Nuestro sistema de justicia ha dado muestras de ser imperfecto desde hace mucho tiempo. Y no es que tenga intención de hacer un señalamiento en específico, simplemente es que la justicia en México es una entelequia porque solamente existe en nuestra imaginación y en la de aquellos que la reseñan, porque la verdad es que cada día nos enredamos más y pocos resultados a satisfacción de los mexicanos encontramos en las decisiones de quienes debieran protegernos y que solamente se contentan con dejar pasar las cosas.
La COPARMEX alertó al Gobierno federal que de no atenderse las demandas de todos los sectores que a diario se presentan manifestaciones político-sociales en la capital de la República, se corre el gravoso riesgo del renacimiento de movimientos guerrilleros que podrán en riesgo la paz social de toda la nación. La cúpula empresarial consideró que los capitalinos se han convertido en rehenes cotidianos de diversos grupos de presión, por lo que se requiere garantizar el estado de Derecho a las miles de familias que habitan la capital.
Ciudad de México.- Si bien los capitalinos están perdiendo la oportunidad histórica de involucrarse en el diseño de una Constitución que realmente refleje el ideal de convivencia y visión para construir una mejor ciudad capital a pesar de s alto costo económico y financiero, el presidente de COPARMEX-CDMX, Jesús Padilla Zenteno, urgió a la ciudadanía a ser conscientes del poder de su voto y de sus derechos para intervenir en la construcción de un mejor futuro.
El jurista mexicano Édgar Elías Azar, reconoció en el Papa Francisco su liderazgo mundial -con 1,254 millones de creyentes-, al sellar su preocupación por el desafiante delito de la trata de personas que ya es combatido por todos los aparatos de justicia en el orbe, toda vez que este contravención se ha globalizado de forma muy peligrosa al tener a su alcance el extraordinario desarrollo de las herramientas y tecnologías de comunicación a través del Internet.
En una “mesa redonda” en conocido canal de televisión con los presidentes de tres de los partidos “más representativos” (?) del país (PAN, PRI y PRD), el domingo cinco de junio por la noche, es decir, después de concluida la jornada electoral de ese día, se dio uno más de los acostumbrados sainetes a base de descalificaciones, imputaciones e injurias recíprocas entre los tres participantes a que ya nos tienen acostumbrados los políticos mexicanos. Me sorprendió la virulencia de la discusión por su carácter extemporáneo pues, ya concluida la jornada electoral y conocidos los resultados en lo fundamental, yo esperaba una discusión seria sobre los problemas esenciales del país y lo que los partidos ahí presentes proponen para intentar resolverlos. No fue así, como ya queda dicho.
Tal parece que el Gobierno de la Ciudad de México arrió banderas, fue derrotado, se dejó ganar la guerra de las calles por el comercio informal. Ni la autoridad central, mucho menos las delegacionales pudieron ante el poder del dinero, del “entre”, de los votos corporativos, del acarreo político, de las conveniencias partidistas y se van por la fácil: “dejar hacer, dejar pasar”.