Miguel Ángel Casique
La educación mexicana en crisis
Antes de la pandemia de Covid-19, el atraso de la educación básica de México ya era enorme, al igual que el acceso y la falta de recursos económicos a los centros educativos, factores que explican el gran rezago escolar de nuestros niños. Los pocos avances logrados durante casi un siglo cayeron con la pandemia, a tal grado que a los menores de 10 años se les complica entender un texto de 10 líneas.
La brecha de la desigualdad quedó aún más expuesta con la falta de herramientas como luz eléctrica, computadoras, Internet e infraestructura escolar durante la impartición de clases virtuales para las familias. América Latina fue una de las regiones del mundo que más tiempo mantuvo cerradas las escuelas, afectando a más de 32 millones de niñas y niños. Después de que los sistemas escolares fueron reabiertos, según numerosos estudios, la pérdida del aprendizaje es equivalente a un año completo.
Los especialistas han demostrado que este atraso o pérdida fue mucho mayor en los estudiantes pobres, que ni siquiera tienen un mínimo nivel de competencia frente a otros niños de su misma edad. Uno de cada tres niños en el mundo no sabe leer, según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unicef), que también revela que se incrementó al 64 por ciento el número de niños en esta condición entre 2020 y 2021.
La educación que se imparte en los centros escolares públicos del país es tan mala debido a que las autoridades se han conformado con los niveles educativos vigentes. Se sabe, gracias a datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que la pandemia provocó que 520 mil alumnos de educación inicial, primaria y secundaria abandonaran la escuela, la mayoría sin la edad mínima para desempeñar un trabajo bien remunerado, ¡más de medio millón de niños engrosaron las filas del trabajo infantil! La crisis aumentó también para los padres que pagaban escuelas privadas, pues 15 mil estudiantes migraron a la educación pública.
En su IV Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) festejó el egreso de más estudiantes durante el ciclo escolar 2020-2021, omitiendo decir que el más grave problema existente en el país es el aumento de la deserción escolar. Queda claro que al Gobierno Federal no le importa que los estudiantes de las familias más pobres y vulnerables abandonen sus estudios básicos.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que México ocupa el segundo lugar con más abandono escolar entre 18 países en plena tendencia al alza, lo que pone en una situación difícil al gobierno mexicano para elegir entre asignar más presupuesto público para combatir este problema o dejar que se incremente el analfabetismo y se estanque la competitividad mexicana frente a otros países más desarrollados.
Sin la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, en inglés) la calidad educativa es casi desconocida y se imposibilita su mejoramiento. El último resultado conocido oscilaba entre el 44 y el 55 por ciento del aprendizaje en lectura, ciencias y matemáticas. En 2022 no hay evidencias estadísticas que demuestren algún avance. El nuevo plan educativo del Gobierno Federal –“La Nueva Escuela Mexicana”– se desplaza ciegamente sobre un panorama peligroso para el futuro de nuestros estudiantes y no se advierte por ningún lado que pretenda cambiar esta situación crítica de la educación.
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación del año próximo (PPEF 2023), enviado ya al Congreso de la Unión, prioriza en el gasto en educación; pero no para atender los problemas ya mencionados sino al aumento de becas. Es necesario que se redirija ese gasto a un plan de enseñanza básica bien estructurado, en el que participen expertos en pedagogía y sistemas educativos. Urge, por tanto, un cambio de gobierno, uno que esté conformado por políticos nuevos, que opten por una educación con la que México pueda desarrollarse y ser competente en el nivel internacional. Por el momento, querido lector, es todo.