Aquiles Córdova Morán Tengo la impresión de que todos estamos enterados del conflicto entre EE.UU. y Corea del Norte y temerosos por la creciente tensión entre ambas naciones, tensión que a cada hora nos acerca más a una guerra nuclear que, como dije en mi artículo anterior, barrería de la faz de la tierra todo rastro de vida orgánica y de civilización. Lo que ya no es seguro es que todos estemos bien informados sobre la verdadera causa del conflicto ni, por tanto, de quiénes son los culpables de estar alimentando tan incalificable crimen contra el género humano.