Barack Obama rindió homenaje el viernes 27 de mayo de 2016 a los 140 mil muertos por el primer ataque nuclear del mundo durante su visita a Hiroshima, y trató de llamar la atención del mundo sobre su visión incumplida de conseguir un mundo sin armas nucleares, al convertirse en el primer presidente de Estados Unidos que visita Hiroshima durante su mandato.