Por: Miguel Ángel Casique
Espartaco es el futuro del deporte en México; el deporte libera al hombre.
¿Qué pasa con el deporte en México en nuestros días? Esta es una buena pregunta para el espacio de hoy y no habría que buscar mucho para poder encontrar la respuesta. Algunos datos bastarán. Hace 5 años, en el 2013, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte en México (Conade) institución máxima del gobierno para darle difusión al deporte mexicano, tenía un presupuesto de 7 mil 179 millones de pesos, ahora, cinco años después, en este 2018, cuenta con 2 mil 100 millones de pesos; es decir en cada año se le ha venido quitando alrededor de mil millones de pesos a la institución; y aún faltaría ver qué sucede con ese recurso que administra la Comisión.
Aunado a la falta y reducción de recursos económicos está la burocracia en donde se incluye, casi siempre, la poca formación de los propios deportistas, tanto en el campo como en lo moral, es decir, que muchos de ellos se convierten en “estrellitas” del deporte y pasan a ser una mercancía que será vendida una y mil veces hasta sacar el máximo de provecho económico; el deporte mexicano es una mercancía que el propio sistema económico se ha encargado de llevarlo hasta ese lugar.
En México el deporte que promueve el estado a través del gobierno federal no avanza y se ve estancado; en un país con más de 120 millones de habitantes existe muy poco impulso al deporte y no se ha consolidado como una potencia ni en el país ni mucho menos para los juegos olímpicos; quienes saben aseguran que la mejor participación de la selección fue en 1968, en casa, cuando se lograron 9 medallas; pues en Río de Janeiro se lograron sólo cinco preseas, en donde ninguna fue de oro y, en la más reciente participación, la delegación de México fue más decepcionante, pero como se dice… Aquí no pasa nada.
La verdad es que el deporte no es ni ha sido nunca prioridad para los gobiernos de México. Por ejemplo, en el sexenio de Peña Nieto, al inicio de su gestión, se gastaron algo así como 6 mil 400 millones de pesos, que más tarde se redujo a menos de la mitad y ya para el 2016 fue de 2 mil 800 millones, ahora para este 2018 el presupuesto aprobado para el rubro es de 2 mil 100 millones de pesos y lo peor es que ese recurso, en su gran mayoría está mal utilizado pues va a parar, según, en los programas de cultura física de las escuelas públicas, al supuesto mantenimiento de sedes deportivas y a la “organización” de eventos y tareas burocráticas.
Al final, muy pocos recursos se destinan para formar un deportista comprometido con el verdadero deporte mexicano; algo de razón ha tenido la medallista olímpica Ana Gabriela Guevara, al señalar que lo que se requiere es un verdadero plan nacional del deporte, que el dinero, sea mucho o poco, llegue siempre a la formación y al verdadero impulso de las disciplinas deportivas y la creación de una infraestructura deportiva en todos los municipios y comunidades. Parece que en el país no hay un solo deportista que haya sido producto del mismo sistema deportivo. Y entonces, ¿hay algo que hacer?
A pesar de que el deporte no le interesa a los políticos y gobiernos y es más elitista y costoso, y a pesar de que no hay una inversión real para que nuestro país eleve su calidad deportiva y pueda tener una verdadera delegación de alto nivel, capaz de poner en alto el nombre de México, los atletas, sin un verdadero plan, seguirán esperando y el nombre de México, en el terreno deportivo, seguirá estando por los suelos. Pero sí hay algo que se puede hacer.
Ayer domingo 4 de febrero, en un lugar considerado como la Atenas de la Mixteca, por su gran desarrollo en infraestructura en todos los aspectos, concluyó un evento deportivo único en su tipo por la forma en que se organiza y realiza, nos referimos a la edición número 19 de la Espartaqueada Deportiva Nacional, cuyo organizador principal fue Samuel Aguirre Ochoa.
Estos encuentros se llevan a cabo durante una semana desde hace 19 años, en esta ocasión del 27 de enero al 4 de febrero; el evento tiene características especiales y una misión concreta, ahí el deportista no va a competir por una bolsa de dinero o premios como coches o casas, no, ahí el atleta compite por ser un verdadero amante del deporte, va a participar y a medir sus capacidades en las disciplinas de basquetbol, voleibol, futbol, atletismo, natación, medio maratón, beisbol, etc.
Ahí, en Tecomatlán, en ese lugar enclavado en la Mixteca poblana, el deporte ha comenzado a destacar y es la llama que irá avanzando en todo el país, un deporte que va liberando al hombre, una Espartaqueada deportiva que será el futuro del deporte mexicano. Ahí, aquel hombre con una devoción inquebrantable por la palabra, Aquiles Córdova Morán, dijo que el deporte es un arma para despertar al pueblo, organizarlo y llevarlo a la lucha y que por eso la organización social con presencia en todo el país con ya más de 2 millones y medio de mexicanos en sus filas, impulsa todos los días el deporte entre los jóvenes.
“Antorcha quiere que el deporte llegue hasta los últimos rincones del país y que se masifique y que la juventud se entrene, eduque, se fortalezca y se prepare física y mentalmente para luchar por un México próspero y de bienestar”.
Los propósitos y objetivos del deporte que se vivió en la Espartaqueada están claros, hay que hacer un México de verdaderos deportistas, que no se conviertan en estrellitas y mercancías del sistema político y económico y que no sean víctimas de la manipulación mediática.
Aquiles Córdova sabe bien lo que dice y no hay ninguna duda de que sus palabras, sobre que en la juventud está el tesoro, la victoria y el futuro de México, son correctas y también tienen futuro. Hay que organizar el deporte entre la población y través de ella y la Espartaqueada, que logró reunir a poco más de 22 mil atletas durante una semana, sólo es un seminario para sembrar el amor y la alegría hacia el deporte, amor y alegría que los deportistas que participaron en esas justas ya lo llevan en la sangre y lo comenzarán a regar en todos los rincones del país, ahí donde están los jóvenes que padecen pobreza y que no tienen posibilidades de sobresalir, hasta ahí va a llegar el nombre de Espartaco impulsando lo que será el futuro del deporte mexicano.
¡Noble y extraordinaria! labor la que hace una organización en el ámbito deportivo sin ser gobierno y mucho menos tener o contar con los recursos económicos de un gobierno federal, estatal o municipal.
El clímax no político…
Con sólo 26 casas reparadas de 170 mil destruidas o con daños, el presidente Enrique Peña Nieto dice que la reconstrucción va con buen avance en las comunidades afectadas por los sismos de septiembre, sin embargo, sólo 26 casas han sido reparadas de las 170 mil destruidas o con daños parciales. Peña Nieto afirmó que, aunque pareciera que ya no hay labor que hacer, el Gobierno aún está trabajando en las localidades dañadas.
Agregó que el 95 por ciento de las familias afectadas ya recibieron sus tarjetas, aunque no explicó si ese porcentaje incluye a los damnificados de la réplica del 23 de septiembre. Hay que recordar que el mandatario casi no ha tenido apariciones públicas ya que busca entregar el mayor número de acciones de su gobierno antes de que se ponga la veda electoral. La reconstrucción es crucial para las aspiraciones del partido en el poder.
Peña Nieto no debería preocuparse tanto, pues ya López Obrador el sábado pasado, en su segundo día de gira por Puebla, muy salidito de su discurso oficial dijo en Chiautla y Huaquechula que de ganar la Presidencia va a restaurar todos los templos que resultaron dañados con el sismo de septiembre; y es que para que no hubiera duda de que él es el mesías, los eventos se realizaron a un costado de tempos caídos, así entonces no dejó pasar el tema. Alguien diría, si restaura los templos seguramente también podrá arreglar las 170 mil casas, ¿no?, sólo es una pregunta.
¿Siente pasos en la azotea? De Iztapalapa. De gira en lo que es considerada la joya de la corona electoral en la CDMX, Claudia Sheinbaum advirtió que sus adversarios tratarán de hacer fraude en la elección… “lo traen en la sangre. Van a llegar a ofrecer las perlas de la virgen a cambio de votos. Pero ya sabemos que no cumplen”, dijo la morenista que se disputará a sangre y lodo ese bastión si el grupo de la Anguione-Quiroga no le hacen frente.
En lo que fue visto mas como un acto proselitista a favor de Ricardo Anaya, la marcha del gobernador Javier Corral doblegó al Gobierno federal en sus demandas de tipo financiero y político, con la extradición de César Duarte. El mandatario de Chihuahua dijo que “el federalismo se hace valer cuando los estados reclaman lo que tienen derecho y no arrodillando a los gobernadores” En este espacio hemos denunciado en más de una ocasión que dichos gobernadores no son blancas palomitas, mucho menos los de Acción Nacional. Y por cierto, cuando se trata de grupos organizados olvidan sus bonitas palabras de federalismo y los cambian por policías y granaderos. Por el momento, querido lector, es todo.
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