La presentación del libro “El Universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro” fue la oportunidad para Elena Poniatowska compartiera anécdotas sobre su esposo, el científico o “estrellero” como le solía decir.
Desde dos horas antes, los asistentes abarrotaron el pasado 25 de octubre el foro 1, pues se trataba de la participación de “Elenita” a quien se le tiene un cariño especial no sólo en México, sino en América Latina y otros países.
A la escritora lo acompañó el astrónomo José Franco, quien es director general de Divulgación de la Ciencia en la UNAM. Al inicio de su charla comentó que a su esposo (f) nunca le gustaron los periodistas, decía que no servían para nada, y “entonces me vengué, casándome con él”, lo que causó risas entre los asistentes.
Doña Elena se sintió sumamente conmovida por la bienvenida del público y en más de tres ocasiones se dirigió a ellos con palabras de agradecimiento. Una de las primeras cosas que pidió a los presentes es que “no olvidemos a Octavio Paz, Efraín Huerta y a José Revueltas… Yo creo que deberíamos abrazar a Revueltas ya que pasó las tres cuartas partes de su vida en la cárcel”
Sobre el científico Guillermo Haro, a quien conoció en la Torre de Ciencias de la UNAM, dijo que fue un hombre “preocupado por la niñez, porque las mujeres tuvieran las mismas oportunidades. Después estaba azorado de la capacidad de científicas y astrónomas como Silvia Torres de Peimbert, quien era presidenta de la Sociedad Astronómica Internacional”.
A la hora de la sesión de preguntas, fue evidente el tema de la Reforma Educativa, a lo que contestó “en esta feria hay cada estand por dos luchadores Paco Ignacio Taibo II y su compañera Paloma Saiz, que son luchadores y promotores de la lectura. Yo creo que juntos vamos a salir adelante, hay grandes estudiantes y grandes universidades…. Recuerdo que Guillermo Haro se emocionaba cuando oía que gritaban ¡UNAM, territorio libre de América!
En tanto, Diego, joven universitario, la cuestionó sobre qué la educaba para ser escritora. “Es una vocación, como ser monja o monje, uno tiene que amar. Es como el Principito que amó a su rosa y la cuidó. Todos nosotros somos pedacitos de este inmenso Universo”.
Sin embargo, el comentario de la tarde fue el relacionado con el Secretario de Educación. “¿Qué opinan del Secretario de Educación?” a lo que contestó sagazmente Elenita. “Dice el profesor Franco que él pasa… Yo estaba a punto de decir lo mismo. Yo no lo conozco, esque su nombre me parece medio raro, es francés… Y como que le sobra una u… Creo que debería decir Chaffet…”