Miguel Ángel Casique Olivos
La posición “conservadora” de Hacienda y lo que el dedito de AMLO quiere
Qué mal se ve el nuevo gobierno de la República, en concreto el presidente de México, refutando a una de sus principales dependencias, la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico (SHCP), cuando ésta dijo que el PIB no crecerá al 3%; este martes, de inmediato López Obrador contradijo a la dependencia y aseguró que lo que había dicho era una posición “conservadora”.
Lo malo no es que el Presidente contradiga a Hacienda, quizá la dependencia “esté en un error”, pero se ve muy difícil que así sea porque en ella, aún y con que hayan despedido a varios funcionarios de primer nivel, hay gente especializada y con el conocimiento de lo que dice y pronostica; lo malo es que se sigue viendo poca coordinación y por ningún lado se ve el trabajo en equipo en el gobierno federal. Razón tenía una funcionaria de alto nivel cuando dijo hace unos meses en entrevista a uno de los grandes diarios nacionales: “nosotros, siempre, en las reuniones de gabinete le decimos al presidente nuestras opiniones y qué pensamos de los temas y los problemas del país, pero él termina imponiendo lo que se debe hacer”.
Más allá de este mal sabor de boca para el gobierno federal se observa a un presidente que sigue queriendo hacer lo que su dedito dice y dicta, siempre lo que él y sólo él considera es importante y decisivo sin conocer la opinión de la gente de su gabinete o asesores; ¿que no hubiera sido mejor ponerse de acuerdo, ya sea que la dependencia le consultara o el mismo tuviera un resumen del tema, en los puntos generales de lo que se está proyectando?. Esas decisiones nada tienen que ver con un gobierno democrático o que esté muy interesado en resolver los verdaderos problemas del país.
Nuevamente aquí dos cosas se reflejan: funcionarios del gobierno federal que están contra López Obrador y, éste, imponiendo sus puntos de vista aunque estén en un error; un presidente que contradice a su propio gabinete es un presidente que refleja no tener el control de sus dependencias y tampoco tener claro lo que su gobierno quiere para los mexicanos, porque el crecimiento económico del país sí se ve muy difícil, pero AMLO ya apostó que este año el crecimiento será de 2 y de 3% para el próximo; lo que también es cierto, tal y como ha comentado el director general de Bank of América, es que en México se debe tener cuidado con los indicadores como el precio de los combustibles; algo que ni López Obrador ni su gabinete toman en cuenta.
El clímax no político…
Una política muy eficiente… Desde el mes de enero miles de adultos mayores no han recibido sus apoyos de los programas de pensión que les daba el gobierno federal y de la Ciudad de México; desde enero la entrega de mil 160 pesos bimestrales no les ha llegado; pero además, a partir del 1 de abril la administración capitalina canceló (muy eficiente resultó la nueva administración) la entrega bimestral de la despensa. La austeridad también bajará a las familias porque ahora, quienes recibían esos dos apoyos, ya sólo recibirán uno y serán mil pesos menos.
El programa Pensión para el bienestar de las personas adultas mayores de 68 años del gobierno federal ha sido lenta, opaca y ha provocado confusión a los beneficiarios y ha hecho que muchos hayan tenido que recurrir a las oficinas de la Secretaría de Bienestar, donde lo único que les dicen es: “vayan a su casa y esperan a que los censen, en unas semanas se les hará el depósito”; sin duda, otra más de la 4T. Por el momento, querido lector, es todo.