María Esther Beltrán Martínez Fotos: Daniel Pérez
Málaga, España.- El 36 Festival de Teatro de Málaga cierra con broche de oro y con la satisfacción de superar sus cifras de asistencia. Fueron más de 34 mil espectadores que acudieron a las 91 funciones de 43 obras programadas en los teatros municipales malagueños, superando las cifras de anteriores ediciones.
Con la presencia de la actriz Concha Velasco, quien recibió el premio Málaga de Teatro, se cerró la edición.
Sin duda este año deja el listón muy en alto el festival. Grandes producciones cautivaron al público con la presencia de primeros actores como fue Juan Echanove transmutado en Mark Rothko en Rojo. O la fiesta escénica que nos tiene acostumbrado al público la compañía de La Cubana, aunque este año con Adiós Arturo se cae un poco el clímax y el desenlace queda bajo en comparación a otras presentaciones. La Fura dels Baus sin duda robo el aliento hasta el final con su montaje de Carmina Burana.
¿Quién es el señor Schmitt?, cautivo y dejó mucho para pensar, además que la actuación del primer actor Javier Gutiérrez, ganador de Goya y próximamente recibirá el premio Málaga- Sur.
Con la presencia de Concha Velasco, el festival baja el telón y aunque para muchos la obra de el Funeral dejó mucho que desear, la primera actriz demostró que cuando se tiene la trayectoria que ella lleva y se tiene el cariño del público se pueden hacer lo que quiera.
Y así lo hizo, montó un espectáculo donde ella brilla con su vestimenta blanca y se despide del público.Asiste a su propio funeral y se despide con los brazos abiertos del público que la ha visto en decenas de obras donde ha robado la atención y sacado las emociones. Para los exquisitos críticos del teatro la devoraron en sus escritos, yo me quedo con el cariño que el público le muestra cada vez que la ven en el escenario. Esperamos verla nuevamente robando la escena.
Y también hay que sumar el esfuerzo que tiene la organización para apoyar nuevos talentos.
Este año hubo varios estrenos de compañías malagueñas que demostraron su talento y algunas ya tienen nuevas funciones durante el año. Lo que demuestra que si se trabaja en las nuevas generaciones seguramente habrá mucho talento que seguir cosechando para el disfrute del público.
Finalmente un aplauso a los que hacen el teatro infantil, vaya trabajo el hacer que los niños se mantengan atentos por una hora o más. Este año tuvimos un crisol de trabajo escénico. Disfrutaron adultos y niños y salieron la mayoría de las veces con una sonrisa. Y con ganas de repetir la experiencia, lo cual demuestra que si se hace un trabajo bueno con los niños se está trabajando para que sea el próximo público adulto que llene las salas y siga dando mucho que decir las artes escénicas españolas