María Esther Beltrán Martinez Fotos: J. Carlos Santana
Málaga, España.- El centro de arte contemporáneo de Málaga (CAC) presenta la exposición titulada Las flores salvajes. Una exposición del artista madrileño, Jorge Galindo. Uno de los exponentes de la pintura contemporánea de España. Inició su trayectoria a finales de los años 80 del siglo XX, ha hecho de la pintura un campo de expresión experimental. La muestra reúne una selección de 25 pinturas de gran formato con la temática de las flores como elemento vertebrador realizadas en los últimos cuatro años, incluyendo algunas de las primeras que pintó en la serie en el 2009.
Fernando Francés, curador de la exposición explica que las obras expuestas en Las flores salvajes, recuerdan en cierta manera a los grandes formatos utilizados en publicidad, como pancartas o vallas publicitarias. “A menudo, estas muestran imágenes en movimiento, lo que recuerda al dinamismo que el artista otorga a sus pinturas. Galindo persigue la creación de obras gigantes en las que el espectador se involucre, traspase y sienta el lienzo. De esta forma, el espectador se adentra a modo de Alicia en el país de las maravillas, en un mundo lleno de magia, haciendo el espectador cuestionarse los límites entre lo real y lo ficticio”.
Explica que Galindo continúa explorando el tema clásico de la representación de los motivos florales, incluyendo elementos de collage en sus composiciones con unas pinturas monumentales, coloristas, gestuales, expresionistas, casi abstractas, resultado de un proceso pictórico muy físico.
Sus obras muestran la celebración de la vida, el placer de pintar y la libertad creativa.
“El título de la exposición Las flores salvajes. Simboliza de alguna manera la forma en la que el artista hace referencia al aspecto más indómito de la naturaleza, que no se rige por formas ni metodologías humanas, sino por su propio carácter libre. En este sentido salvaje se entiende como lo espontáneo y lo natural, rechazando el concepto vasto y negativo para atender a su forma más racional. Como bien menciona Bernardo Pinto de Almeida en el catálogo de esta exposición. “Esa tensión y esa oposición se vuelven a escenificar en la obra de galindo de un modo completamente nuevo, pues a lo que pues a lo que a asistimos es al hecho de que el hombre ya no se opone al mundo natural al que antes se enfrentaba, sino al propósito mundo cultural.Y ancestral de la pintura”.
Jorge Galindo, es uno de los artistas más destacados y originales de su generación. El cual goza de repercusión internacional. Comienza su actividad expositiva a finales de la década de los 80 del pasado siglo, donde en sus comienzos carecía de estudios y pintaba directamente en las calles, plasmando de esta manera más directa y real la actualidad del momento. Dónde Madrid era el escenario perfecto.
En el trabajo de Galindo puede apreciarse tras esa vibración de colores tan característica en su obra el nacimiento de un arte oscuro y misterioso. Bernardo Pinto lo cataloga como un arte casi trágico, como lo puede ser la noche en una gran metrópolis en las calles acogedoras que esconde en la oscuridad y misterio. Creando sentimientos de protección frente al miedo y a la adrenalina, adrenalina que provoca este.Convirtiendo el lenguaje visual de Galindo en un lenguaje único y personal, al igual que la visión de un director de cine al escenificar una obra.
Galindo, aparte de trabajar los elementos pictóricos como lenguaje expresivo, también lo hace a través de su propia acción, de su pintura, en la que convierte su proceso creativo en un proceso físico y de sufrimiento, en el cual, utilizando metodologías características de Pollock al trabajar con el lienzo sobre el suelo, compone una sufrida danza que otorga a su pintura, una expresividad singular.
La constante investigación de Galindo sobre los elementos lo lleva a experimentar a incluir en sus pinturas objetos de todo tipo recontextualizando de esta forma cada enser y explorando la relación entre las imágenes y los objetos de la vida cotidiana. Por eso en su evolución pictórica es posible apreciar una sutileza en cuanto a la elección de materiales para componer ese collage pictórico con el que construye las pinturas.