Miguel Ángel Casique Olivos
México, un desastre sin obra pública; fuerzas armadas no son la solución
“¿Cómo consideran los mexicanos que se encuentra la obra pública en el país?”, preguntaba Arias Consultores, a finales de diciembre de 2021. El 59.7 por ciento (seis de cada 10 mexicanos) respondió que mal; 15.2 por ciento que no lo sabía y solo 25.0 por ciento que bien. Entre las entidades cuyos habitantes que reprueban a sus gobernadores están cuatro morenistas: Puebla, con 8.5 por ciento; Zacatecas, 8.8; Veracruz, 13.4; y Tabasco, 13 por ciento. Y dos priistas: Estado de México, 15; y Coahuila, 20.6 por ciento.
Estos datos refuerzan la idea de que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su gobierno tienen al país en un completo desastre en lo que respecta a obra pública; en los pueblos y colonias no hay pavimentaciones, drenaje, agua potable, red eléctrica y que el sistema carretero del país se halla en completo abandono. A esto se suma la infraestructura educativa y de salud, que se halla en condiciones deplorables.
El jueves 10 de febrero, el Presidente anunció la creación de la empresa “Olmeca Maya Mexica” que estará a cargo de las Fuerzas Armadas para administrar importantes obras del gobierno; según se anunció se apuntalarán las finanzas para el pago de pensiones a militares y se adelantará el mantenimiento del Tren Maya, también manejará el Aeropuerto Felipe Ángeles en los diferentes lugares. Es decir, la compañía no tendrá otro objetivo que garantizar las obras de la 4T. No hay más.
“Queremos que las fuerzas armadas custodien el patrimonio de todos los mexicanos, que se defienda lo que es del pueblo” dijo AMLO para justificar un acto con el que puso a disposición del Ejército una gran cantidad de recursos públicos. AMLO asegura que esta acción significa un paso hacia una “estabilidad” que garantice el “legado” de la 4T; en los hechos, se trata de apuntalar su pésima administración con un control total para el que requiere la colaboración de las fuerzas armadas, asignando al Ejército y a la Marina un rol que no les corresponde y distrayéndolos de sus verdaderas funciones.
Durante 2021, el Gobierno Federal destinó 15 mil 880 millones de pesos a infraestructura del sector salud de México, 29.4 por ciento menos que en 2020; en 2019, primer año de la pandemia, se registró una caída anual del 35.9 por ciento en este rubro, y eso que el tema de la salud de los mexicanos debió ser de mayor prioridad. La inversión en educación de 2021 también registró un descenso de 8.1 por ciento menos que en 2020. Eso sí, existe un contraste con el incremento que tuvo la inversión física del sector energético (Pemex) que fue de 21.7 por ciento en 2021, con 315 mil 76 millones de pesos ejercidos en el 2020. Todos los datos son de la Secretaría de Hacienda.
En 2022 el Gobierno Federal ha estimado gastar más de siete billones y dio prioridad a la SEP, con un cuatro por ciento más; Bienestar y aumentaron 50 y 28 por ciento respectivamente; las secretarías de Energía y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano tendrán menos recursos, la primera disminuyó sus ingresos en tres por ciento y la segunda en 25 por ciento.
Este año habrá, en alguno rubros, mayores recursos para Pemex o el sector salud, que mejora, aunque su presupuesto sigue siendo insuficiente ante los estragos del Covid-19; en el sector educativo, el gasto no se adapta a los retos actuales de la crisis educativa y no tuvo grandes cambios, por ejemplo, al comprarlo con 2015; se abandonó a la Ciencia y Tecnología, quitándole 35 por ciento de lo asignado en 2015. No hay obra pública para pueblos y colonias, pero sí un 67 por ciento más que en 2021 para el Tren Maya y un 609 por ciento de incremento para el Proyecto Transístmico.
Hoy el Ejército y la Marina ya no solo vigilarán la seguridad de los puertos mercantiles y aduanas marítimas o apoyarán en emergencias y desastres naturales; ahora, también se ocuparán de funciones administrativas del gobierno, nuevos roles que contrastan con la función que han tenido durante casi todo Siglo XX. El Ejército Mexicano hoy “adquiere” o “se le quiere otorgar” un nuevo poder político. Cuando AMLO era candidato se le vio muy alejado de las Fuerzas Armadas, pero como Presidente ha depositado toda su confianza” en ellas, asignándoles nuevos roles que no deberían concentrar.
Todos los mexicanos respetamos y debemos defender a nuestro respetado Ejército, al que le concierne una tarea fundamental e irrenunciable: defender la soberanía nacional en el interior y exterior. Las Fuerzas Armadas no están preparadas (ante la nueva ocurrencia de AMLO) para las “nuevas tareas”, el Presidente está cometiendo un doble atentado: el primero denigrar, desmontar y destruir poco a poco al Ejército Mexicano con la creación de esta nueva compañía de construcción militar. Y el segundo, mantener sus obras de lujo y dejar en el olvido las carencias más sentidas de un pueblo que ve como sus calles se destruyen, sus obras se averían, y como el agua o la luz simplemente nunca les llegó por parte del que decía “primero los pobres”, de éstas el pueblo no se olvida. Por el momento, querido lector, es todo.