En México el tabú que se mantuvo durante mucho tiempo para evitar que la mujer pasara a ocupar cargos de relevancia en las estructuras de Gobierno ha quedado atrás. Desde la llegada de Griselda Álvarez a la gubernatura de Colima, pasaron años para que otra de ellas volviera a detentar un encargo de esa importancia, pero ahora es común que lo hagan. Ante las complicidades recurrentes del género masculino, no tuvieron que demostrar mucho para rebasarlos.
El momento de la definición de candidatos o candidatas a la Presidencia de la República se acerca, y por cómo van las cosas quizá algunas se definan antes de lo que marcan los calendarios oficiales.
Margarita Zavala hace ya tiempo que se ha dedicado a recorrer el país manifestando sus intenciones de contender por la candidatura panista, y con amplias posibilidades de lograrlo, aunque habrá que ver qué tanto la frena la misoginia propia del conservadurismo mexicano.
Mientras los dueños del perredismo se ponen de acuerdo sobre la forma de sobrevivir sin la égida de Andrés Manuel López Obrador, entre los tricolores reina la desazón y la incertidumbre ante un liderazgo designado que no termina de consolidarse por la carencia de oficio político, y porque no existen ni un proyecto de partido y mucho menos un proyecto de país. Sin lugar a dudas, la caída de la popularidad del Presidente de la República mantiene a los principales operadores sin saber qué hacer.
Independientemente de lo que pueda organizar Manlio Fabio Beltrones Rivera con ese proyecto de construir una gran coalición con diversos partidos que le otorguen gobernabilidad a un proyecto de nación, entre los tricolores ha comenzado a explorarse la posibilidad de que una mujer pueda ser quien asuma la responsabilidad de la candidatura presidencial, y quien desde hace tiempo ha señalado que está lista para buscarla es Ivonne Ortega.
Por lo pronto ha dado muestras de congruencia y solicitó licencia a su cargo de diputada federal. Y lo primero que salió a decir es que durante su mandato como gobernadora, Yucatán fue uno de los estados menos endeudados por esa tónica de los miembros del género masculino de asumir el presente endeudando el futuro de los mexicanos. Lo previsible es que la misoginia siga haciendo de las suyas ente los tricolores, pero ante tantas manos sucias de muchos de sus encumbrados miembros, ahí está la pulcritud como muestra para la toma de decisiones.
Por lo pronto, su primera tarea será reducir el costo de las gasolinas, y para ello tiene una propuesta y se dedicará a recaudar firmas buscando que la gente pueda tener el impacto de su reducción en el corto plazo. En lo personal creo que ha llegado la hora de las mujeres ante el caos de corrupción provocado por los hombres en la mayor parte de las estructuras de gobierno del país. Pocos tienen las manos limpias, pero todavía habremos de observar manifestaciones de renuencias. Al tiempo.