POr: Odilon García
Tijuana, B California.- Una fila de hasta cinco kilómetros a lo largo de la ciudad formaron los pesados vehículos de carga en espera de cruzar a los Estados Unidos para generar un caos vehicular y anunciar una crisis en el sistema de exportación nacional, nada menos que en la frontera que más cruces contabiliza en todo el mundo.
Esta es una crónica del caos anunciado luego de que al menos tres factores coincidieron para desquiciar el tránsito bilateral:
1.- El retiro de un centenar de elementos de Aduanas y Protección Fronteriza por instrucciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ante la “amenaza migratoria” que representa las caravanas de centro y sudamerianos que pretenden cruzar de manera irregular a los Estados Unidos en grupos numerosos.
2.- La reparación de una calle en Otay, por parte de la Comisión Estatal de Servicios Públicos CESPT luego de que se averió la tubería de agua potable inhabilitando un carril utilizado para el cruce de los vehículos pesados.
3.- La disposición unilateral por parte Canacar para formar trailers de su agrupación para dejar fuera de la fila a otros transportistas que no pertenecen a su agrupación de acuerdo con otras organizaciones que señalan a la asociación de traileros de esta irregularidad (dicho sea de paso sin el conocimiento o autorización de la autoridad federal como la Aduana de Tijuana).
Cabe mencionar que la carga de exportación ingresa por la Calle 12 de Otay para ingresar a patios fiscales estadounidenses, pero transportistas acusan que el control de esta avenida la tienen policías municipales (comerciales) de la sección tránsito que tienen a sus preferidos, abonando con esto al caos.
Esto aunado a la presencia de las grandes compañías que pagan para tener en sus traslados a Policías Comerciales para evitar robos del cargamento con lo que estos transportes que transportan productos como Samsung se pasan los altos, viajan a alta velocidad y por si fuera poco, se forman antes que los demás al brincarse la fila bajo la facilitación de los policías comerciales contratados.
Todos estos factores han hecho crisis para dejar en la ciudad el caos vehicular de al menos entre 4 y 5 kilómetros de fila para ingresar las mercancías a la aduana de los Estados Unidos donde la lentitud para revisar los documentos incluso en el carril denominado FAST está a la orden del día por la falta de personal, hoy el labores migratorias por instrucción presidencial.
Para Lupita Sandoval, transportista de carga para exportación mencionó que el problema no es el congestionamiento de unidades sino lo más grave es que la población y autoridades no han dimensionado lo que verdaderamente esto implica para la economía de la región:
“Somos la frontera menos afectada, hasta el día de hoy a comparación de otras fronteras en todo el país. Pero no estamos haciendo nada a largo plazo. Congresistas vienen en la semana a San Diego y estamos tratando de formar un frente común, pero de toda la frontera de México, lo que es increíble es que la gente no está consciente de lo que está pasando”, concretó.
Es importante comentar que contribuye al caos la falta de organización y el respeto a la fila por parte de los transportistas que se meten sin respeto a los ya formados que llevan horas en espera de cruzar.
Así lo sufre también la ciudadanía ante la falta de acción por parte de autoridades policiacas para controlar este caos y desesperación ante la lentitud para recibir en la aduana de EEUU a los formados en la larga fila que pocos quieren respetar-