Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa radiofónico “Hablando Claro” de Radio Expresión México, que conduce Manuel Aparicio.
De acuerdo a la información publicada por periódico El País en su portal, con las firmas de Elia Castillo Jiménez y Zedryk Raziel, la diputada Gabriela Jiménez, vicecoordinadora morenista y cercana a Claudia Sheinbaum, fue presionada por Pedro Haces y Ricardo Monreal, para cambiar su voto, lo que finalmente hizo entre burlas y amenazas de expulsión del grupo parlamentario.
Tomando textualmente lo publicado por El País, así se afirma: “Con la mayoría de sus compañeros en contra, la diputada Gabriela Jiménez, vicecoordinadora de Morena en el Congreso, coloca en el tablero su voto a favor de quitar la inmunidad a Cuauhtémoc Blanco, acusado por su media hermana de intento de violación. El diputado Pedro Haces, Don Bull, un tipo enorme, atraviesa el pleno del Congreso, va hacia Jiménez y la encara: “¿Tú no has entendido?”, le dice. “No solo te vamos a quitar de la vice coordinación: te vamos a sacar del grupo parlamentario”. Ricardo Monreal, coordinador de los morenistas, atestigua la escena, en silencio. Detrás de Don Bull, su mano derecha, Monreal mira a Jiménez, se encoge de hombros y le dice: “Tú sabrás qué hacer”. La diputada Jiménez, muy cercana a la presidenta Claudia Sheinbaum siente la presión y cambia su voto: se abstiene. Cuando está a punto de abandonar el pleno, conteniendo el llanto, legisladores –hombres y mujeres– afines a Haces y Monreal comienzan a corear, en tono burlón: “¡Ya te vas!”. Ese fue el culmen de una guerra política que sofocó la rebelión de las diputadas de Morena que se oponían al blindaje de Blanco y que lideraba Jiménez.
A través de las voces de nueve legisladores, en su mayoría mujeres, El País reconstruye el cruce de intereses y pleitos de los hombres influyentes del partido que terminaron por dar un salvoconducto al polémico exgobernador de Morelos y por acallar la denuncia de su hermanastra, Nidia Fabiola Blanco.
Horas antes aquel martes, en la acalorada reunión privada que sostuvieron los morenistas, se habló de cuál sería la ruta del partido ante la bomba de Blanco, cubierto por el fuero, la inmunidad que protege a los diputados. La presión pública aumentaba sobre el oficialismo, ante las señales de que se le buscaba proteger. En la discusión de las alternativas, brotaron los reclamos. Las diputadas Julia Olguín y Felicita Pompa, cercanas a Monreal, dijeron que el asunto se había vuelto una bola de nieve por culpa de Jiménez, y pusieron sobre la mesa separarla de la vice coordinación.
De fondo estaba el roce cada vez más grande entre Monreal y Jiménez por el liderazgo del grupo parlamentario. El triunfo de la rebelión de las mujeres significaría un menoscabo de la autoridad de Monreal, a decir de las legisladoras consultadas. Diputados del entorno del coordinador niegan una disputa por la dirigencia, y se defienden bajo el argumento de que haber devuelto el expediente de Blanco a la Sección Instructora –encargada de tramitar las solicitudes de fuero– habría sometido a Morena al ataque de la oposición durante 60 días, tiempo que duran las investigaciones”.
Hasta ahí el texto publicado por El País, lo que confirma que cada caso en el que se obliga a los legisladores a actuar en contra de su voluntad, es la evidencia de que la armonía se rompe a cada momento y no tardará mucho en que la ruptura interna en el Congreso se manifieste en MORENA, en las bases tampoco están aceptando, por ejemplo que se haya protegido a Cuauhtémoc Blanco, pero bueno esa es la política de la transformación en manos de Ricardo Monreal y su Bull, Pedro Haces.