Por: Pablo Pérez García
Después de observar la manera como los partidos políticos en México, con todo y sus alianzas, se han repartido con la cuchara grande los cargos de elección popular, principalmente las diputaciones federales plurinominales, han surgido voces en el sentido de que ya se necesitan caras nuevas, lo cual no es del todo atinado porque México no requiere caras nuevas sino ideas nuevas de un proyecto de país que renueve y supere al que hemos venido construyendo durante todo el siglo XX y lo que va del XI.
Esta necesidad se hace más urgente después de que se ha constatado el desastre por el que Morena y la “Cuarta Transformación” (4T) conducen a los mexicanos, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha ofrecido soluciones racionales, eficaces y fundadas al descontento social, ése que lo llevó al poder y que hoy se encuentra latente en su contra.
Morena y su gobierno son la prueba más evidente de la visible decadencia de la clase política mexicana, donde se puede advertir que de nada sirven caras nuevas con ideas viejas.
Se debe considerar que un poder prolongado y centralizado genera necesariamente corrupción y engendra lentitud mental, de ahí que, con la llegada del modelo neoliberal, toda la clase política mexicana perdió los últimos y débiles restos de pensamiento crítico y analítico que le quedaba, pues todos los problemas y las soluciones se confiaron a la “mano invisible” del mercado.
Ha sido esa decadencia la que ha impedido a todos jugar el papel de verdadera oposición al gobierno de López Obrador, un gobierno que da material de sobra para reducirlo a su verdadera estatura intelectual y política en muy poco tiempo.
Sin embargo, no se ha hecho, prefiriendo las críticas parciales, los pinchazos esporádicos en busca de mejores condiciones para negociar pequeñeces y asegurar su sobrevivencia política en espera de mejores tiempos, sin embargo, el fracaso del neoliberalismo es ya un consenso mundial y parece que no quieren darse cuenta.
Hace falta implementar una cirugía mayor en el país y a los antorchistas nos parece inaudito que quiera llevarse a cabo, hoy, una campaña electoral para renovar la Cámara de Diputados sin ofrecer a las masas una alternativa de país y de vida, distintos y mejores para todos.
Por ejemplo, el verdadero error de la alianza Va por México es que sus actores principales reducen su propuesta a una simple vuelta al pasado, ésa que el pueblo ya rechazó y al que no desea volver, salvo que se le engañe y manipule para ocultarle la verdad.
México ya no necesita más de lo mismo, es necesario que cada familia mexicana cuente con un entorno de vida cómodo donde se tenga acceso a la vivienda, transporte, energía, servicios públicos y bienestar ambiental.
Donde la gente esté segura de que tendrá un empleo bien remunerado con ingresos en constante crecimiento; es decir, un nivel de vida decente con acceso a mecanismos de aprendizaje efectivos durante su vida.
Se necesita edificar una nación donde nuestros hijos puedan desarrollarse y construir sus carreras y después de su culminación reciban pensión digna y paquete social, donde además se tenga la seguridad de que se recibirá atención médica eficaz y de elevada calidad en el momento en que se necesite, aspecto que el sistema de salud debe implementar en todo momento, no únicamente cuando se presentan casos de emergencia como la covid-19 y otros.
México requiere con urgencia abandonar tanta miseria, pobreza y hambruna de nuestros pueblos, para lo cual no se necesitan nuevos rostros, sino la llegada de personas que se pongan en los zapatos de la gente y comiencen a trabajar por una justa distribución de la riqueza, con proyectos que penetren en todos los rincones del país, llevando beneficios para quienes más necesitan y que han permanecido olvidados desde antes del neoliberalismo, con el neoliberalismo y con la 4T.