Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO).– Hace tres décadas el futbol mexicano es El Dorado para el resto del balompié latinoamericano. Costosas transferencias y jugosos salarios lo hace una especie de Santo Grial para el resto de los jugadores del continente. No importa que los obreros del balón sean tratados como esclavos con grilletes de oro. Porque, a diferencia de sus países, llegan a tener salarios hasta de cuatro millones de dólares anuales. Amén del elevado valor de compra-venta.
Y son extranjeros –brasileños y argentinos, principalmente–, alrededor de 40 por ciento de los jugadores de la liga MX: 188 de 474 jugadores. Ésta cifra corresponde al llamado torneo Guardianes 2020, que arrancó el 24 de julio.
Entre 2018 y el torneo anterior su inversión para sumar nuevos futbolistas fue de 425 millones de dólares, poco más de nueve mil millones de pesos.
Sin embargo, muchos de los foráneos son, literal, “troncos”, como se dice popularmente. Por eso, en buena medida la mediocridad de la liga que repercute de forma negativa en El Tri: su mayor aspiración es disputar el quinto partido mundialista. Que no consigue desde México 1986.
La pandemia del covid 19 ha significado un giro de 190 grados –en compra-venta y préstamo de jugadores– que puede llegar a ser mortal. Porque, históricamente, prima el negocio, donde se atisba aguda crisis, por encima del espectáculo.
Porque en un futbol globalizado, lo que sucede en un país impacta en otros. La crisis económica del balompié mexicano afectará a todos los torneos de la región. Es una suerte de efecto dominó del balón, similar al efecto tequila.
Y urge reingeniería –o resiliencia– financiera para superar la virulenta crisis económica que se avecina, como dicen los especialistas.
La Liga MX estaba fuera del Top 20, pese a ser la mejor el mejor torneo de Concacaf, al sumar 600 puntos, antes de comenzar el pandémico flagelo mundial, a principios del presente año.
Era superada por Paraguay, Escocia, Bélgica, Ecuador, Túnez, Rumanía, Marruecos, Croacia, Grecia y Serbia, según la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS, por sus siglas en inglés). Algo que no extrañaría.
El valor total de Liga MX, según Transfermarkt –portal de cotización de clubes, jugadores y ligas— es de casi 668 millones de euros –cercano al polémico costo de la cláusula de rescisión de contrato de Lionel Messi con Barcelona, equivalente a 18 mil millones de pesos.
Según cálculos realizados por el diario El Economista, a mediados de mayo pasado, ascendería a poco más de mil 807 millones de pesos en pérdidas sólo en las siete fechas restantes del torneo regular -al considerar los promedios de asistencia hasta la jornada 9 y dos partidos de la 10 más datos económicos de la Liga- y faltaría sumar la liguilla.
Esos mil 807 millones representan el 46.5% del total del ingreso por este concepto en las 17 jornadas.
Es decir, el torneo regular, con liguilla y final, podría arrojar unos cinco mil millones de pesos a las arcas de los zares del balón.
En el invierno del 2014, el poderoso equipo América –caracterizado por hacer compras escandalosas de piernas– rompió el mercado mexicano con la contratación del colombiano Darwin Quintero. Pagó por él 11 millones de dólares al club Santos. Al portero Guillermo Ochoa lo repatrió del futbol europeo, hace un par de años, con salario de cuatro millones de dólares, uno de los más altos del balompié nacional.
Míseras, aves millonarias
Antes de responder, Miguel Herrera, técnico del América, hizo una breve pausa, desde su orgullosa obesidad, durante una conferencia de prensa.
“No hay dinero para pagar a esos jugadores y no hay dinero por la crisis”, reconoce con su cantarina voz de barrio bajo de la ciudad de México. Por cuyos servicios, incluso, según versiones periodísticas, se interesaron en la Liga Inglesa, tras dirigir al Tri en el Mundial de Brasil 2014. También, ha corrido el rumor de que el Betis de España lo querría.
El técnico americanista, 52 años de edad, exjugador de Atlante y toros Neza, sonrió cuando le preguntaron sobre la posibilidad de integrar a Arturo Vidal, jugador chileno del FC Barcelona, a su plantilla. Aquél que fue uno de los villanos del vergonzante 7-0 sobre México en Copa América 2016.
Pero la lapidaria sentencia del entrenador mexicano es la realidad de toda la Liga MX: no hubo dinero para fichar futbolistas.
“Por ahí Nico Castillo (también chileno) le dice a (Arturo) Vidal y capaz dice que sí… pero hoy en día la economía es muy difícil, » elucubró el entrenador del América cuando le dijeron de esa opción.
América es uno de los cuatro equipos más populares del balompié nacional con Pumas, Chivas y Cruz Azul. Hace poco más de una década trascendió que era dueño de unas 200 cartas de jugadores profesionales, mexicanos y extranjeros, sobre todo latinos. Dinero sobra en sus arcas gracias al ingenio empresarial.
Porque las Águilas son propiedad de la influyente dinastía Azcárraga desde la década de los años 60s. También posee a Televisa, empresa más importante de entretenimiento de habla hispana en el mundo. Y que, desde 1960, a la sombra del poder, ejerce un férreo control de sobre el balompié nacional que impide su crecimiento.
De acuerdo con datos del portal El Míster, los equipos del torneo Guardianes 2020 redujeron 90% (89.8% para ser exactos) su inversión en contratación de jugadores respecto al Clausura 2020.
¿Motivo?
La crisis económica provocada por la pandemia mundial de la Covid-19.
La Liga MX es una de las que más reactiva la economía del mercado latinoamericano de fichajes. Entre 2018 y el torneo anterior la inversión para sumar nuevos futbolistas fue de 425 millones de dólares. Ningún país del continente tuvo un gasto de tal magnitud en ese lapso.
Ni la MLS ni el Brasileirao.
Pero ahora, la crisis sanitaria de la Covid19 -que obligó cancelar el Clausura 2020, a renegociar contratos de televisión y de publicidad- orilló a los clubes a cerrar su laxa llave para la inversión en fichajes.
De acuerdo con datos de Transfermarkt, Futbol Finance y BeSoccer, los 18 equipos de la Liga MX apenas han gastado 10.3 mdd –222 millones de pesos–.
¿Cómo podemos interpretar ese número?
Es 9.8 veces menos que el Clausura 2020 y 7.7 menos que el Apertura 2019.
Piernas a la baja
El 19 de junio pasado, cuando Antonio Mohamed, célebre exfutbolista argentino y ahora estratega de Monterrey, respondió en conferencia de prensa, no se le notaba ni molesto o decepcionado. Aceptaba la realidad.
“En otro momento se hubiera ido por él, pero por la situación económica actual es complicado”, dijo El Turco, con cálida frialdad en referencia que daba por descartada la llegada de Sebastián Vegas.
Mazatlán FC, dueño de su carta, quería negociar siempre y cuando fuera una venta. Después de casi un mes de pláticas lo prestaron con opción a compra (4.5 mdd).
Rayados es el club mejor cotizado de los 18 de Liga MX por Transfermarkt: 93 millones 600 mil euros, alrededor de dos mil 361 millones de pesos, aunque Forbes lo coloca en casi 6 mil 930 millones.
Rayados no es de los clubes que escatima dinero para invertir. Cuando un jugador le interesa va por él, como dice Mohamed.
Un dato lo confirma: 104.2 mdd –dos mil 245 millones de pesos– en jugadores en los últimos 10 torneos. Pero en esta ocasión no fue fácil.
Tan solo entre Rayados y Cruz Azul –que llegó a 23 años sin conseguir el noveno título de liga– la cifra de inversión en la última decena de torneos fue de 230 mdd –cuatro mil 956 millones de pesos–. Si los que tienen más plata no gastan, ¿qué podemos esperar del resto?
Mauro Quiroga, un futbolista argentino que llegó a México por 600 mil dólares, fue vendido del Necaxa al San Luis (4 mdd) hace unos meses. Es el fichaje más caro de la Liga MX para el Apertura 2020.
Para dimensionar la contratación, Mauro significa la transacción número 100 en la historia del futbol mexicano por su valor económico.
Según los datos de Transfermarkt y BeSoccer, por ahora solo hay cuatro compras definitivas. Más del 95% de los ‘fichajes’ de los clubes del futbol mexicano son préstamos.
Las otras dos compras que se realizaron fueron la de Joel Campbell, quien fue adquirido por el León de forma definitiva (2.3 mdd) del Frosinone de Italia.
Y América hizo válida la opción de compra al Juventud de Uruguay por Federico Viñas (2 mdd). Ambos ya estaban en el balompié nacional.
El nuevo rostro es David Barbona quien fue transferido de Racing a Xolos en 1.4 mdd.
Varios de los traspasos para el Apertura 2020 han sido con opción a compra y otros jugadores regresan para ‘reforzar’ al club dueño de su carta luego de haberlos adquirido y tenerlos a préstamos en otras instituciones.
Ese es el caso de Nico Díaz. Mazatlán FC (antes Morelia) adquirió en enero el 90% de su pase por 1.1 mdd pero estuvo cedido en el Palestino de Chile.
También está el traspaso de Leo Fernández. Tigres compró su carta en junio del 2019, lo prestó a la U. de Chile y para el Clausura 2020 al Toluca, y en teoría sería la pareja en el ataque de André-Pierre Gignac.
Clubes mexicanos tuvieron hasta el 5 de septiembre para realizar transferencias, esto debido a la pandemia de la Covid-19.
Que los equipos mexicanos no inviertan en fichajes, es un golpe a la economía de los clubes sudamericanos, que ven en el mercado nacional como un sitio donde pueden colocar su talento.
Por ejemplo, Independiente recibió de Rayados 15.4 mdd por la venta de Maximiliano Meza. El Internacional de Porto Alegre cobró 10.5 mdd de Tigres por el uruguayo Nicolás López.
Rumbo al dramático baloncidio.