Miguel Ángel Casique Olivos
PANEM ET CIRCENSES; ASÍ GOBIERNAN AMLO Y MORENA
La frase latina “panem et circenses” (pan y circo) tiene su origen en Roma, allá por los Siglos I y II antes de Cristo, que aludía a la fórmula “clientelar” de los políticos de esos tiempos para mantener al pueblo “satisfecho” y distraído de sus problemas personales y cívicos, mediante el regalo de comida barata y entretenimiento, que consistía en luchas a muerte entre gladiadores y esclavos.
A 23 siglos de distancia, la historia se repite, pero ahora en México, a cuyo pueblo se da “pan y circo” para que no se interese en la política y se abstenga de participar en las elecciones -el abstencionismo generalizado de los comicios más recientes evidencia este objetivo- y para que se distraiga de sus graves problemas como el desempleo, la falta de ingresos, la inseguridad pública, incluso de la necesidad de conseguir unos cuantos pesos para llevarse un trozo de pan a la boca.
El evidente desinterés de los mexicanos hacia la política se debe a que la mayoría de los funcionarios -presidentes de la República, gobernadores, diputados y alcaldes- se olvidan de que son representantes populares y sin excepción incumplen sus compromisos de campaña, ni mucho menos atienden las demandas más sentidas de la población.
Un estudio de opinión que realizó Digital News Report este año sobre el consumo de noticias entre 93 mil personas de España, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, reveló que cuatro cada 10 entrevistados evita las noticias importantes porque, adujeron, deteriora su estado de ánimo enterarse de la pandemia de Covid-19, la guerra y el alza de precios en los productos y servicios básicos.
Esta última causa en México es, sin duda, la que mayor desánimo y malestar provoca en millones de amas de casa, porque los productos de la canasta básica están por las nubes, y no saben si sus hijos comerán hoy; ya que el kilo de pollo cuesta más de 70 pesos y el de tortilla y otros alimentos suben sin parar. También les causa doloroso desánimo saber que una herida puede infectarse con tétanos y que no hay dinero para pagar un médico y comprar medicamentos. Además, ¿quién puede alegrarse si sabe que, al salir de su hogar, puede ser asaltado y asesinado?
Por ello, es de suma importancia saber que los mexicanos no quieren enterarse de su realidad porque ésta es muy dolorosa, inhumana y mortal. Su desinterés por la política ─que se refleja en el abstencionismo y en su indiferencia hacia las noticias─ no contribuye un ápice en resolver los problemas sociales como la pobreza, la insalubridad, la mala educación, el desempleo, la inseguridad y la violencia; incluso alienta a los gobernantes para que sigan manipulándolos y usándolos durante las elecciones mediante la compra de votos.
Hoy en México, como en la antigua Roma, la política de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ofrece “pan y circo”, ya que con esta vieja fórmula clientelar puede atraer votos que le garanticen su permanencia en el poder político para después pasar la estafeta a su “corcholata” preferida. Por eso ya empezó a llenar el Zócalo, primero con un concierto y luego con una “magna” clase de box.
Poco antes anduvo en Oaxaca, donde se tomó la foto para simular que se preocupa mucho por los damnificados por el huracán Agatha, aunque en los hechos éstos deban pasar por un tortuoso y excluyente censo que muy probablemente, como ocurrió en Tabasco, no se convertirá en apoyos económicos para las 50 mil personas afectadas por el citado flagelo. Hoy los programas de AMLO son clientelares y sus eventos son pan y circo. Por el momento, querido lector, es todo.