Ciudad de México.- A dos meses de haberse celebrado los comicios más copiosos en la historia del México moderno, sin duda alguna el discurso cuenta mucho en política y mostrar sensibilidad hacia los que menos tienen, a esa clase vulnerable de la sociedad que ha sido agraviada sustancialmente y que necesariamente los nuevos gobernantes deben emular el modelo que utilizó el general Lázaro Cárdenas del Río cuando fue presidente de México, del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940.
El Doctor en Derecho Miguel Arroyo Ramírez, dijo lo anterior durante su participación de Antena Radio del cuadrante 107.9 de FM que transmite el Instituto Mexicano de la Radio.
Aunado a esa experiencia, señaló la importancia que los gobernantes deben tener un pleno acercamiento hacia el pueblo mismo que es el motor de los cambios democráticos de cualquier nación y México no es la excepción.
“Es lo menos que se le puede dar a este amplio sector, desafortunadamente amplio, de nuestra sociedad”, remarcó para invocar a uno de los Estadistas más humanos que ha tenido México, cuando decía el general Lázaro Cárdenas, presidente de México, que lo menos que podía hacer por el pueblo, era escucharlo.
Rememora que el presidente Cárdenas tenía largas giras al interior de la República, entraba a lo más recóndito del territorio nacional, a los ejidos, a los lugares más olvidados a los que podía llegar. Él, personalmente, organizó muchos de los ejidos que luego fueron prósperos en México y predicó siempre con ese ejemplo.
Y cuentan –afirma el Doctor Arroyo- que “mi general Cárdenas” se sentaba con los ejidatarios durante horas, las que fueran necesarias, hasta que los escuchaba a todos y ahí mismo resolvía o los orientaba sobre la forma de actuar, volviéndose pues en un líder social, convirtiéndose en un líder social que no lo era exactamente así cuando llegó a la Presidencia, sino que fue transmutándose al paso de los años en el desempeño del cargo pero siempre con esa sensibilidad.
Lázaro Cárdenas del Río, sin duda alguna, sigue siendo un referente y ejemplo hacia la clase política; y lo sigue siendo, aunque no fue atendido durante muchos años -me refiero a este ejemplo-. Y cuando un gobernante o cuando un líder muestra sensibilidad, se reúne sin temor con el pueblo, lo escucha, por lo menos lo escucha, como decía -repito- el general Cárdenas: “Es lo menos que se le puede dar al pueblo, escucharlo”.
El tiempo –agrega- es el que también hace reconocer a los grandes Estadistas cuando se valora en términos de atención hacia la sociedad, obviamente, nunca es suficiente, pero cuando un líder social o un gobernante muestra esa sensibilidad, evidentemente cambia la actitud de nuestra sociedad, de nuestra gente, cambia la actitud de nuestro pueblo.
Para el Doctor Arroyo, quien es Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, ese fenómeno del Estadista que asume una extraordinaria sensibilidad y preocupación para las clases más necesitadas, se está dando en este momento por parte de la nueva administración que no deberá alejarse del ejemplo histórico que legó “mi general Cárdenas”.
Es decir –aclara el jurista tamaulipeco- muchas veces basta con escuchar y darle unos minutos a la gente y sensibilizarse de los problemas. “No se tiene, por supuesto, el halo mágico para resolver todo solamente con la voluntad. Pero un buen inicio es ese”, ilustró.
Durante décadas –remarca- la clase política se fue alejando del pueblo, miró al pueblo desde sus palacetes, desde sus costosísimos vehículos; miró al pueblo desde un ladrillo y eso pues se cobró, evidentemente, y se pagó la factura en las pasadas elecciones.
Urgió, por último, a los próximos gobernantes a tener un mayor acercamiento hacia los requerimientos sociales, continuando con mayor énfasis al paso de los días, las semanas y los años, porque –puntualizó- el legado del presidente Lázaro Cárdenas del Río deberá prevalecer por siempre y para siempre.
