Miguel Ángel Casique Olivos
¿Por qué pedir acciones de izquierda a alguien que no lo es?
No hemos escuchado, en lo que se ha publicado hasta ahora, de Morena y menos de la misma voz de Andrés Manuel López Obrador, que él se haya autodefinido como un político de izquierda y, menos ha dicho, que como tal vaya actuar. En realidad quienes le han colocado la insignia de izquierda han sido del exterior, tanto las felicitaciones de presidentes de otros países como alguno que otro actor político mexicano o académico; sin embargo, no han argumentado lo suficiente por qué se le debería considerar un político de izquierda y mucho menos han demostrado que las acciones principales que vaya a realizar sean en ese sentido.
La verdad es que insistir en meter a calzador que López Obrador y su gobierno actuarán como de izquierda llevará a los mexicanos y los electores que votaron por él, a un confusionismo político que lejos de ayudar perjudicará más; A López Obrador se le identifica más con sus propias propuestas, como la insistente bandera de que la corrupción es la madre de todos los problemas y que acabando con ella, se acabarán los problemas de los mexicanos.
El gobierno de López Obrador, si se le presenta en su totalidad como de izquierda, quedaría muy corto con respecto a lo que presentaría, tendría muchas limitantes. Si hablamos de la insistencia en que el tema central es la corrupción y que atacando ese problema se resolverán los demás, lo iría orillando a creer que en el país existe una economía en paz y que todo está bien, que no hay necesita de modificar nada en el modelo económico; y, por tanto, que es es necesario ser bondadoso con él (modelo económico) y evitar que, atacando a la corrupción, no funcione adecuadamente, es decir se evitaría, a toda luces, un choque frontal con el modelo neoliberal.
También, ya en una semana pudimos apreciar la punta del hilo o de los hilos que guiarán el sexenio una vez que tome el control el 1º de diciembre; se aprecia ya que hay carencia en propuestas sociales y económicas que vayan a garantizar cambios “radicales”; hay un acuerdo casi de alfombra o de luna de miel entre AMLO y los empresarios; se ve que los nuevos programas sociales que se pretende implementar lejos de sumarse a los ya existentes, les quitarán recursos a unos y a otros los desaparecerán.
Un gobierno de izquierda tiene como tarea principal generar alternativas reales para atacar los problemas de desigualdad e injusticias, atacar el problema del injusto reparto de la riqueza nacional e ir preparando las condiciones para que el sistema político o modelo económico se modifique de raíz; un gobierno de izquierda debe tener base social y debe tener claras sus taras concretas y metas; y debería contar con un esquema en donde no se deberían realizar acuerdos con la política anterior.
Centrar las políticas publicas de un gobierno sólo en la corrupción, hará que se olvide de atender otras áreas que podrían ser de relevancia para un bueno gobierno; el gobierno de Obrador tendrá forzosamente que ir navegando entre el ensayo y el error, en estos meses de transición se irá dando cuenta hasta dónde la clase que gobierna a México le permitirá hacer modificaciones, porque en los países capitalistas, como el nuestro, quien gobierna y domina no son los Presidentes de la República o las Cámaras de Diputados o Senadores, quien gobierna el país es la clase que poseé la riqueza de nuestra nación y a ella, lamentablemente, se deben subordinar los gobernantes en turno; y todo parece que el discurso radical de Obrador para cumplir lo que prometió, ya se está esfumando y muy rápido.
El Clímax no político…
Lo que si no le gusta para nada a los morenistas de Chimalhuacán es que al antorchista Jesús Tolentino Román Bojórquez esta madrugada, alrededor de la 1 de la mañana, le hayan entregado la Constancia de Mayoría que lo avala como Presidente Municipal de Chimalhuacán. Y es que tras el último conteo, en la Junta Municipal No. 32, del IEEM se le entregó el documento; ahí, acompañado de cientos de chimalhuacanos, el político antorchista, señaló que entre los morenistas hay deshonestidad profunda y no aceptaban el triunfo del Institucional en la localidad.
Cabe señalar que en todo el Estado de México, Chimalhuacán e Ixtapaluca, municipios ambos gobernados por políticos emanados de la filas antorchistas, son dos de los más grandes que votaron por el progreso y bienestar por el que ya vienen caminando desde hace varios años. Ahí la población sabe que es mejor continuar con gobiernos que les garanticen salubridad, educación, servicios, a escoger por representantes a políticos sin experiencia de gobierno. Por el momento, querido lector, es todo.