Miguel Ángel Casique Olivos
Reforma a las pensiones, ¿a quiénes beneficia?
En apariencia vemos que la reforma a las pensiones no es mala, es más, se ve que Arturo Herrera, a quien le encargaron elaborar esa reforma lo hizo bien; y en parte, no es mala, ya que los trabajadores que se jubilarían con la ley de 1997, tendrían pensiones muy pequeñas. Todo parece que si se ejecuta bien, esta reforma podría ayudar a un aparte considerable de los trabajadores.
De todas maneras, como todo lo que hace el gobierno de la Cuarta Transformación nada es casual y a todas luces se ve que lo que realiza, tiene el objetivo y la mira puesta en las elecciones del 2021, tenemos que irnos con calma; desde el Palacio Nacional, del Congreso Federal y desde las gubernaturas donde tiene poder Morena, la instrucción ya se dio, ganar en el 2021 a como dé lugar, no le hace que se viole la ley, se reprima, encarcele o se tengan que usar todos los medios para atacar al enemigo.
Sin entrar mucho a detalle, el número de semanas para obtener una pensión básica o mínima, de mil 250 pesos, se reduce a 750 semanas, es decir de 24 a 14 años, y esto quiere decir que un trabajador se podría jubilar con sólo 14 años trabajados; ¿es en serio?, ¿suena muy bonito, no?; pero lo curioso y aquí vamos a empezar, querido lector, con algo de “peros”, es que no se dice cuánto costará al erario, al gobierno y al estado y lo que sí se ve es que la aportación de los patrones subirá de 5.13% al 13.87% sobre los salarios y esto va a encarecer el empleo formal.
Otra de las cosas que sucederá es que los trabajadores van a seguir pagando el mismo porcentaje, que era de 1.125 por ciento, mientras que lo que se aportaba a las afores, que era de 6.5 por ciento ahora será de 15% de los salarios, incremento que sólo se da a los patrones, desde luego, sería el colmo que se le cargara a los trabajadores; el gobierno tampoco sale afectado porque seguirá aportando 0.225 por ciento; ¡Mire usted nomás!
Algo negativo o problemas de la reforma es que encarecerá a los trabajadores formales, pero en México el 95.4 por ciento de las empresas son micro, con menos de 10 trabajadores o máximo 10, son pequeñas el 3.6 por ciento y 0.8 son medianas y sólo el 0.2% son grandes. Vistos estos datos, lo que podría pasar es que la contratación de trabajadores formales se tenga que reducir y por tanto así se reducirá el número de trabajadores que tengan derecho a una pensión; en fin, las maniobras dentro de las empresas lo veremos más adelante, pero como siempre, quien pagará los platos son los obreros, las amas de casas y las familia empobrecidas; también puede suceder que el número de trabajadores que están registrados en el IMSS aumente pero el resultado será que los sueldos serán inferiores a los reales.
El panorama entonces se ve oscuro y más cuando el gobierno, durante todos los meses de la pandemia, se ha negado a apoyar a los empresarios para que pudieran pagar y mantener los sueldos a sus empleados en esta crisis de salud, alimentaria y económica.
Otro de los grandes aspectos ignorados es que la reforma no toma en cuenta los más de 24 millones de trabajadores (el 51.8 % de la PEA) informales; incluso, se hablaba ya de la destrucción de 12 millones de empleos formales e informales, una cifra que, según expertos, se ha mantenido durante el mes de junio y lo que va de julio. Los trabajadores informales, en esta reforma, ni ganan ni pierden.
El tema, entonces, podría traer beneficio dentro de una década si los salarios de los trabajadores formales no vienen a la baja, si existe una rápida reactivación económica en el país (algo que se ve lejano por la crisis económica y política, aumentadas por la mala atención de la crisis pandemia del Covid-19) y que los empresarios acepten las condiciones del gobierno morenista.
Sin embargo, y con todo lo bueno que pudiera ser, AMLO se quiere colocar una palomita en su bitácora donde hay puras cruces, pero esa palomita pretende que se las regalen los empresarios a quienes ha maltratado mucho. Por lo pronto el gobierno federal no pondrá ni un solo peso en esta reforma y la propuesta huele a mantener simpatía de los mexicanos, es decir votos para el 2021. ¿Y los empresarios y patrones de las empresas van aceptar esto? o, ¿qué acuerdos hubo detrás de esto? El tiempo lo irá diciendo. Por el momento, querido lector, es todo.