BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.- Incluso con pandemia, la Selección Mexicana sigue siendo el producto estelar de ingresos para la Concacaf. La participación del Tricolor en la Copa Oro 2021 — que, sin embargo, hay quienes lo consideran torneo “patito”, magro nivel futbolístico– tiene una derrama económica potencial de poco más de 363 millones de dólares por concepto de taquilla… en caso de que logre avanzar hasta la final.
Pero si no, solo sus tres partidos de fase de grupos suman 135.5 millones. Algo impensable, porque su rival a vencer, Estados Unidos, llegará sin algunas de sus principales estrellas, como Christian Pulisic, jugador del Chelsea. Mientras que el técnico rival, Gerardo Martino decidió apostar por en argentino naturalizado mexicano, Rogelio Funes Mori, en jugar de Javier Hernández, Chicharito.
Aunque el covid-19 no ha cesado, el avance en vacunación en Estados Unidos, donde el 75.7% de su población ya ha recibido al menos una dosis (de acuerdo con su gobierno), ha permitido que la organización de la Copa Oro solo limite aforos en una de las ocho sedes del torneo. Negocio garantizado si se calcula que hay unos 36 millones de habitantes con raíces mexicanas.
El BBVA Stadium en Houston es el único obligado a recibir 30% de su aforo (alrededor de 6,500 aficionados), mientras que las otras sedes estarán al 100%. Entre ellas están el AT&T Stadium de Arlington y el Cotton Bowl en Dallas, que recibirán los partidos de primera ronda de México.
El Tri iniciará su participación el sábado ante Trinidad y Tobago en Arlington, donde habrá un aforo máximo de 80,000 personas. Los boletos oscilan entre los 27 y 2,820 dólares, por lo que un lleno total redituaría en 113.88 millones de dólares (con un precio promedio de 1,423.5 dólares).
Los siguientes partidos, contra Curazao y El Salvador, se jugarán en Dallas, donde está permitido un aforo máximo de 92,100.
Para dichos juegos, los boletos cuestan entre 35 y 200 dólares, por lo que, con un precio promedio de 117.5 por persona y en caso de llenos, se esperaría una derrama total de 21,643,500 dólares.
Es decir, aunque México perdiera sus tres juegos y no superara la fase de grupos, los estadios llenos asegurarían un ingreso total por taquilla de 135,523,500 dólares, que son alrededor de 2,709 millones de pesos.
No es una locura pensar que, ante rivales de bajo perfil como Curazao y Trinidad y Tobago, la afición mexicana pueda llenar estadios, pues es algo que ha ocurrido en otras ediciones de la Copa Oro y, ya en pandemia, México ha roto récords de asistencia en juegos amistosos en Los Ángeles (contra Nigeria) con 53,258 aficionados y en Atlanta (contra Honduras) con 70,072.
Si México supera la fase de grupos, como ha ocurrido en todas las ediciones desde 1991, jugaría su partido de cuartos de final en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona (no importa si clasifica como primero o segundo de su grupo).
Dicho inmueble tiene capacidad para 63,400 personas y los boletos para esa fase se venden entre los 35 y 500 dólares. Con el lleno y un precio promedio de 267.5, los cuartos de final generarían una derrama de 16,959,500 dólares.
Para las semifinales, los partidos se jugarán en el Q2 Stadium de Austin, cuyo aforo máximo es de 20,500. En esta ronda los boletos van desde los 199 hasta los 777 dólares, por lo que, con un precio promedio de 488, se ingresarían 10,004,000 dólares por taquilla.
La final tendrá como sede el estadio Allegiant en Las Vegas, con capacidad para 65,000 espectadores. Aquí los boletos están entre los 180 y 6,000 dólares, aunque el sitio oficial de ventas advierte que los precios pueden aumentar conforme se acerque la fecha (1 de agosto).
No obstante, con esas cifras, el precio promedio es de 3,090 dólares y con un lleno se ingresarían 200,850,000.
En total, si el Tri logra avanzar hasta la final de la Copa Oro 2021, generaría un ingreso aproximado de 363,337,000 dólares por taquilla, de los cuales 135.5 provendrán de la fase de grupos, que son los tres partidos obligatorios.
De acuerdo con el sitio oficial de ventas, el boleto más barato para ver a México en este torneo es de 27 dólares, mientras que el más caro sería de 6,000 en caso de avanzar a la final.
El boleto más costoso en fase de grupos es contra Trinidad y Tobago en el debut, tasado en 2,820 dólares, que son alrededor de 56,381 pesos.
En comparación, un boleto para el duelo entre El Salvador y Curazao, los otros rivales de México en la fase de grupos, cuesta 50 dólares el más barato y 95 el más caro. Los precios y los aforos al 100% dan preferencia a los encuentros del Tri, que buscará su primer bicampeonato desde que ganó las ediciones consecutivas de 2009 y 2011.
EU sin estrellas
Rivales por el dominio de la Concacaf, México ha apostado fuerte por revalidar el título de Copa Oro en la edición 2021, que arranca el sábado, mientras Estados Unidos competirá ante su público sin sus figuras que juegan en Europa.
En este equipo alternativo para la Copa Oro, principal torneo de selecciones de Concacaf, Estados Unidos prescindió del delantero del Chelsea Christian Pulisic, primer futbolista de este país en ganar la Liga de Campeones de la UEFA.
La afición estadounidense tampoco verá al mediocampista Weston McKennie (Juventus), al lateral Sergiño Dest (FC Barcelona) ni al punta Gio Reyna (Borussia Dortmund), ninguno de los cuales, al igual que Pulisic, supera los 22 años.
El técnico Gregg Berhalter decidió dar descanso a los miembros de esta nueva e ilusionante generación después de que levantaran en junio el trofeo de la Liga de Naciones de Concacaf, en la primera final regional que Estados Unidos le ganó a México en 14 años.
Solo un titular de Estados Unidos en esa dramática victoria (3-2 en la prórroga) en Denver, Kellyn Acosta, fue convocado para la Copa Oro.
En cambio, Berhalter confeccionó una lista formada principalmente por jugadores de la liga de futbol norteamericana (MLS), a quienes podrá evaluar de cara al inicio en septiembre del octogonal final de las eliminatorias regionales para el Mundial de Catar-2022.
La convocatoria cuenta con algunos futbolistas ya asentados en la selección, como Sebastian Lletget o Paul Arriola, y caras nuevas como el mediapunta Gianluca Busio, quien a sus 19 años se perfila como una de las próximas promesas estadounidenses en dar el salto a Europa.
“Siempre que competimos por un trofeo, queremos ganarlo”, dijo Berhalter. “Al mirar la lista, nos centramos en los chicos que están en forma y pueden ayudar al equipo a ganar”.
Funes, si; “Chicharito”, no
México, en cambio, no se dejó a nadie en casa para revalidar el trofeo de Copa Oro logrado en 2019.
Solo tres de los titulares en la final de Denver se perderán el torneo, incluido su emblemático arquero Guillermo Ochoa, ya que fueron seleccionados para los Juegos Olímpicos de Tokio.
El argentino Gerardo Martino, seleccionador de México, contará con buques insignias del Tri de los últimos años como Héctor Moreno (Rayados), Néstor Araujo (Celta de Vigo), Héctor Herrera (Atlético de Madrid) y Jonathan dos Santos (LA Galaxy), autor del único gol de la pasada final de Copa Oro ante Estados Unidos.
El “Tata” Martino también tendrá a sus órdenes una renovada ofensiva formada por Hirving Lozano (Nápoles), Jesús Corona (FC Oporto) y el argentino Rogelio Funes Mori (Rayados de Monterrey), recién nacionalizado mexicano.
El delantero surgido de River Plate se estrenó la semana pasada en un amistoso ante Nigeria. Mientras en México se debatía con pasión sobre la exclusión de Javier “Chicharito” Hernández, Funes Mori solo tardó cuatro minutos en cantar gol con la playera del Tri.
El “Tata” Martino aceptó la responsabilidad de su equipo para reparar la decepción de Denver pero rechazó que la presión sea mayor por las bajas que presenta Estados Unidos.
“En el 2019 Estados Unidos estaban completo, nosotros no, y la obligación de ganar la teníamos de la misma manera”, afirmó el técnico argentino, que estrenó su palmarés con México en aquella Copa Oro de hace dos años.
“La obligación la ha puesto el mundo del fútbol, los periodistas, y está sobre las espaldas de México desde siempre. Lo que haga o no Estados Unidos no es motivo de opinión de mi parte”, subrayó.
La Copa Oro es el escenario tradicional donde México y Estados Unidos han medido su acérrima rivalidad de países vecinos, con complejas dimensiones que superan lo deportivo y que se extiende a lo largo de 71 partidos desde 1934.
Ambas selecciones se han repartido casi a medias los triunfos en 14 de las 15 ediciones desde que la Copa Oro adquirió este nombre en 1991, con ocho victorias para México y seis para Estados Unidos.
Únicamente Canadá, en 2000, ha sido capaz de inscribir también su nombre en el palmarés de la competición.
Cuando se han enfrentado en las finales, México ha apabullado a su vecino con un balance global de 5-1, incluyendo un aplastante 5-0 en 2009, pero Estados Unidos advierte de que abrió una nueva fase tras romper su racha perdedora en Denver.
(Con información del diario El Economista)