Toluca, Méx.- La construcción de viviendas de interés social bajo transforma el bosque y destruye ejidos, con consecuencias inmediatas e ineludibles en la disminución del bosque y su biodiversidad, sostuvieron los académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México, Mercedes Ramírez Rodríguez, René Hurtado Gómez y Roy Estrada Olivella.
En México, puntualizaron, este problema es mucho más grave, pues en conjunto con otras 16 naciones forma parte de una región megadiversa que concentra entre 60 y 70 por ciento de toda la diversidad del planeta y alberga una gran parte de la riqueza genética de todas las especies que habitan la tierra.
Al hablar del deterioro ambiental del ejido como consecuencia de la construcción de vivienda en Los Reyes, Jocotitlán, los expertos señalaron que en el Ejido de Los Reyes, con una superficie de 1.5 hectáreas, la destrucción del hábitat es secuela de la intervención humana.
Indicaron que la construcción de 69 viviendas de interés social de nivel bajo cambió el uso del suelo y destruyó el bosque; además, en vez de que vivan 69 familias, únicamente ocupan sus viviendas 12.
Explicaron que los ejidatarios aceptan vender o traspasar el ejido, como consecuencia de la falta de recursos, pues al no poder cultivar, recurren a la explotación de los recursos naturales para subsistir y mantener a sus familias o bien, venden los terrenos de ejido para la construcción de viviendas.
Mercedes Ramírez Rodríguez, René Hurtado Gómez y Roy Estrada Olivella aseveraron que la rapidez con la que el hombre consume sus recursos naturales supera, en la mayoría de los casos, la velocidad con la que los recursos naturales se regeneran. “Tal es el caso del Ejido de Los Reyes, donde la población recurre a la tala de árboles para establecer áreas agrícolas”.