Blas A. Buendía
Más de una treintena de adjetivos calificativos -bien fundamentados-, han sido contabilizados para definir el Aterrorizante Perfil Psiquiátrico del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El sexenio del político macuspanense “ha sido de puro cotorreo”, carece de una absoluta seriedad ya que debido a su desenfrenado histrionismo, la cultura del mexicano lo ha hecho trizas por sus modales populistas, ganándose a “golpe de calcetín^, frustrantes apodos como El Cacas (El KK’s), que como diría López, “eso sí calienta”.
Durante una de sus giras presidenciales por los distintos estados de la República, López Obrador exclamó la frase: “Fuchi Caca”, para referirse a la estigmatización que supuestamente sufre “el corrupto” con la política anticorrupción de su administración. Desde entonces, diversos usuarios de Redes Sociales, comenzaron a utilizar el apelativo “El Cacas” de forma despectiva al Presidente.
La autocracia vinculada en el respeto humano por parte de un sujeto que nunca en su vida mostró ejemplaridad, lastimosamente se halla en una encrucijada de que los ortodoxos observan cómo López Obrador ha destruido hasta la regia figura presidencial.
El mundo entero ha criticado el bajo y mediocre perfil del presidente López, al grado que Estadistas que forman parte de la globalización, observan con extraordinaria desconfianza la capacidad del mandatario mexicano en los negocios internacionales de primer orden.
Además de exhibir su “ignorancia”, frena el desarrollo de sus connacionales y pone en serio peligro con el recorte presupuestal que ejecutó para el sector salud, el cual presenta cuadros de precariedad y un criminal desabasto de medicamentos, atentando por igual, contra la vida de millones que viven en el desamparo social por parte del Estado, mismo que ha ahorcado a las clases más necesitadas hasta casi exterminarlas.
López Obrador, si bien es cierto que es el gran fracaso de la supuesta “izquierda” para gobernar a toda una Nación, se lanzó al abismo de la Oclocracia, misma que se nutre del rencor y la ignorancia. “NI ata, ni desata”, afirman sus opositores.
Al quedarle mucho muy grande la Silla del Águila de Palacio Nacional, el comportamiento del presidente López ha sido marcado por la deshumanización, toda vez que sus discursos arrebatadamente demagógicos, lo han ubicado como “El KK’s Matoncito”.
Lo aberrante es que ha malversado el erario público, es decir, en las recientes marchas Anti-Peje, el pueblo le recrimina su bárbaro despilfarro. “Si dijo recibir un país en ‘quiebra’, ¿qué diablos hace regalándole 30 millones de dólares a El Salvador?”
A López le cuelga un rosario de patronímicos –cuan Mariscal de Campo-, que el mismo pueblo al que llama “sabio y bueno”, se ha encargado de pulverizar su tan cacaraqueada “honestidad valiente”. A continuación la lista de las observaciones críticas en contra del tabasqueño…
1.- Indolente
2.- Inepto
3.- Déspota
4.- Inhumano
5.- Misógino
6.- Divisor
7.- Incongruente
8.- Vengativo
9.- Mitómano
10.- Rencoroso
11.- Autoritario
12.- Sociópata
13.- Intolerante
14.- Fratricida (por asesinar a su hermano José Ramón y a su amigo José Ángel León Hernández)
15.- Farsante
16.- Mezquino
17.- Inculto
18.- Manipulador
19.- Delirante
20.- Necio
21.- Soberbio
22.- Demente
23.- Vulgar
24.- Ambicioso
25.- Deleznable
26.- Inconsciente
27.- Cínico
28.- Pelaná (es un insulto de origen maya que en español yucateco tiene varios usos, como “la vagina de tu madre”)
29.- Estafador
30.- Ladino
31.- Resentido
32.- Megalómano
33.- Paranoico
34.- Demagogo; y…
35.- #ElCacas