Marcelo Ebrard Casaubón ya no encuentra por dónde caminar hacia lo que considera se le debe entregar en bandeja de plata: la candidatura a la Presidencia de la República. No sé cuál sea el origen de esa aspiración, misma que puede tener cualquier ciudadano mexicano que esté en uso pleno de sus derechos políticos, pero en el caso del señor Ebrard pareciera que es una obsesión que lo está haciendo cometer errores de cálculo y generándose más enemigos de los que ha acumulado desde que decidió unirse a las filas perredistas.
No es habitual que Marcelo cometa este tipo de yerros, porque si algo ha tenido es que su grupo de asesores lo habían sabido conducir con certeza por el camino de sus aspiraciones presidenciales.
Cuando se mencionó que se modificarían los documentos básicos para que Cuauhtémoc Cárdenas pudiera reelegirse como líder del Partido de la Revolución Democrática, de inmediato marco su distancia y anunció que no se sumaría a su pretendida candidatura de unidad y que contendería contra él. Dicen que más sabe el Diablo por viejo que por diablo, y Cárdenas decidió no aceptar la propuesta de la mayor parte de las corrientes internas, con lo que Marcelo pensó que tendría vía libre para acceder a la dirigencia nacional de su ahora partido, y por consecuencia hacia la candidatura presidencial del 2018. Otro error de cálculo lo vino a situar en el lugar que le corresponde, pues el grupo denominado “Los Chuchos” hicieron una alianza con el grupo de Carlos Sotelo para impulsar la candidatura de Carlos Navarrete.
Los vaivenes de Marcelo Ebrard se han vuelto una constante, y ahora se pronuncia en contra de quienes avalaron la permanencia del Partido de la Revolución Democrática dentro de lo que se ha conocido el Pacto Por México impulsado por el Presidente Enrique Peña Nieto como un mecanismo de construcción de acuerdos. Lo que menos le importa a Marcelo son los acuerdos, pues de lo que ha vivido y medrado es de los desacuerdos, y ahora no deja pasar la oportunidad para marcar sus diferencia con el grupo de “Los Chuchos”, corriente que lidera actualmente al partido y que seguramente lo seguirá haciendo. Marcelo apunta que presentará una impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero hasta ahora ni siquiera ha preocupado a “Los Chuchos” que mantienen una estructura de alianzas que les dará mayoría en el manejo del Consejo Nacional del PRD.
Creo que Marcelo Ebrard ha comenzado a medir sus reales posibilidades de hacerse del liderazgo de su partido y está comprobando que no las trae todas consigo por la simple y sencilla razón de que nunca sembró amigos, por el contrario, de todo lados le han salido enemigos que seguramente prefieren seguir con Los Chuchos antes que seguir padeciendo sus desplantes de divo del ejercicio político. Para decirlo de otra forma, el mayor enemigo de Marcelo Ebrard Casaubón ha sido el propio Marcelo Ebrard Casaubón. Más que ganar adeptos, ha venido sumando adversarios en los últimos meses. Al tiempo