Sin lugar a dudas la cooperación internacional ha resultado invaluable para este país, principalmente en materia de mecanismos de financiamiento, ya que de no haber sido por la ayuda y el apoyo de los organismos financieros que se conformaron con el concurso de la mayor parte de las naciones del orbe, quizá hubiéramos enfrentado graves problemas de índole social. Las crisis recurrentes que hemos padecido han sido duras y por desgracia a quienes mayormente afectan es a los deciles más desprotegidos.
Nuestro mayor problema es que nunca hemos encontrado la fórmula para sacar de la pobreza a la mayor parte de nuestra población, y pese a todo lo que hemos hecho en doscientos años de vida independiente por desgracia seguimos igual. Eso explica que en Guerrero los jóvenes de las familias más pobres tengan como aspiración ingresar a la Normal Rural de Ayotzinapa, porque ahí el gobierno se obliga a otorgarles manutención y condiciones de habitabilidad para su desarrollo profesional. Ese es el principal problema, porque quienes tienen y mantienen el control de la escuela les imponen a los educandos tareas que nada tienen que ver con el aprendizaje y sí mucho con ideologías que hace tiempo entraron en desuso y cuya vigencia solamente propicia problemas sociales.
Desde la llegada de los expertos internacionales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se visualizó que el acentuado radicalismo de muchos de quienes integraron la delegación propiciaría diversos desencuentros con las estructuras gubernativas del país. Era previsible el comportamiento cercano a las ideologías reivindicatorias ya que la mayor parte de los organismos de este tipo se alimenta de hombres y mujeres más cercanos a este tipo de predicas. Criticaron cuantas veces se les ocurrió la forma de investigar los hechos de Iguala, pero también pretendieron imponer una verdad basada en inconsistencias y actos que presuntamente existieron, es decir, en suposiciones e hipótesis basadas en conclusiones personales y poco científicas.
Quizá por ello la Procuradora General de la República, Arely Gómez, dijo ante el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas que los problemas se atienden mejor cuando existe colaboración entre autoridades nacionales y organismos internacionales, a la vez que reconoció que existen problemáticas específicas que requieren atención focalizada de particular urgencia y relevancia. Zeid Ra’ad Al Hussein es un hombre que conoce profundamente el lenguaje de la diplomacia, y seguramente entendió el mensaje que le vertió la Procuradora Gómez en torno al comportamiento de los especialistas, y del propio Emilio Álvarez de Icaza, a quien le dio por retar al Estado Mexicano y amenazar veladamente con reforzar la revisión e investigación de las presuntas violaciones de los derechos humanos.
Claro está que el señor Álvarez de Icaza poco tiene que decir acerca de la circunstancia que padecen nuestros connacionales en Estados Unidos, donde sus derechos humanos son violentados cotidianamente sin que hasta ahora se haya pronunciado al respecto. Si mal no recuerdo, Estados Unidos pertenece tanto a la ONU como a la OEA, y está dentro de su jurisdicción hacer algo por sus paisanos. ¿Porqué tanta inquina contra el gobierno mexicano y silencio frente al Norteamericano? Al tiempo.[email protected]