Por Samuel Aguirre Ochoa
El pasado 13 del presente mes fue destituido de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) Israel Benítez Morteo, subdirector de Calidad para el Deporte, acusado de corrupción al permitir que 11 personas hicieran uso de las instalaciones de las Villas Tlalpan en la Ciudad de México, de manera indebida, al no ser atletas de alto rendimiento y no formar parte del Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte.
Lo curioso de esta sanción consiste en que el daño generado por los comensales asciende a un monto muy pequeño, apenas 133 mil 487 pesos, cuando desde hace meses se ha hablado de fraudes millonarios en la Conade, en los cuales presuntamente está involucrada la directora de la misma, Ana Gabriela Guevara Espinoza, flamante funcionaria de la 4T y miembro distinguido del partido Morena.
Las acusaciones a la directora de la Conade han sido por daño patrimonial por un monto de más de 120 millones de pesos, la contratación de empresas fantasmas que hicieron pagos a sobreprecio de viajes a competencias y campamentos de deportistas, nepotismo y de moches millonarios a cambio de asignación directa de contratos. El Órgano Interno de Control de la Conade realizó 22 observaciones por estas faltas y la denuncia interpuesta en la Fiscalía General de República por la empresa CIMSA, en la que acusó a Ana Guevara de haberle pedido moche en el contrato de Suministros de Alimentos para Deportistas y Entrenadores. En este último caso las cosas están muy oscuras, pues fueron encarcelados los denunciantes y la operadora directa de los moches pedidos por Ana Guevara y hay una persona desaparecida. Un verdadero enredo.
Sostengo que es curiosa la sanción a Israel Benítez Morteo, no porque considere que no sea culpable o no tenga algo que ver en esta serie de actos de corrupción, sino más bien por la generosidad de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, quien con su actuar, en realidad pareciera estar exonerando de delitos graves a su compañera de partido y de gobierno, Ana Gabriela Guevara Espinoza. Todo parece indicar que de lo que se trata es desviar la atención de actos graves de corrupción cometidos por funcionarios del actual gobierno, del gobierno de López Obrador, quien ha dicho que la corrupción es cosa del pasado. No quieren esclarecer el problema, porque hacerlo significa seguir echando por tierra la supuesta pureza de los funcionarios de la actual administración. Lo ciudadanos deben estar atentos y exigir que se haga una investigación a fondo y se sancione a los responsables sin importar el nivel de los funcionarios de la Conade.
Y mientras esto pasa a nivel federal, en la entidad veracruzana el Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) no está haciendo nada para impulsar la actividad deportiva con el pretexto de la pandemia. Pero si bien es cierto, no se pueden hacer actividades concentrando a deportistas por el riesgo de los contagios, pero sí es posible llevar a cabo una serie de actividades a través de plataformas digitales, como, por ejemplo, organizar cursos para entrenadores en el estado y clases de activación física para la población en general en sus casas, rehabilitar o construir espacios deportivos, elaborar un plan para el regreso a las actividades deportivas acorde a la nueva normalidad, etc.
Si no se hace nada en el IVD durante el año, cómo se justificarán los recursos del presupuesto asignados al deporte veracruzano, que de no ejercerse tendrán que regresarse a la Federación, e incluso puede haber problemas para la asignación de los mismos en los siguientes años.
Israel Benítez tiene malos antecedentes en Veracruz, sin embargo, varios de sus amigos cercanos también se encuentran incrustados en distintas áreas del deporte y se ha rumorado que han hecho mal manejo de los recursos del IVD, situación que tiene postrado a este organismo sin jugar el papel con el que fue creado. Estaría bien que alguna autoridad le diera una sacudida a este organismo para que caigan los frutos podridos.
Por más que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, diga que ya acabó con la corrupción, la terca realidad dice lo contrario, tanto a nivel nacional como en los estados. El mismo Inegi anunció que la corrupción en el 2019 tuvo un incremento de 15.7%.