En su intervención ante los delegados a la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición que se celebra en Roma, Francisco pidió llevar a la práctica de forma concreta las promesas de garantizar la seguridad alimentaria de todos los ciudadanos, subrayando que el derecho a una alimentación saludable es una cuestión de dignidad y no de limosna.
Señaló que a pesar de que hay alimentos suficientes para todos, las cuestiones alimentarias son objeto de información manipulada, corrupción, de que se esgriman argumentos de seguridad nacional o el “reclamo lastimero a la crisis económica”.
“Hoy día, se habla mucho de derechos, olvidando con frecuencia los deberes. Tal vez nos hemos preocupado demasiado poco de los que pasan hambre. Duele constatar, además, que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la prioridad del mercado y por la preeminencia de la ganancia, que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera”, dijo.
Los líderes mundiales que asisten a la conferencia aprobaron el miércoles la Declaración de Roma sobre la Nutrición y el Marco de Acción que abarcan principios voluntarios encaminados a abordar los principales retos actuales de la nutrición e identifican las prioridades para una mayor cooperación internacional en la materia.