Guadalupe Orona Urías
Pachuca, Hidalgo.- «El término eureka es una interjección de origen griego “heúreka”, que significa “descubrir”. Es utilizada por alguien como celebración de un descubrimiento o hallazgo, ¡eureka! que es lo mismo ¡lo he descubierto!». Rusia ha encontrado ya el antídoto para el coronavirus. Las autoridades rusas afirmaron la semana pasada que habían producido su primer lote de la vacuna contra el Covid-19. El presidente Putin declaró que una primera vacuna eficaz fue registrada en Rusia por el Centro de Investigación de Epidemiología y Microbiología Nikolai Gamaleya, en Moscú, en asociación con el ministerio ruso de Defensa, e informó que la producción industrial comenzará en septiembre y que 20 países ya habían encargado con antelación más de mil millones de dosis. Es decir, estamos a unos días de que empiece a circular el remedio para evitar más muertes y tanto dolor.
Inmediatamente después anuncia el presidente de Argentina, Alberto Fernández, que México y su país producirán la vacuna de AztraZeneca y Oxford contra el COVID-19, y que el organismo responsable de financiar este proyecto es la Fundación Carlos Slim. Así lo dio a conocer Arturo Elías Ayub, director de la Fundación Telmex-Telcel y, posteriormente, el propio presidente López Obrador. Elías Ayub también declaró que: “ La Fundación podría perder una “cantidad importante” si la vacuna de AztraZeneca y Oxford no pasa la fase 3, que es la última antes de que la FDA en EE. UU. le dé el visto bueno para comenzar a producirse. Sin embargo, si no pasa la fase 3, las dosis producidas no funcionarían. De la vacuna, que todavía se encuentra en fase de estudios clínicos, esperan presentar resultados de las pruebas en noviembre, para luego conseguir la aprobación del órgano regulador de Estados Unidos (FDA), y en México por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). También señaló que: “Vamos a empezar a producir antes siquiera de que se apruebe la vacuna. En caso de que no se apruebe, la Fundación perdería ese dinero; en caso de que se apruebe, con la venta de la vacuna se le regresaría a la Fundación sin intereses el dinero que se está poniendo ahorita”.
(Fotografía Prensa Latina)
Ya en otras ocasiones he señalado cómo la política del actual gobierno morenista ante la pandemia no ha sido precisamente proteger a la población; que no ha aplicado un mecanismo eficiente para cortar la cadena de contagios: pruebas masivas para saber quién está contagiado y, por lo tanto, suministrar inmediatamente el tratamiento médico necesario y con ello evitar que los enfermos lleguen graves al hospital, y así disminuir significativamente las defunciones. Una política eficiente requiere que el gobierno realice pruebas masivas y se pueda confinar a los contagiados, pero, como también lo hemos dicho hasta el cansancio, para que sea posible el “quédate en casa”, es necesario que el gobierno aplique una política de ayuda económica a las familias de menos recursos, es decir, atender a la petición de un programa alimentario para la gente que lo requiera, para las familias más necesitadas, así como un salario solidario a todos los que han quedado sin trabajo, que les permita, además de garantizar el alimento, solventar necesidades como renta, pago de luz, agua, gas, etc. Pero, precisamente para no destinar recursos económicos ni en la aplicación de pruebas ni en un programa de alimentación, y menos en un salario solidario o seguro del desempleo, se está permitiendo incrementar la movilidad de la gente, ya que la necesidad la obliga a salir para ganarse el sustento; los resultados de esta política son evidentes: a más movilidad, más contagiados y más muertos.
Una vacuna vendría a resolver este gravísimo problema y nos permitiría volver a la vida normal, a todas las actividades y en particular a la económica sin poner en peligro la salud de los mexicanos. La interrogante que salta a la vista es: ¿por qué, si ya Rusia tiene la vacuna y estará produciéndola industrialmente para el mundo, nosotros debemos esperar todavía seis meses (si es que pasa la fase 3) para contar con ella y poder salvar miles de vidas? ¿Por qué si 20 países ya adelantaron su pedido, nosotros tenemos que esperarnos a ver si funciona una que aún está en fase de desarrollo e investigación?. La respuesta, desde mi punto de vista es simple: porque a nuestro gobierno, insisto, poco le importa la vida de millones de mexicanos, pero, sobre todo, en este caso, porque le sigue rindiendo pleitesía a los Estados Unidos, a su gobierno ultra neoliberal; porque seguimos considerándonos colonia de los Estados Unidos y nuestra forma de pensar es precisamente de subordinados; padecemos, como lo acaba de señalar el ingeniero Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista, de un colonialismo mental. Así que, como también quedó dicho por el maestro Aquiles, a los ciudadanos nos toca exigir que el gobierno mexicano adquiera, ¡pero ya!, las vacunas rusas para poner a salvo la vida de los millones de mexicanos.
Pachuca, Hidalgo,