El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga, quien asegura sobrevivió más de un año a la deriva en el océano Pacífico, debe permanecer alejado del mar y ser tratado con medicamentos por al menos seis meses, dijo hoy una fuente médica. “Vamos a recomendar a la familia evitarle cualquier cercanía con el océano. No solamente mirarlo sino también el sonido e incluso el olor del mar puede hacerle un ‘flashback’ (retrospectiva), traer los recuerdos de toda la tragedia que él sufrió”, aseguró en rueda de prensa el médico que le atiende, Yeerles Ramírez.
Ramírez, director del estatal hospital San Rafael en la ciudad de Santa Tecla (10 km al oeste de San Salvador), donde Alvarenga permanece internado, indicó que “será necesario” mantener al náufrago en tratamiento sicológico ambulatorio por al menos seis meses. En tanto, el psiquiatra Angel Fredi Sermeño, indicó que al salir del hospital, en fecha aún no precisada, Alvarenga estará en tratamiento con antidepresivos y ansiolíticos. Los médicos determinaron que el náufrago padece talasofobia o miedo al mar.
Este lunes, un neurocirujano evaluó una resonancia magnética practicada al náufrago el viernes pasado en la que se evidenció que sufre de “un estrechamiento” entre un par de vertebras lumbares, pero que de momento no requiere de una cirugía y puede ser tratado con antiinflamatorios y calmantes para el dolor, agregó Ramírez.
El director del hospital San Rafael señaló que hoy estaba prevista una nueva evaluación a Alvarenga, pero solamente efectuada por siquiatras y sicólogos, ya que en el plano físico “está en buen estado”. Ramírez dejó en claro que si bien el náufrago es sometido aún a examenes, ya puede pedir el alta médica y el hospital tendría la obligación de otorgársela. Según el relato del náufrago, en diciembre de 2012 salió de la costa mexicana del Pacífico, donde vivía como indocumentado, a pescar tiburones junto a un colega mexicano de 24 años, pero la embarcación se averió y quedaron a la deriva.
El hombre contó que sobrevivió comiendo gaviotas y pescado crudos, y bebiendo sangre de tortuga y su propia orina; pero que su compañero de pesca murió a los cuatro meses, incapaz de soportar esa dieta. El pasado 30 de enero, el náufrago apareció en el atolón Ebon, en las Islas Marshall (región de Micronesia), a 12,500 km de donde zarpó inicialmente. El pasado 11 de febrero llegó repatriado a El Salvador.
Milenio