Miguel Ángel Casique Olivos

“Amedrentar y aventarle todo el aparato a quien le estorbe”

El hashtag #LópezDictador que ha sido tendencia por más de ocho horas este 11 de octubre en la red social twitter, hace recordar declaraciones que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha realizado en sus primeros meses de gobierno; en el último sobre el paro que hicieron más de 25 universidades dijo que aunque se pare el país no se va a ceder al chantaje. Para el presidente toda protesta que solicite atención de alguna demanda social es chantaje o para él los anarquistas son conservadores. ¿A dónde vamos señor presidente?

La protesta de las universidades se debió a que 10 de ellas, dicen, están en quiebra y requieren recursos del Gobierno federal y, también, era por la demanda de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) sobre un incremento presupuestal de 17 mil 230 millones de pesos para el 2020.

Según la respuesta del presidente, informó que se les otorgará el equivalente al incremento inflacionario anual y que no aceptará chantajes de grupos de presión; pero nuevamente la voz de AMLO no explica ni da de detalles de que en México es necesario invertir en la educación y que ésta no avanzará sólo con repartir becas a estudiantes.

Los estados en donde las universidades pararon sus labores el 9 de octubre fueron: Veracruz, Campeche, Chihuahua, Colima, Tamaulipas, Baja California, Hidalgo, Puebla, Guerrero, Yucatán, Sonora, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Zacatecas, Sinaloa, Oaxaca, Nayarit, Guadalajara y el Estado de México; y aunque el secretario general de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (Contu), Enrique Levet, señaló que tras una negociación con funcionarios federales de las secretarías de Educación Pública y de Hacienda, ya había una posible ruta de solución para resolver las solicitudes de estas universidades, lo cierto es que están a la expectativa.

Pero al día siguiente, 10 de octubre, AMLO volvió a la cargada y con su postura, según él, “crítica” y retadora dijo que no se puede dar más a la educación de lo que puede significar la inflación y que aunque se pare el país, no se aceptarán “chantajes” que nunca van a cambiar las cosas. Habló también de ahorrar y priorizar recursos: como el pago de maestros por encima de “gastos superfluos” porque muchas veces se destinaban recursos de las universidades para financiar congresos, visitas al extranjero, mucho turismo político; universidades que hacían congresos con gastos pagados a todos los invitados.

El verdadero fondo de López Obrador es su línea agresiva contra todo lo que signifique organización para defender los derechos, no importa que sean educativos, de vivienda, de salud, de apoyos a la cultura o al deporte, para él todo es chantaje, mafia del poder, corrupción y no hay otra cosa qué hacer más que lo que su dedito diga.
Pero hoy, por ejemplo algunos, mensajes que encontramos con el hashtag #LópezDictador fueron muy críticos: el primero de la cuenta de twitter @Cryztal “Ya encontró la fórmula, amedrentar y aventarle todo el aparato a quien le estorbe para imponer su dictadura, quién sigue? Consejeros del INE?; debemos defender con todo instituciones que nos costó décadas consolidar”; el segundo tweet es de la cuenta @Safardifinafa que dice: “Lo peor que hizo este señor es dividir a las familias, antes criticábamos a Fox a Calderón y a Peña. Pero si lo criticas a él eres traidor a la patria, este señor es un porro de toda la vida odia la ley y siempre será así.”

El clímax no político…

Y quien también sigue los pasos de su jefe es Luis Miguel Barbosa, el gober de Puebla, quien tras decir hace unos días que aquellos que le robaron la elección del 2018 fueron castigados por Dios, hoy dice que él no va a pedir disculpas y que “se queden sentados” los que esperan eso; además, dijo enfático y enojado que sus “expresiones fueron de cultural popular. Es cultura popular que pegó en el corazón de la hipocresía y de la derecha”. Y por si fuera poco, dijo que el no cambiará su estilo de ser ni de pensar. Por el momento, querido lector, es todo.