Llevar cultura al pueblo, objetivo revolucionario de las Espartaqueadas
Laura Castillo García
El viernes por la noche se realizó el ensayo general de los números culturales que se presentarían en la inauguración de la XIX Espartaqueada Cultural 2017: todos dedicados a Cuba, patria del recién desaparecido líder revolucionario Fidel Castro Ruz (1926- 2016), quien con su ejemplo sigue iluminando el camino de los revolucionarios del mundo.
Muchas horas de ensayo debieron invertir los cerca de 100 artistas pertenecientes a los grupos culturales del Movimiento Antorchista Nacional (estudiantes de artes y graduados del conservatorio de música de Puebla, Pue.), quienes presentaron un espectáculo cubano de alta calidad integrado por música, baile y poesía.
Pasadas las 12 del día del sábado 28 de enero, inició el evento de inauguración de la XIX Espartaqueada Cultural 2017 organizada por el Movimiento Antorchista Nacional, luego de la presentación de las personalidades que acudieron a este importante evento que en esta ocasión congregará a 20 mil artistas de diferentes disciplinas, quienes medirán sus talentos y habilidades.
“Luminosamente surge la mañana.
¡Las sombras se han ido! Fulgura el lucero
de la redimida bandera cubana.
El aire se llena de alegres clamores.
Se cruzan las almas saludos y besos,
y en todas las tumbas de nobles caídos
revientan las flores y cantan los huesos…”
Se escuchó en la voz de Lirio García, quien a través de la poesía “Primero de enero”, de la autoría de El indio Naborí, recordó la marcha triunfal del Ejército Rebelde cubano comandado por Fidel Castro y la hazaña revolucionaria de éste y sus compañeros, quienes con coraje, el 1 de enero de 1959, desterraron de Cuba al régimen despótico de Fulgencio Batista, y se sacudieron el dominio de Estados Unidos.
“Por eso rendimos homenaje a Fidel Castro, porque nos sentimos profundamente identificados con sus ideales”, expresó enfático Aquiles Córdova Morán, dirigente nacional del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, al iniciar el discurso inaugural de la Espartaqueada Cultural 2017.
Y explicó: “Fidel Castro Ruz y sus grandes seguidores, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Raúl Castro, etc., ya tenían claro que no podían liberar a Cuba de cualquier explotación, si no era a través de hacer una revolución popular, una verdadera revolución apoyada en el pueblo, que llevara al gobierno a hijos del pueblo, plenamente conscientes de su papel y que sin temor, sin vacilaciones, sin cobardías, pusieran en práctica los cambios políticos, económicos y sociales que dieran inicio a la verdadera independencia de Cuba”.
Y vino la comparación de Cuba con México: “Nosotros, como Cuba, dijo, nos liberamos del imperio español, pero caímos en las garras de Estados Unidos, y si no, pregúntenselo a Trump y todo lo que está haciendo en contra de nosotros”.
Viene lo bueno, dijo alguien:
¿Por qué Trump no le hace eso a Cuba?
Con 43 años de experiencia como orador popular, Córdova Morán sabe cómo entablar comunicación con el pueblo, con las más de ocho mil almas que en esta ocasión se congregaron en la plaza de toros: rota el cuerpo a la derecha, a la izquierda, atrás, adelante; enfatiza las palabras con las manos:
¡La diferencia está en la Revolución de Fidel, eso es lo que tenemos que aprender de Cuba y Fidel! A México, dijo, le falta una segunda independencia, ahora de cualquier imperialismo del mundo.
Ya basta del engaño de que somos libres, independientes y soberanos. ¡Mentira! ¡A México le hace falta independizarse de Estados Unidos!
Aplausos, gritos, consignas en coro que llegaban de todos lados, y tanto, que hubo momentos en que no se entendía nada: gritaban los de la derecha, los de atrás, los seguían los que estaban más cerca de ellos, hasta que se daban cuenta que no estaban sincronizados y, después de unos minutos, coreaban al unísono: “maestro Aquiles, tú eres nuestro líder”.
Lo mismo sucedió cuando habló sobre la decadencia del neoliberalismo: el modelo neoliberal, dijo, no tiene remedio, la era del imperialismo ha llegado a su tope, va para fuera de la historia, pero antes de que muera el monstruo, va a dar muchos coletazos.
En varios momentos el orador fue interrumpido con aplausos. La gente siguió paso a paso el discurso de poco más de una hora en el que también habló de la pelea que por la riqueza protagoniza la clase dominante, dio un dato escalofriante: ocho multimillonarios poseen tanta riqueza como la mitad de la humanidad, informó; reflexionó sobre el posible fin de la humanidad a causa del poderío de las bombas impulsado por el imperialismo para apoderarse de la riqueza del planeta y del papel de lamebotas que juegan comunicadores y medios de comunicación al servicio del sistema.
Y, por supuesto, también se refirió al evento que recién comienza: la realización de la Espartaqueada, y sus esfuerzos por llevar cultura al pueblo, dijo, es parte integral de la lucha cotidiana de Antorcha porque: “queremos que los bienes que produce el hombre se repartan entre los trabajadores”, y como parte de esos bienes, agregó, la cultura no debe quedar solo entre la clase dominante ociosa, que cree que solo su clase tiene derecho a la cultura. Llevar y acercar la cultural al pueblo, dijo, es el objetivo revolucionario de las Espartaqueadas.
El color, la alegría y sentimientos del pueblo cubano se hicieron presentes a través del Danzón (ritmo y baile de origen cubano creado por el compositor matancero Miguel Faílde); la Guaracha (género de canción bailable, en tiempo rápido), el Guaguancó (ritmo originario de La Habana, Cuba, que coincidió con la abolición de la esclavitud en la isla en 1886), canciones y carnaval cubano, fueron los otros cuadros culturales que disfrutaron los asistentes a la inauguración de la XIX Espartaqueada Cultural 2017, que se celebrará hasta el 5 de febrero en Tecomatlán, Puebla, cuna Antorcha, actualmente llamado “La Atenas de la Mixteca Poblana”.
Aquí les dejo la hermosa poesía que rinde homenaje a la marcha triunfal del Ejército Rebelde cubano.
¡Primero de Enero!
El indio Naborí
(Jesús Orta Ruiz)
Luminosamente surge la mañana.
¡Las sombras se han ido! Fulgura el lucero
de la redimida bandera cubana.
El aire se llena de alegres clamores.
Se cruzan las almas saludos y besos,
y en todas las tumbas de nobles caídos
revientan las flores y cantan los huesos.
Pasa un jubiloso ciclón de banderas
y de brazaletes de azabache y grana,
mueve el entusiasmo balcones y aceras,
grita desde el marco de cada ventana.
A la luz del día se abren las prisiones
y se abren los brazos: se abre la alegría
como rosa roja en los corazones
de madres enfermas de melancolía.
Jóvenes barbudos, rebeldes diamantes
con trajes olivo bajan de las lomas,
y por su dulzura los héroes triunfantes
parecen armadas y bravas palomas.
Vienen vencedores del hambre, la bala y el frío
por el ojo alerta del campesinado y el amparo abierto de cada bohío.
Vienen con un triunfo de fusil y arado.
Vienen con el ansia del pueblo encendido.
Vienen con el aire y el amanecer
y, sencillamente, como el que ha cumplido
un simple deber.
No importan los días de guerra y desvelo
No importa la cama de piedra o de gramas
sin otra techumbre que ramas y cielo.
No importa el insecto, no importa la espina,
la sed consolada con parra del monte,
las lluvias, el viento, la mano asesina
siempre amenazando en el horizonte.
¡Sólo importa Cuba! Sólo importa el sueño
de cambiar la suerte. ¡Oh, nuevo soldado que no arruga el ceño
ni viene asombrado de tutear la muerte!
Los niños lo miran pasar aguerrido
y piensan, crecidos por la admiración,
que ven a un rey mago, rejuvenecido,
y con cinco días de anticipación.
Pasa fulgurante Camilo Cienfuegos.
Alumbran su rostro cien fuegos de gloria.
Pasan capitanes, curtidos labriegos
que vienen de arar en la Historia.
Pasan las marianas sin otras coronas
que sus sacrificios: cubanas marciales,
gardenias que un día se hicieron leonas
al beso de doña Mariana Grajales.
Con los invasores, pasa el Che Guevara,
Alma de los Andes que trepó el Turquino,
San Martín quemante sobre Santa Clara,
Maceo del Plata, Gómez argentino.
Ya entre los mambises del bravío Oriente,
Sobre un mar de pueblo, resplandece un astro:
ya vemos… ya vemos la cálida frente, el brazo pujante,
la dulce sonrisa de Castro.
Lo siguen radiantes Almeida y Raúl,
Y aplauden el paso del Héroe ciudades quemadas,
ciudades heridas, que serán curadas,
y tendrán un cielo sereno y azul.
¡Fidel, fidelísimo retoño martiano,
asombro de América, titán de la hazaña,
que desde las cumbres quemó las espinas del llano,
y ahora riega orquídeas, flores de montaña.
Y esto, esto que las hieles se volvieran miel, se llama…
¡Fidel!
Y esto, esto que la ortiga se hiciera clavel, se llama…
¡Fidel!
Y esto que mi Patria no sea un sombrío cuartel, se llama…
¡Fidel!
y esto que la bestia fuera derrotada por el bien del hombre,
y esto, esto que la sombra se volviera luz,
esto tiene un nombre, sólo tiene un nombre…
¡Fidel Castro Ruz!