Miguel Ángel Casique Olivos
Niños con cáncer necesitan respaldo; alto al autoritarismo de López-Gatell
El carácter soberbio, prepotente y autoritario de los funcionarios de la Cuarta Transformación (hoy de Hugo López-Gatell contra familiares de niños con cáncer), que infringen al cometer dolorosas humillaciones y agresiones a los mexicanos, -sean clase media, mineros, estudiantes, profesores, periodistas, amas de casa, enfermos de Covid-19, etcétera-, no tiene precedentes.
Ese carácter totalmente inmoral, con falta absoluta de respeto y con nula vocación de servidor público, caracteriza a los principales funcionarios de la Cuarta Transformación, empezando por el mandatario nacional. Ellos que deben dar ejemplo de solidaridad, humildad y humanismo para atender, escuchar y buscar solución a los problemas de los mexicanos, hacen todo lo contrario.
El ejemplo más reciente de este tipo de malos “servidores públicos” fue Hugo López-Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en la Secretaría de Salud, al declarar que “sólo vemos a 20 personas haciendo manifestaciones” en la denuncia de que no hay medicamentos para la atención de los niños con cáncer, denuncia que han realizado familiares y que hoy, ante las provocaciones de López-Gatell, la inconformidad y la protesta social se escalará en la Ciudad de México y en otros estados del país.
Y es que ante el desabasto, en todos los estados, de medicamentos para los niños que padecen dicha enfermedad, los familiares han realizado protestas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM); pero incluso, el funcionario de López Obrador, encargado de la salud de la población mexicana, lo relacionó con un “golpe de estado” (sic) y en un canal de televisión redujo la problemática a frases como de “infomedia” o “efecto tóxico”; claro, todo con la intención de ocultar su incumplimiento en la compra de medicamentos.
El desabasto de medicamentos oncológicos para niños en México es otro gran pendiente del gobierno de AMLO y que ya lleva más de 955 días sin atenderse. El fenómeno comenzó a finales del 2018, justo cuando el mandatario morenista llegaba al poder; sin embargo, a casi medio sexenio el problema se ha agudizado y es ya una crisis que ha llevado a los familiares de los niños afectados a reclamar, en las calles de la Ciudad de México, atención y solución a la problemática.
El miércoles pasado al referirse al tema, López Obrador dijo que ya se estaba tratando con la UNOPS, la agencia de Naciones Unidas contratada por el Gobierno para comprar medicamentos y que en esta semana habría una solución; los padres, por su lado, sabían que era, nuevamente, sólo una promesa más y aseguran que el problema es que “las autoridades no dan solución al problema a largo plazo porque sólo compran el medicamento para el hospital que lo requiere en ese momento y sólo para 15 días”
En nota informativa de El País del 21 de junio, Luis Fernando Reyes, miembro del Movimiento Nacional por la Salud Papás de Niños con Cáncer, aseguró que “el problema de desabasto en estos fármacos comenzó a finales de 2018 y se ha agudizado durante el Gobierno de López Obrador, entre otras razones, por los cambios en el esquema de adquisición de compras de esta Administración y por los efectos de la crisis sanitaria del coronavirus”, que por cierto, ha sido muy mal atendida y también es culpa de Hugo López-Gatell y López Obrador.
De acuerdo a la información reciente al menos 20 hospitales a nivel federal y 15 centros de salud estatales registran entre un 70 y un 90% de desabasto de medicamentos de quimioterapia. Padres de familia que han protestado afirman que hay una escasez de al menos 39 claves de medicamentos para tratar el cáncer infantil, un rezago en el suministro que se ceba principalmente en el sureste de México. De acuerdo a cifras el desabasto ha provocado la muerte de 1,600 niños en México y ha perjudicado a más de 19,000 pacientes infantiles que se atienden en hospitales públicos.
¿Qué puede decir ante estas pérdidas López-Gatell?, ¿lo va a reducir a un problema de “infomedia” o a un “efecto tóxico”? El funcionario morenista no sólo ataca a los familiares de los niños con cáncer que piden y exigen ayuda de los servidores públicos, sino que les sigue mintiendo y engañando, tal y como lo izo en el mes de mayo el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien declaró que se habían comprado 730 claves de medicamentos pero jamás se dieron a conocer detalles de esa compra.
Los familiares de los menores con cáncer sólo buscan solucionar la problemática y que cuando acudan al hospital que les corresponde, sus hijos reciban el tratamiento completo, algo que el gobierno federal y los responsables de la salud no han podido resolver. A esto ahora hay que sumar los desplantes burlones y prepotentes, más las declaraciones de risa, de Hugo López-Gatell, todos muy al estilo de su jefe político de Palacio Nacional. Esta actitud sólo es echarle más gasolina al fuego, solo es abonar más a lo mal que gobierna Morena con su transformación de cuarta.
El carácter grotesco, prepotente y soberbio de los funcionarios del actual gobierno federal son la viva imagen de una forma de gobierno que no debe continuar y que llegó sólo para traer más dolor y más tristeza a los mexicanos; esas actitudes antipopulares de Gatell y la de muchos otros funcionarios, sin duda, abonarán al desplome de Morena en el poder.
Morena y la 4T no tienen claro que el ejercicio del poder político reclama obligaciones, responsabilidades inherentes a su posición que tienen gracias al voto popular, voto que en algún momento los tendrá que quitar de ese puesto público desde el que hoy atacan a quien los llevó al poder, una parte importante del pueblo mexicano. Para ejercer el poder con sabiduría se requieren recursos morales y éticos, responsabilidad y verdadera vocación, características que por ningún lado se les ven a los políticos de Morena. Por el momento, querido lector, es todo.