Miguel Ángel Casique Olivos
¡60 mil 254 muertos en México!, la catástrofe no imaginada, pero sí anunciada
Sin pruebas del Covid-19, México está a ciegas y hoy la catástrofe con 60 mil 254 muertos, que el subsecretario Hugo López-Gatell no imaginó, pero sí anunció, vuelve a poner al gobierno federal y a su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en jaque porque la pandemia no disminuye y sí continúa generando estragos con el aumento de muertes y contagios.
Los mexicanos hemos sido “bombardeados”, durante más de 170 días, por mentiras ante una realidad catastrófica que nos azota. Mientras el país es ahogado diariamente con múltiples temas de la agenda presidencial, vociferados desde Palacio Nacional y donde a veces se escucha predicar catecismo a un sacerdote y no a un presidente, millones de pobres se vuelven cada día más pobres, tal vez en la más profunda de las miserias.
La pérdida de empleos y la hambruna nacional son los reflejos de un gobierno que pone sus intereses antes que la de sus gobernados. Hasta el momento, el único propósito en mente del poder ejecutivo y legislativo es llegar victoriosos a las elecciones de 2021, sin oposición y continuar con las políticas cavernícolas de la era lopezobradorista.
Para un gobierno que ha sido puesto de rodillas por una pandemia es más fácil lavarse las manos que ponerse de pie y combatirla. La subestimación de la pandemia tiene nombres y apellidos: Hugo López-Gatell y López Obrador, un científico que desdeña la ciencia y un presidente enfermo de poder que, lejos de razonar, es intuitivo. La ridiculez y las mofas de los López reflejan la mala redacción del plan morenista y el olvido del suelo sobre el cual pisan.
El Banco Mundial (BM) señala a México como el segundo país de América Latina con más personas viviendo por debajo de la línea de pobreza nacional; donde 7 de cada 10 familias tienen problemas para el acceso a alimentos, con o sin las inflaciones de los precios. La canasta básica se vuelve un privilegio en un país donde también se criminaliza a la pobreza rampante que somete a los millones de mexicanos, utilizando la policía para despojar a quienes se ganan la vida de la manera más humilde y modesta.
También, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), prevé que México pasará de 11.1 a 15.9% de personas bajo la línea de extrema pobreza, por lo que se haría más difícil la adherencia de la población a las medidas de salud pública que son necesarias para contener la situación epidémica. Sin embargo, el gobierno mexicano ha menospreciado el llamado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para realizar pruebas de manera masiva y, así, controlar la pandemia.
México ya llegó al “escenario catastrófico” que López- Gatell pronunciaba el 4 de junio pasado: más de 60 mil muertos y más de 550 mil casos por Covid-19. Hoy esa cifra es rebasada, pero el país sigue sin hacer pruebas.
Datos del portal Our World In Data revelan que México realiza 0.07 pruebas por cada 1,000 habitantes, en comparación con Brasil (0.23) y EU (2.14), los tres países más afectados por la pandemia y cuyos mandatarios guardan un cierto símil de demagogia ante el virus. La pandemia ha superado las estimaciones oficiales. Las pruebas son nuestra ventana a la pandemia y cómo se está propagando. Sin pruebas, no tenemos forma de entender a la pandemia.
Es una de nuestras herramientas más importantes en la lucha para frenar y reducir la propagación y el impacto del virus. Las pruebas nos permiten identificar a las personas infectadas, orientando el tratamiento médico que reciben. Permiten el aislamiento de los infectados, el rastreo y la cuarentena de sus contactos. Ayudan a asignar recursos médicos y personal de manera más eficiente.
Además, las pruebas de Covid-19 también informan nuestra comprensión de la pandemia y los riesgos que plantea en diferentes poblaciones. Este conocimiento es importante si queremos evaluar adecuadamente las intervenciones que deben implementarse, incluidas intervenciones muy costosas como el distanciamiento social y el cierre de regiones e industrias enteras.
AMLO y López-Gatell no pueden seguir negando la realidad y caminando a ciegas por una ruta que sólo lleva a más sufrimiento mexicano. Podemos observar pasar el tiempo, despreocuparnos, pero hay quienes no volverán a ver la luz del día. Es momento de tomar acciones para salvar vidas y no de palabrerías. Es momento de que millones de mexicanos le den la espalda a Morena y AMLO por ser un gobierno en incapaz para gobernar un país lastimado por pobreza, la inseguridad y la pandemia. En el 2021 ahí estará la boleta electoral, toca al pueblo mexicano decidir. Por el momento, querido lector, es todo.
