Por: Raymundo Medellín
En días pasados circuló en redes sociales un video donde el senador Gerardo Fernández Noroña, pelea con un taxista que le estaba cobrando 150 pesos, el senador insistió en que solamente pagaría cien, se dio la discusión y el taxista tuvo que recibir únicamente cien pesos por su trabajo, gritándole al senador que si no quería pagar el servicio de taxi, que se comprara un auto…
Lo anterior es una característica de Fernández Noroña quien en más de una ocasión se ha tragado sus palabras, porque no ha sido congruente en su decir y en el hacer.
Lo más reciente es la publicación en el sentido de que se había comprado una casa con valor de 12 millones de pesos, de ahí se desprendió que las cuentas no salen en cuanto a sus ingresos y al costo de esa propiedad, posteriormente dijo que la había comprado a crédito y también fue una versión que se vino abajo.
La semana que paso ejidatario de Morelos se manifestaron fuera del domicilio citado, argumentado que esa casa no se podía vender porque estaba en terrenos ejidales, por si lo anterior no fuera suficiente, el alcalde de Tepoztlán, Morelos dijo que Noroña no pagaba impuestos de esa propiedad; la respuesta del senador no se hizo esperar y dijo que no tenía por qué pagar impuestos, ya que él no tenía ninguna propiedad en ese municipio.
El alcalde de Tepoztlán fue calificado por Fernández Noroña como un incompetente, argumentando que él no tiene ninguna propiedad en ese municipio y que la dueña del predio, que actualmente se lo renta y a la que se lo está pagando, ella paga los impuestos de esa propiedad, por lo que aseguró que en el gobierno municipal hay desorden administrativo y corrupción.
Gerardo Fernández Noroña, ha sido una figura muy polémica en la política nacional, especialmente durante su gestión como presidente de la Mesa Directiva del Senado. Ha sido señalado por convertir el Senado en un espacio de confrontación constante, con frecuentes insultos y descalificaciones hacia sus colegas.
Sus enfrentamientos con legisladoras como Lilly Téllez, han sido particularmente virulentos, con acusaciones de violencia verbal y falta de respeto a la pluralidad democrática.
Se le ha cuestionado por la adquisición de la residencia en Tepoztlán valuada en más de 12 millones de pesos, construida en terrenos comunales adquiridos de forma presuntamente irregular.
Aunque ha negado ser el propietario legal del inmueble, el caso ha levantado dudas sobre la transparencia y legalidad de la operación.
Ha protagonizado múltiples controversias, como guardar fotos de la senadora Lilly Téllez en su celular, lo que generó especulaciones y burlas en redes sociales.
En 2019, fue sancionado por el INE por violencia política de género contra la diputada Adriana Dávila, tras emitir comentarios ofensivos durante un acto público.
Se ha enfrentado físicamente con otros legisladores, como Alejandro Moreno del PRI, lo que ha sido captado en video y criticado ampliamente.
Ha sido criticado también por disfrutar de lujos como viajes internacionales y vehículos costosos, lo que contrasta con los principios de austeridad que promueve el movimiento de la Cuarta Transformación.
Y bueno, no faltan quienes lo acusan de haber traicionado los ideales que antes defendía, adoptando prácticas que antes denunciaba.
Esa fichita es Gerardo Fernández Noroña.