Las escuelas son utilizadas por el crimen organizado y las pandillas para reclutar a niños, niñas y adolescentes en México y Centroamérica, aseguró Walter Murcia, asesor del Centro Regional de Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UNLIREC),
“Vemos una clara afectación que está teniendo el reclutamiento en países como México, en países del triángulo norte de Centroamérica, donde por ejemplo, las escuelas se han convertido en los principales lugares de reclutamiento”, dijo Murcia durante la presentación del informe “Violencia armada y afectaciones a la niñez y la adolescencia”.
Aseguró que en países con presencia de grupos del crimen organizado y pandillas de Latinoamérica, como México, hay un claro impacto del reclutamiento contra niños, niñas y adolescentes.
“A partir de los 7 y 13 años hay una clara participación de niños en diferentes economías ilegales, como narcotráfico y narcomenudeo”, dijo.
“Por otro lado, hemos visto cómo las escuelas en contextos de fuerte presencia de actores criminales, también son usadas por este tipo de organizaciones para esconder armas y drogas”, agregó.
Según el informe de Tejiendo Redes Infancia, el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes se ha convertido en una práctica común en países con presencia de conflictos armados y organizaciones criminales
Muchos adolescentes son víctimas de homicidio, a menudo relacionado con actividades de pandillas, así como por el reclutamiento de grupos armados o grupos criminales.
Las niñas además son muy vulnerables a ser víctimas de violación y explotación sexual, usualmente en un contexto de trata de personas o conflictos armados, dice el informe.
La organización incluyó el testimonio de un niño mexicano de 14 años que aseguró que él considera que desde el año 2006 cuando empezó la guerra contra el narcotráfico, comenzó también la violencia generalizada.
Señaló que los cárteles de México se disputan los territorios causando violencia, por lo cual muchos pueblos han creado autodefensas.
Destacó que la violencia está tan naturalizada que, en muchos casos, se percibe a las víctimas como responsables de su propia condición.
(Información Latinus)