Abel Pérez Zamorano El primero de enero, el pueblo recibió un duro golpe con el aumento del 20 por ciento en el precio de la gasolina, y aumentos menores pero significativos en gas y electricidad, lo cual ha desatado justa indignación social y airadas protestas mediante bloqueos de carreteras, marchas y asaltos a gasolineras para hacerse de combustible gratis como represalia. Pero llama la atención que no se analiza el problema; todo se reduce a consignas y epítetos sin esclarecer las causas de fondo y, por ende, las verdaderas soluciones.