Abel Pérez Zamorano
Contar con energía suficiente, limpia y barata es un gran reto, y también, que todos los hogares dispongan de electricidad: según la Secretaría de Energía: “… al menos 2 millones de mexicanos [carecen de] acceso a electricidad. La estatal CFE afirma en su plan de negocios de 2020 que en ese mismo año había 32,000 poblados en el país pendientes de electrificar” (México Evalúa, Expansión, 16 de diciembre de 2021).
Para 2050, por el crecimiento económico global, se requerirá 50% más energía en el mundo (Energíahoy, 24 de noviembre de 2021), y el problema se ha complicado. La situación de los mercados se ve fuertemente impactada por las sanciones económicas impuestas a Rusia, que en lo inmediato ha detonado una fuerte alza en los precios; los mercados mundiales sufrirán un reacomodo. Estados Unidos pretende el control e imponer su petróleo de esquisto y el gas licuado (mucho más caro que el ruso), y hoy, víctima también de la inflación, presiona a la OPEP, principalmente a Arabia Saudita y a los Emiratos Árabes, para que aumenten sus exportaciones y reduzcan así los precios globales.
En petróleo y derivados, aunque el presidente habla de soberanía, somos dependientes. La recién adquirida refinería de Deer Park no resuelve el problema de las gasolinas, y endeudará más al país. “Se aleja autosuficiencia energética: México importa más gasolina y exporta menos petróleo […] Las exportaciones de petróleo de la compañía alcanzaron los 922,000 barriles diarios en junio […] quinto mes en lo que va del año en que Pemex exportó menos de un millón de barriles diarios […] importó unos 888,000 barriles de productos refinados en junio, un récord este año. Las importaciones de gasolina aumentaron 17% durante el período y el diésel aumentó 34%…” (El Financiero, 13 de julio de 2022). Y Pemex sigue siendo la petrolera más endeudada, y recientemente sus bonos fueron degradados a basura por la calificadora Moody’s (El Financiero, 13 de julio).
La refinería Olmeca Dos Bocas fue inaugurada este mes ¡sin que pueda refinar petróleo! Para salir al paso, López Obrador arguyó que la producción de combustibles “requiere un proceso”. En lo general es una obra mal planeada. “… Bloomberg dio a conocer que esta obra tuvo un importante sobrecosto al presupuesto inicial, que según el gobierno federal no subiría de 8 mil millones de dólares, sin embargo, los contratos firmados por Pemex para pagar a 2024 aumentaron de 100 a 240, lo que representaría un costo total de 16 a 18 mil millones de dólares […] [además] Pemex no alcanzará las metas fijadas para Dos Bocas porque su verdadera capacidad podría ser de unos 140 mil barriles diarios de petróleo, y no los 340 mil anunciados por las autoridades federales (EIEM) (Infobae, 1 de julio de 2022). En opinión de especialistas fue siempre mejor opción modernizar las refinerías existentes que construir una nueva. Además, según la propia Rocío Nahle, los 340 mil barriles diarios de crudo se refinarán hasta 2026 ¡cuando ya se haya ido este gobierno! En fin, la gasolina, con un subsidio insostenible, no cuesta 10 pesos el litro como prometió López Obrador, sino el doble.
Con el gas natural, las cosas no están mejor [de un escrito que publiqué en febrero del año pasado, me permito intercalar aquí algunos extractos que considero útiles]. El gas natural importado de Texas cubre el 90% de nuestro consumo, y de ahí generamos el 40% de la electricidad. Y el problema se complica. Según la Comisión Nacional de Hidrocarburos, el consumo de gas aumentó 32% en los últimos 12 años, y la producción cayó: en 2007 se produjeron 4,880 millones de pies cúbicos diarios; en 2018, fueron 2,738, y en 2019 (con este gobierno), 2,587; y compramos más. “… En 2020 la importación ya era el doble […] de lo generado en el país…)” (BBC, 18 de febrero de 2021). Es tal nuestra vulnerabilidad que a Estados Unidos le bastaría mover una palanca para paralizar nuestra economía. Además, el sistema de almacenamiento es muy limitado. “… las reservas no alcanzan ni para dos días […]” (Expansión, 20 febrero 2021).
Respecto a la electricidad, de haberse aprobado la reforma de López Obrador, las emisiones de dióxido de carbono habrían aumentado en 62.5% (Immobiliare, Laboratorio Nacional de Energías Renovables, USA, 1 de febrero de 2022). México está comprometido en el Acuerdo de París a reducir en 31% sus emisiones contaminantes en generación eléctrica para 2030, y nada se hace. Las fuentes generadoras fósiles representan el 71% (en Europa, 49.2); la hidroeléctrica, 17%, y otras renovables, 9% (DatosMundial). El gobierno y sus empresarios optan por los combustibles fósiles, sucios y caros, como carbón y combustóleo; con este último, de alto contenido de azufre, producir un megawatt hora cuesta el doble que con energías renovables (CFE). Y con la 4T el precio subió. “En 2021, los mexicanos pagan 12 por ciento más por la electricidad que consumen en sus hogares desde que el gobierno federal decidió, en 2019, aumentar la tarifa eléctrica que había permanecido fija desde 2016…” (El Sol de México, CFE, 17 de febrero de 2021).
Este gobierno obstruye el empleo de renovables y prefiere fuentes generadoras fósiles. Hoy, apenas el 25% de la electricidad proviene de fuentes limpias, no obstante que la Ley de Transición Energética (aprobada en 2015) ordenaba que ya el año pasado 30% provendría de esa fuente; para 2024, el 35%, y para 2050, el 60% (Osmar Zavaleta, Egade, Tecnológico de Monterrey, 20 de mayo de 2020). Entre 2020 y 2021 la inversión en energía eólica se redujo en 35%, aunque la generación de estas energías es 70% más barata que los costos de generación actuales de CFE (Ibid.). En 2020, México redujo generación de energía solar en 10%, y eólica en 50% respecto a 2019 (Sener, BNamericas, 20 de abril de 2021). Debe preferirse el empleo de fuentes renovables y limpias (eólica, geotérmica, hidráulica, solar fotovoltaica, bioenergía). Tenemos ahí gran potencial: “… México cuenta con una capacidad instalada para generar electricidad a través de energía renovable de un 31%. John McNeece, investigador sobre energía y comercio del Centro de Estudios México-Estados Unidos, dice: […] es uno de los países del mundo con mejor potencial para la energía solar…” (citado por Rafael Fernández de Castro, El Financiero, 19 de febrero de 2021).
Del planteamiento del problema se desprenden algunas acciones necesarias, como: reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación, limitando el empleo de combustibles fósiles como fuente generadora de electricidad, particularmente el carbón. Abatir la dependencia del gas norteamericano, aumentando la producción nacional –algo factible, como indican las cifras citadas–, y aumentar la capacidad de almacenamiento. Para ambos propósitos, promover fuentes generadoras renovables, limpias y baratas, de las cuales tenemos probado potencial, fomentando la inversión nacional, privada o pública, sin excluir la extranjera, como insensatamente pretende este gobierno: debemos aprender a aprovecharla, pero evitando sus excesos. Asimismo, combatir, realmente, el creciente robo de combustibles. Dotar de energía eléctrica a todas las comunidades y colonias y terminar con los atropellos de CFE en las tarifas domésticas. Los corporativos empresariales deben pagar los precios debidos, sin subvenciones. En fin, modernizar las seis refinerías que existen en operación. Con estas, y otras acciones recomendadas por especialistas, mejorarán nuestra competitividad económica y la calidad del medio ambiente, así como el ingreso de los hogares y el bienestar social.