El pasado 5 de febrero del año en curso, a las 7 de la mañana, a 300 familias del predio La Ciénega, de la delegación Tláhuac, se les destruyeron sus hogares con maquinaria pesada; la artera operación apoyada con cientos de granaderos fue encabezada personalmente por la Secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller, personaje célebre por realizar este tipo de actividades, como en este caso, de una manera completamente injusta.
Hombres, mujeres, niños y ancianos aterrorizados, corrieron tratando de salvar sus pertenencias mientras su hogar, construido con muchos esfuerzos con losa y tabique desde hace 15 o 20 años y que era su único patrimonio, terminó destruido.
El predio La Ciénega comprende 40 hectáreas de tierras salitrosas, estériles para cualquier actividad agrícola, no es área natural protegida y se encuentra pegada a la estación terminal de la Línea Dorada del Metro y sus talleres de mantenimiento, y muy cercano a las oficinas delegacionales, siendo un bocado apetitoso para los tiburones inmobiliarios.
Los colonos y posesionarios tienen documentos que acreditan su propiedad; los anteriores gobiernos perredistas les permitieron construir sin problema desde hace 15 y 20 años. Es por tanto perfectamente habitable.
La demolición de las 300 viviendas y el violento desalojo de sus habitantes en La Ciénega, se sabe, tiene como propósito beneficiar a la transnacional Walmart, para construir una gran tienda departamental, nefasta acción encubierta por el gobierno de la ciudad. Esta es la razón principal por la cual mantiene desde hace siete meses a estas familias viviendo debajo de una lona. Está claro que este gobierno para beneficiar a los ricos pasa por encima de los más pobres.
Desde entonces, como corresponde, los antorchistas no hemos dejado de exigir que se les restituyan sus hogares. La Secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, se comprometió con esta solución desde que asumió el cargo, pero han sido puras promesas incumplidas y hasta la fecha las familias afectadas de La Ciénega tienen que vivir, sufriendo las inclemencias del tiempo debajo de una lona que han instalado en el mismo terreno donde fueron derrumbados sus hogares.
Este es uno de los problemas más importantes de los antorchistas que no han sido atendidos con seriedad por las altas autoridades de la ciudad, de un pliego más amplio de peticiones. Sólo hemos sido abrumados con decenas de gestiones, de solicitudes, de comisiones, etc., realizadas desde que empezó el gobierno del Doctor Mancera, hace cuatro años. En aras de la flexibilidad y la tolerancia, los antorchistas hemos pospuesto una y otra vez nuestras grandes movilizaciones en las calles de la ciudad por las promesas de solución, y estamos hartos de engaños.
El próximo sábado 17 de septiembre, día del informe anual de actividades del Jefe de Gobierno de la ciudad, realizaremos una movilización de 40 mil antorchistas, que partirá del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, para exigir el cumplimiento de los compromisos contraídos por las autoridades. Ofrecemos anticipadas disculpas a la ciudadanía que se vea afectada por esta actividad.
