*La perorata presidencial fue callada por exigencia de ¡justicia! ¡justicia!
Por Luis Repper Jaramillo*
Un órgano burocrático más, millones de pesos y discursos vacíos envueltos en demagogia, incapacidad y falsas promesas no detienen la bala asesina en contra de un periodista, a quien sicarios quitan la vida pretendiendo con ello callar la verdad, que desenmascara, evidencia y señala la corrupción, colusión y componendas de la delincuencia organizada con los gobiernos federal, estatales y municipales.
Quien carece de conocimientos, de control político y administrativo de un país cree que con peroratas, palabrería y deshonra a su palabra puede convencer que “ni un periodista más será masacrado”, porque lo festina con voz compungida, quebrada o simulada. No Enrique Peña Nieto, recuérdalo “la verdad no se calla matando comunicadores”
Lo anterior a raíz del lamentable atentado más reciente que cobró la vida del colega Javier Valdez Cárdenas, en Culiacán, Sinaloa, y antes de Moroslava Breach, en Chihuahua, casualmente ambos corresponsales del Diario La Jornada. Pero no sólo fueron ellos dos, la lista de periodistas asesinados en el sexenio fallido de Peña Nieto es larga, 34 más, sin que la ofertas de inhibir los atentados sean tan falsas, como sus promesas de campaña presidencial en 2012.
Desde el homicidio del Columnista de Excélsior, el maestro Manuel Buendía Téllezgirón, el 30 de mayo de 1984, (gobernaba el PRI el país y el DF) no se había levantado tanta indignación por los asesinatos der Javier y Miroslava, que la sociedad tomó cartas en el asunto, condenando la incapacidad de las autoridades por detener los atentados contra profesionales de la información.
¿Por qué la reacción de la gente? Porque nota que los tres órdenes gobiernos en turno, eliminan a la única profesión creíble y confiable, que dice la realidad de lo que sucede en el país, para ocultar la corrupción de los cuerpos policiacos, los funcionarios públicos y el control que tiene la delincuencia organizada de la vida cotidiana en el país.
Y mire que no se equivocaron nuestros compañeros liquidados Javier, Moroslava y los 34 más, al divulgar en sus notas, columnas, reportajes las corruptelas de gobernadores (Javier Duarte de Ochoa, César Duarte Jáques, Humberto Moreira y su hermano Rubén, Roberto Borge, Rodrigo Medina, etc. y sus ligas económicas con los Cárteles de sus entidades… Las evidencias están a la vista que 12 de 18 mandatarios estatales están en proceso, investigación o detenidos por sus “marranadas” y traiciones.
A raíz del cobarde asesinato de Javier Valdez, al inquilino de Los Pinos le dio miedo, e ipso facto convocó a una reunión en la sede de Parque Lira, para echarse un rollo mentiroso, que ante la indignación de sus palabras, nunca imaginó que los reporteros y fotógrafos que cubrían “la nota”, impidieran seguir hablando gritándole ¡justicia! ¡justicia! ¡No más discursos! ¡Se abren carpetas de investigación que no finalizan! ¡Que no haya impunidad! lo que alertó a los militares del Estado Mayor Presidencial (EMP) y trataron de sofocar los gritos… sin conseguirlo.
Pocas veces, en la casa presidencial se da esta protesta masiva, involuntaria –quizá- pero esta vez válida, ante la incapacidad gubernamental de detener el poderío de los Cárteles y su influencia en las decisiones de los gobiernos que no saben, no pueden o solapan estas ilícitas actividades, incluidos desde luego, los asesinatos de periodistas.
Es vergonzoso que ante lo evidente del asunto, quien representa la figura presidencial y protestó el 1 de diciembre de 2012 cumplir y hacer cumplir la Constitución y la leyes que de ella emanen, no tenga la menor idea o sea permisivo en el rubro de la delincuencia organizada contra la sociedad, los medios de comunicación y sus periodistas, y apuesta a que con más dinero y un órgano burocrático, una Fiscalía, terminará con esta detestable actividad o que un peso y un burócrata detendrán un proyectil dirigido a un comunicador.
No… si de choros y habladurías oficiales los periodistas estamos hasta la madre, nada más entérese del spich que pronunciaba Peña Nieto, cuando fue callado por los gritos de ¡justicia! (cito textual) “es obligación del Estado mexicano en su conjunto otorgar garantías a los periodistas para el desempeño de su profesión, especialmente, ante la amenaza que hoy representa el crimen organizado” (fin de la cita)… Bueno, bueno… “amenaza”, no priista, no es advertencia 36 colegas asesinados (en tu sexenio) es una realidad, una práctica, un modus operandi de los Cárteles ante la pasividad, indolencia, indiferencia, colusión (ya comprobado en algunos gobernadores del PRI) y crees que con dinero y más burocracia lo detendrán… No, Peña, el crimen organizado tiene en su puño al Sistema.
Cada vez que sucede un agravio mortal contra la prensa, los burócratas del gobierno como Osorio Chongo, Raúl Cervantes, un reyezuelo local (Gobernador) salen a los medios a prometer, ofertar –con voz compungida- que no se repetirá la ocasión… mejor no hablen, pues de promesas y complicidades oficiales quienes escribimos, comentamos, opinamos estamos hartos. Dicen “ni uno más” y en sólo 1617 días de sexenio peñista 36 colegas han muerto por balas sicarias… 36, Peña, son muchos y todavía tenemos que soportarte 1 año y medio más, ¿cuántos colegas se sumarán a tus cifras?
Parece burla… y lo es. En este “compromiso” oficioso de proteger al periodista, irónicamente existen 3 instancias del Sistema: la Comisión Especial de Seguimiento a las Agresiones a Periodistas y Medios de Comunicación, de la Cámara de Diputados, que Preside la panista Brenda Velázquez Valdez, que NADA ha hecho para “proteger” a los colegas.
Una oficina de la PGR, bajo el mamotreto llamado Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), cuyo responsable e ilustre desconocido es Ricardo Sánchez Pérez del Pozo (lo conoce o ha oído hablar de él) que más parece instancia y letra muertas cuando de asesinatos de periodistas se trata.
Presupuestos, oficinas, empleados, funcionarios, legislaciones, estructura, etc. absolutamente inútiles porque sólo son reactivos, nunca han impedido el asesinato de un comunicador.
Aaah, no olvidar al responsable de la Seguridad Nacional, el que cobra (y muuuy bien) en Bucareli como Secretario de Gobernación. Miguel Ángel Osorio Chong, quien como su Jefe, sólo reacciona cuando algún colega es masacrado. Bajo su mando está la Policía Federal y la Gendarmería, que nada hacen o no pueden contra los ataques a profesionales de la información.
Eso sí, en su sueño presidencial Osorio Chong se placea por el país, e irónicamente aquella tarde del 15 de mayo, mientras Javier Valdez era asesinado en plena calle, el responsable de la Seguridad Nacional, presidía en Reynosa, Tamaulipas, la reunión del Gabinete de este rubro… Parecería coincidencia, pero, más bien fue burla.
Tres instancias oficiosas (Segob, Cámara de Diputados, PGR) incapaces, inoperables e indolentes, creadas sólo para “perseguir” no evitar, o al menos inhibir los asesinatos contra periodistas son acción y letra muerta de un gobierno (2012/2018) fallido, equívoco, indiferente, reactivo –nunca proactivo- que suma en sus haberes 36 indefensos profesionales de la información asesinados, cuya única arma es su pluma, su voz, su investigación, seguirán siendo blanco del crimen organizado, ante la pasividad de las autoridades.
Es sencillo, para el Sistema que cuenta con todos los avances tecnológicos, logísticos, de inteligencia, etc. detectar y ubicar a los grupos agresivos de periodistas y actuar sobre ellos, pero… es tanta la corrupción (ADN del peñismo) que prefieren los “moches” “entres” financiamiento y protección de los Cárteles para mantener el poder (PRI), cuya indiferencia “bien vale la muerte de un periodista más”.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU)