Alberto Woolrich Ortíz*
El sólo hecho de que el señor don Manuel López Obrador, sea el Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos implica atención a lo que sostiene y expresa en tribuna mañanera, independientemente que el grueso de los gobernados, sostengan pensamientos diametralmente contrapuestos de manera particular con su política de “besos y abrazos a la delincuencia”.
El Primer Magistrado de la Nación, de entrada y por la mañana, sostiene como una manera de “gobernanza simpática”, el que los señores transgresores de la ley penal sean considerados como gobernados de excepción, por sus enormes aportaciones económicas a favor del entorno político que los encubre y protege.
Lo de la “gobernanza simpática” con antelación referida, no resiste el más pequeño análisis, si consideramos que el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y los que piensan como él, en su Partido Político del Movimiento de Regeneración Nacional, o en la jerarquía que integran las togas de la Fiscalía General de la República, a las que no les interesa investigar, acusar, procesar, sentenciar y encarcelar al narco-político delincuente más importante de la historia jurídica nacional, para que éste a su vez siga aportando caudales para mantener el fenómeno de la corrupción que infiltró en el medio de procuración e impartición de justicia. Postura exactamente igual a la sostenida por quienes se benefician con dichos gananciales.
México no acepta tan absurdas condiciones impuestas por esa política de “besos y abrazos”, porque nuestro Código Penal Federal entiende perfectamente bien que dichas expresiones tienen substancia política de corrupción y las mismas contravienen la letra y espíritu de nuestra Constitución, ya que no es lo mismo un México delincuente que un México respetuoso de sus leyes.
De lo cuál resulta que esa “gobernanza simpática” a la que alude y defiende Andrés Manuel López Obrador, para los que piensan y razonan como él, no deviene, ni siquiera en un aplauso del gobernado pensante. Error del gobierno sin duda significa esa obscura política, con clara esencia corruptora. Gesto que el México libre jamás le agradecerá.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, una vez más, exhorta al Primer Magistrado de la Nación a modificar su conducta política en ese rubro y, lo invita a respetar la ley. Ignorantis legis neminem excusat.
Es cuánto.
*Lic. Alberto Woolrich Ortíz
Presidente de la Academia de Derecho Penal
Del Colegio Nacional de Abogados Foro de México.