Por: Vladimir Galeana Cuando la mendicidad se hace presente en los hombres y las mujeres que dicen dedicarse al ejercicio político, el daño ocasionado nunca lo asumen ellos, sino las instituciones. Hay quienes afirman que esas instituciones son ya arcaicas y que no sirven de mucho para los álgidos tiempos que estamos viviendo en el país, pero en lo personal disiento de ello, porque si de algo podemos vanagloriarnos es que quienes se encargaron del diseño y operatividad de dichas instituciones, después de la etapa conocida como Revolución Mexicana, fueron hombres de Estado con una clara visión de futuro.