonel Messi después de casi veinte años en dos mil siete dentro del fabuloso estadio Camp Nou ubicado en el Distrito de Les Corts de la Ciudad de Barcelona, este pequeño gigante Leo Andrés Messi arrancó a sesenta metros de la portería esquivando en la misma carrera a dos centrocampistas, luego aceleró hacia el área de castigo, donde uno de los adversarios, al que había adelantado intentó derribarle sin conseguirlo, momento estelar en el que tres defensas lo rodeaban, y Messi en vez de tirar a puerta, se escurrió a la derecha, esquivo al portero y a otro jugador, fintando pegar la bola hacia arriba introdujo el gol hacia abajo.
El estadio más grande del mundo, en sus gradas se estremeció, Lionel una manchita incontrolable y rapidísima, es el campeón de fútbol, siendo el más menudito, pero muy equiparable a su paisano Diego Armando, ambos argentinos el segundo emergente del barrio de la boca, uno de los más populares y emblemáticos del deporte con mayor arraigo mundial.
Curiosamente el diminuto Messi de apenas 1.60 de estatura baila como un jugador profesional en los estadios más importantes del mundo del deporte, de manera impecable al haberse restablecido del enanismo que sufría, un tipazo como lo afirma Carles Rexach, técnico del Barcelona, quien después de haber visto a Messi en el campo lo significó como el jugador de los pies con un talento único, algo que va más allá del fútbol, verle jugar es como oír una música con un ritmo esplendoroso, después de la asistencia médica que le permite robustecerlo desarrolla su talento de manera abismal, cuando la pulga juega se despejan todas las dudas en un deporte en donde cada vez cuenta más la potencia, nunca cae, siempre se desplaza, sigue corriendo con el balón en el pie, regatea, salta, esquiva, huye, engaña, los grandes de la defensa del real Madrid, Roberto Carlos y Favio Canavaro, nunca han podido verle la cara a Lionel simplemente porque Leo es rapidísimo, no pueden alcanzarle, sale disparado con sus pies pequeños que parecen manos en la forma de controlar la esfera, sus adversarios se enredan inútilmente y no lo alcanzan.
Aquí en México comparece ante nuestra vista, la figura de un pequeño genio de apenas 6 años de edad estupendo futbolista Pol Pérez, un niño que parece una gacela en el verde campo, con unas piernas rapidísimas, entrenado para dar saques de banda, escurridizo frente a los demás jugadores, adversarios, quienes para cuando recobran el aliento justo sale disparado y se les adelanta, de modo que en ese momento cuando los jugadores creían que lo tenían a la espalda, ya está a cinco metros por delante, hasta llegar frente al guardameta, a quien le impide realizar cualquier maniobra defensita y le dispara un sambombazo, este niño evoca la técnica de los grandes argentinos, así era Diego Armando de pequeño, su manejo ajedrecístico resulta purísimo para el control de la pelota, es todo un espectáculo, jugador y pelota se convierten en uno solo, se identifican sus movimientos con una sonata de orquesta sinfónica, todo en él es una operación de fiesta y colorido, de vivacidad quienes lo observan quedan verdaderamente hipnotizados.
Nuestro pequeño campeón está predestinado para virtuosas épicas, con su camiseta amarilla, algún día lo podremos observar al igual que sus predecesores, en el estadio del Barcelona en la región de Cataluña, suena asombroso que un pequeño de seis años de edad detente en su cerebro privilegiado las estrategias ajedrecísticas de las jugadas geniales de Diego Armando Maradona, en su manejo genial del 22 de Junio de 1986 en el coloso estadio Azteca, estratagema que logró reproducir Lionel Andrés Messi el 18 de abril de 2007 en Barcelona contra el Real Madrid.
La danza futbolística la podemos observar todos los sábados en los bellos campos del Norte de la Ciudad Mancera, muy pegados a la zona de Lindavista, en donde todos los fanáticos del niño genio asisten, a observar ese maravilloso espectáculo multicolor lleno de emoción, ante los goles que reparte indiscriminadamente Pol Pérez, que maravilla seria tener seis años y gozar de la oportunidad de jugar al lado de ese pequeño genio quien demuestra, que no solamente en Argentina e Italia se juega fútbol, y proyecta el futuro de verse observado por los aficionados Catalanes en ese conglomerado de cemento del Camp Nou, una mole de hormigón con esplendorosa arquitectura moderna muy direccionado hacia los Apeninos franceses, donde sopla el viento del mar Mediterráneo, playa de sol y arena Catalana, se puede contemplar en la Barceloneta, como testigo de la fiesta futbolística muy cerca de ahí puede volar con su cuerpecillo y pies pequeños nuestro niño héroe, con su diminuta figura, contrastante de los músculos de los jugadores modernos.
El fútbol, es el opio de toda sociedad en el mundo.
* Abogado de Profesión
Presidente de la Barra Interamericana de Derechos Humanos
Móvil: 55.22.61.65.25